En la ceremonia, el vicedecano (s), Alan Martin, tomó el juramento de nuevos profesores y profesoras a las y los estudiantes de las promociones 2015, 2016, 2017 y 2018 del programa de Educación Básica que imparte la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. La graduación fue conducida por la profesora Paulina Chávez, jefa de carrera de Pedagogía Básica del Departamento de Estudios Pedagógicos, y el profesor Lino Cubillos, subdirector de la Escuela de Pregrado.
En el marco conmemorativo del encuentro, las escritoras Paula Ilabaca y Ariel Florencia Richards realizaron una lectura del Poema 48 del libro La ciudad, del poeta chileno Gonzalo Millán. A esta intervención se sumó un intermedio musical a cargo de los profesores Bernardo González Mella y Estela Ayala Villegas, académicos del Departamento de Estudios Pedagógicos, quienes cantaron Profesora y profesor, de Manuel García, y Qué vivan los estudiantes, de Violeta Parra.
En su intervención, la Rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés Alessandri, señaló que "este programa busca prepararles como agentes transformadores, como sabemos que ya lo están siendo, y quiero agradecerles por haber confiado en este nuevo camino de la Universidad, que los invitaba a algo nuevo y distinto. Al mismo tiempo, quiero comprometerles aquí, personalmente y a nombre de la Universidad, que seguiremos trabajando en esta dirección para honrar ese compromiso inicial. Sabemos que ustedes van a hacer una diferencia en la educación. Les agradecemos y les felicitamos".
Con este mismo énfasis, Raúl Villarroel Soto, decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades, destacó el trabajo de posicionamiento de las humanidades y las pedagogías en sintonía y diálogo con las transformaciones y avances producidos en los múltiples campos del saber en la actualidad, dotándolas de la capacidad de responder a elevados estándares de exigencia, pero -al mismo tiempo- manteniendo e incrementando el compromiso y la vocación por las implicaciones sociales de su quehacer. “Nuestra Facultad ha venido teniendo un protagonismo relevante durante las últimas décadas en este sentido y debe seguir empeñándose en materializar cada vez de manera más consumada el desarrollo y la implementación de un modelo de educación pública ajustado a las profundas transformaciones que está experimentando nuestro país, fomentando la formación inicial docente y la investigación educacional de alto nivel con una marcada vocación social”.
Recuperación de la educación pública y formación de profesores y profesoras
Carmen Sotomayor, directora del Instituto de Estudios Avanzados en Educación y egresada de las últimas generaciones de Pedagogía de la Universidad de Chile en 1981, saludó a las nuevas y nuevos profesores: “Me alegra y me emociona ver que la Universidad de Chile está nuevamente formando profesoras y profesores reales que ya están en las escuelas aportando a la educación de nuestro país como corresponde que lo haga una universidad pública, y saludo por esto también a los demás colegas del Departamento de Estudios Pedagógicos, a sus docentes, quienes han perseverado de una manera increíble en esta misión no exenta de dificultades”.
“En estos días en los que recordamos los 50 años del golpe de Estado, se confirma la importancia de la educación para las nuevas generaciones, que por una parte les dé competencias sólidas para seguir trayectorias formativas a lo largo de sus vidas, pero también que le entregue valores democráticos. Esto implica formar para la democracia y vivir la democracia en los distintos espacios de la escuela”, expresó.
Para la profesora Marcela Gaete, directora del Departamento de Estudios Pedagógicos, esta ceremonia representa “un hito más del compromiso de la Universidad de Chile con la recuperación de la educación pública y la formación de profesores y profesoras para Chile. Este mes de septiembre se conmemoran los 50 años del golpe militar y este acto de graduación de estudiantes de educación básica de nuestra Casa de Estudios, especialmente de la primera generación, nos llena de orgullo, sobre todo porque estamos conscientes de la responsabilidad social que les compete a los y las docentes educación básica en el contexto de los actuales desafíos y necesarias transformaciones que requiere el país en vista de la justicia social. Egresados y egresadas estamos seguros de su inmenso compromiso con la infancia de nuestro país, con una pedagogía en la que se concibe a los niños y niñas como sujetos de derecho, productores de cultura y no como mero receptores pasivos de contenido. Han hecho suyo el sello de educación integral de la carrera”.
Finalmente, el profesor Sergio Carumán Jorquera, director de la Escuela de Pregrado de la Facultad de Filosofía y Humanidades, expresó que el orgullo de esta unidad de "contar con una carrera profesional como la Pedagogía en Educación Básica. El origen de este orgullo radica en la capacidad de análisis crítico que un grupo visionario de profesoras y profesores de nuestra institución tuvo al momento de recuperar esta pedagogía ausente durante más de tres décadas de la Universidad producto de la imposición autoritaria de voluntades ajenas al campo educacional. Mediante el Decreto Universitario número 35.790, del 9 de septiembre de 2014, se instauró, a contar del año 2015, la Pedagogía en Educación Básica, materializando con ello uno de los aspectos relevantes de la misión institucional. Tal y como se señala en el artículo 2 de los estatutos de nuestra Casa de Estudios: “La Universidad asume con vocación de excelencia la formación de personas y la contribución al desarrollo espiritual y material de la Nación”.
El sello pedagógico de la Universidad de Chile
En sus palabras, Leslie Booth Sepúlveda, profesora titulada y representante de las graduadas y graduados de la carrera de Pedagogía en Educación Básica, apuntó que “aquí pudimos desarrollar habilidades, adquirir conocimientos y aprender de los mejores profesores, quienes no solo impartieron contenidos, sino que también nos dieron la oportunidad de experimentar en nosotros mismos una nueva forma de hacer educación a través del reconocimiento del otro, del respeto y de la empatía hacia quienes se están formando desde cada una de las complejas realidades. Aquí encontramos nuestra vocación y, junto con ello, la mejor forma de ejercerla, hoy más que nunca, nuestra carrera, nuestro sello social”.
“Sin duda, la educación es la herramienta más poderosa para transformar el mundo. Es la oportunidad de brindar a todos los niños y niñas las condiciones necesarias para alcanzar su máximo potencial desde cada una de sus realidades particulares. La Universidad de Chile es eso, es el lugar donde cada cual puede transformarse en la mejor versión de sí mismo y con ello transformar cada uno de los espacios que reciben el fruto de nuestra labor profesional. Agradezco a nuestros profesores por su compromiso, por su dedicación, por su apoyo”.