En el marco de las semanas temáticas implementadas por la Plataforma Cultural de la Universidad de Chile, este viernes 13 de octubre las y los asistentes fueron parte del conversatorio “Futuro y proyecciones del campo: Desafíos a 50 años del golpe”, espacio que invitó a reflexionar respecto al impacto de la dictadura militar en el mundo rural, así como en torno a los desafíos actuales de estos territorios.
El espacio contó con la participación de la académica de la Facultad de Ciencias Sociales, Anahí Urquiza; del académico de la Facultad de Ciencias Agronómicas, Andrés Sáez-Muñoz; del académico de la Facultad de Medicina, Daniel Egaña; y de la integrante del Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT), Francisca Fernández. En un espacio abierto al diálogo, las y los panelistas intercambiaron visiones sobre las discusiones y acciones a tener en consideración para el desarrollo del mundo rural, en un contexto actual de crisis climática y permanencia de desigualdades sociales.
“Futuro y proyecciones del campo”
Planteando una discusión sobre los modos actuales en que generamos alimentos, Anahí Urquiza abordó la triple crisis planetaria, que apunta a problemáticas climáticas por el aumento de la temperatura del planeta, la reducción de la biodiversidad y la contaminación de los ecosistemas como factores de directo impacto en la generación de alimentos. Además, tomando de ejemplo lo ocurrido durante la pandemia respecto a la distribución y acceso a los alimentos, la académica puso en cuestionamiento la interdependencia entre los países y la frágil hiperconexión mundial.
Al respecto, la socióloga expresó que la humanidad debe realizar profundas transformaciones en poco tiempo, trayendo a la palestra el concepto de “soberanía alimentaria”, que se refiere a cómo podemos producir los alimentos de manera descentralizada y a nivel local para no depender de las cadenas globales. “Necesitamos mecanismos y sistemas de generación de alimentos que puedan responder a las necesidades locales y que no sean tan frágiles frente a los vaivenes internacionales o a las condiciones climáticas”, destacó.
Considerando la profundización del modelo instaurado durante la dictadura, el profesor Daniel Egaña expresó que esta nueva forma de pensar los sistemas alimentarios dejó “una herida que ha permitido que actualmente se produzcan relaciones particulares en la parte de la productividad chilena que tiene incursiones muy complejas”. Por otro lado, cuestionó la calidad nutritiva de los alimentos que consumimos actualmente, ya que, en sus palabras, la globalización acentuada en los años 70' se sostiene en base a “producciones baratas de calorías, que son básicamente trigo o azúcar producido en algún lugar a muy bajo costo, que se mezclan y se distribuyen en el mundo”.
Por su parte, el profesor Andrés Sáez-Muñoz analizó la forma en que producimos y consumimos alimentos en la actualidad, la cual se basa en monocultivos dependientes de agroquímicos que impactan y contaminan el hábitat de las vidas silvestres. “La agricultura actual representa alrededor del 33%- 34% de las emisiones de gases del efecto invernadero y, por otro lado, representa el 80% de la deforestación”. También se refirió al desperdicio y pérdida de alimentos, del cual se estima que alrededor del 40% “termina en el tarro de la basura”.
Finalmente, respecto a los modos que tenemos en la actualidad de relacionarnos, tanto con los recursos naturales como con los alimentos y las formas de vida silvestre, la integrante del Movimiento por el Agua y los Territorio (MAT), Francisca Fernández, expresó que “el capitalismo ha generado una instrumentalización y una cosificación de la naturaleza, la cual lleva a la ‘colonialidad de la naturaleza’, que es una de las bases de estas políticas de muerte y ecocidio”. De esta forma, realizó un llamado a replantear la forma en la que nos relacionamos y observamos la naturaleza.