Con las dificultades de lo cotidiano, no solo existe una valoración sobre la familia que cada uno tiene, sino también de quienes nos acompañan en el día a día. Por eso es que las mascotas han ganado en las últimas décadas un sitial de cariño y vínculo relevante. Campañas como “no son muebles” o las discusiones respecto al reconocimiento de los animales en las propuestas de nueva Constitución han generado un escenario de análisis poco visto antes respecto al espacio que tienen en la sociedad, en nuestras familias y a nivel personal.
Marcial Beltrami, profesor del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales de la U. de Chile, explica que “hay una base biológica evolutiva que efectivamente, en los mamíferos, se ha estudiado que están presentes las emociones básicas”, lo que permite la identificación de ciertos grados de empatía. A juicio del también zoólogo y etólogo, “nosotros somos primates, y los primates somos eminentemente sociales, formamos interacciones sociales con miembros de nuestra especie, pero también con otras especies”, fenómeno que explica la fortaleza de los nexos que se forman con aquellas que se convierten en mascotas.
Esa línea que delimita la relación entre humanos y animales es donde pone énfasis la académica de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la U. de Chile, Loreto Muñoz. “Falta también educación y enseñar qué es tener una buena relación con tu mascota, porque ya humanizar también es dañino para ellos, porque andan con ropa, andan con zapatos, cosas que no son naturales para ellos, y no es algo que quizás les guste”, apela la profesora Muñoz. Incluso menciona que siempre se da el caso de que los humanos eligen la forma en que los animales se retratan en estas relaciones, lo que inherentemente anula parte de la naturaleza de esos seres.
La advertencia de la académica apunta a que “todavía falta mucho acá, generar esa conciencia de que no es solamente llevar a la mascota, el animal, a un lado y con eso estamos listos. Es importante que la mascota sea educada para que su aceptación sea correspondida”. De esta forma, plantea el cuidado responsable como algo clave en el devenir de las mascotas y su espacio en la sociedad.
Derechos de los animales
Justamente, el cuidado responsable es objeto de una ley, la N° 21.020, llamada coloquialmente como “Ley Cholito”, normativa promulgada el año 2017 que busca cautelar la tenencia responsable. Otras leyes son la N° 20.380, que fue de las primeras en reconocer la sensibilidad de los animales, y el establecimiento del delito de maltrato animal que es parte del Código Penal.
Pero esto no significa que tengan derechos, comenta Javiera Farga, abogada U. de Chile e integrante de la Fundación Derecho y Defensa Animal, quien dice que actualmente "la forma en que la ley está protegiendo a los animales no humanos no es de ninguna forma a través de la concesión de derechos. No existe. Los animales no tienen derecho porque son objetos. El derecho divide todo lo existente en dos grandes categorías: los que son sujeto de derecho, y otros que son objetos, y los animales en términos de si tienen derechos, no, no tienen”.
Esto es crítico porque, pese a la existencia de leyes para su protección, su estatus jurídico sigue siendo “el de bienes muebles. Están definidos así en el Código Civil y eso significa que sobre ellos podemos ejercer todas las atribuciones del dominio. Esto es uso, goce y disposición. Esto significa, en la práctica, que podemos utilizarlos tal como queramos: como compañía, para experimentación, entretención en circos y zoológicos, etcétera, en el sentido que podemos apropiarnos de sus crías. Y la disposición significa que podemos venderlos o destruirlos, es decir, matarlos. Esto es porque sobre ellos rigen todas las normas que son de la propiedad”, señala la abogada.
Mientras en la actual propuesta de Constitución se rechazó la posibilidad de que sean reconocidos constitucionalmente como sujetos de derecho, el 18 de julio de 2022, el Senado ingresó (a través del boletín 15193-14) un proyecto de modificación del Código del Trabajo para establecer un permiso laboral en caso de muerte de una mascota o animal de compañía, siendo la última iniciativa legislativa vigente sobre los animales.
¿Qué cambiar?
El profesor Beltrami pone énfasis en que es un avance como sociedad que se reconozca “que las otras especies tienen emociones. Eso no es algo menor, es algo importante, que tienen estado subjetivo, que pueden procesar información, que tienen intenciones” y que, aunque existen grados en los que esta subjetividad se manifiesta, su mero reconocimiento es relevante.
Lo mismo reafirma Javiera Farga, quien añade que es fundamental el reconocimiento de los animales en un espacio como la Constitución, incluso separado del reconocimiento al medioambiente porque la protección del medioambiente y la naturaleza se asocia “a la protección del sistema, del ecosistema de los animales en cuanto a su especie”. En cambio, la relación con las mascotas y otras especies en lo cotidiano tiene que ver con experiencias personales e individuales que, sin amenazar a la especie o a la biodiversidad, sí pueden culminar en daños a los animales, y su protección, de esta forma, resulta necesaria.
La profesora Loreto Muñoz enfatiza, asimismo, la necesidad de tener humanos que eduquen a los animales para ser parte del medio social, porque “ahí entra el concepto de lo pet friendly, que sean amistosas con el resto, y eso tiene que ver con que ya no se les ve solo como mascotas, sino que como parte de la familia, y eso es un paso importante”.