Proceso de Acreditación MAV:

Magíster en Artes Visuales logra acreditación por 6 años

Magíster en Artes Visuales logra acreditación por 6 años

“Esta acreditación es muy significativa para el programa, puesto que es un gran logro y un reconocimiento al arduo trabajo que hicimos, al ordenamiento y al seguimiento de los graduados/as. Obtuvimos dos años más de certificación respecto del proceso anterior de 2019”, declara Nury González, coordinadora del Magíster en Artes Visuales U. de Chile, a propósito de la reciente acreditación de este programa de estudios, que se encuentra en pleno proceso de postulación 2024. “Desde la coordinación nos preocupamos de acompañar a los estudiantes en sus procesos formativos, para que puedan aplicar a exposiciones, postular a becas y abrirse a nuevas posibilidades. Nuestro eje en el magíster es la creación artística y en ese contexto, todos los artistas y académicos que se han formado en el programa están vigentes y respondiendo en el mundo cultural. Eso nos hace ver que vamos por buen camino”, señala la académica. 

El proceso de acreditación de un programa de estudios contempla diversos factores, tales como el nivel de adaptación a las clases y talleres en línea, en un contexto global que obligó a tomar esas medidas. “Basándonos en nuestro informe de autoevaluación, nos dimos cuenta que desde el 2019 en adelante -mediados por la pandemia- logramos graduar a casi la totalidad de las cohortes en los dos años reglamentarios. De esta manera, pudimos mejorar considerablemente el período de graduación de los estudiantes”, indica la coordinadora sobre esta certificación que otorga la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) y que tiene por objetivo velar por la calidad de los distintos programa de estudio, en función de los propósitos declarados por la institución que los imparte, de los estándares nacionales e internacionales de cada disciplina y del proyecto de desarrollo académico de cada programa. Por otro lado, uno de los beneficios principales que otorga la acreditación radica en que los alumnos de los programas de postgrado acreditados pueden optar a fondos concursables de becas con financiamiento estatal.

“Otro punto importante a considerar es que a partir del 2019 nos habíamos adscrito al proceso de Actividad Formativa Equivalente (AFE), lo que también fue aspecto destacado para poder aplicar y tener buenos resultados. Considero que en la evaluación se valoró mucho las tasas de excelencia y se evaluó la productividad de los estudiantes”, agrega la prof. Nury González. Es importante señalar que muchos de los egresados del programa, siguiendo con sus líneas de investigación, han comenzado a desempeñarse como académicos/as en distintas casas de estudio como la Universidad Diego Portales, la Universidad Andrés Bello, la Universidad Finis Terrae, la Pontificia Universidad Católica de Chile y en la propia Universidad de Chile. Del mismo modo, en la actualidad estos egresados/as se encuentran exhibiendo sus proyectos dentro del circuito nacional e internacional. “Somos un magíster de creación, por lo que predomina como medición de resultados del programa el poder exponer en lugares hiper acreditados en el mundo cultural”, puntualiza Nury González.

Un aspecto relevante en la evaluación de este programa de estudios se vincula a la apertura de otras disciplinas artísticas que se imparten en el Departamento de Artes Visuales (DAV), como el taller de cerámica, fundición, carpintería y grabado. “Ese es el sello de la Universidad de Chile, es decir, una institución pública y transversal, en que hay una masa crítica que es importante, con una infraestructura propia y que provee de un espacio académico que permite generar cruces con otras disciplinas o programas, como el Magíster en Cine Documental o el Magíster en Teoría e Historia del Arte de la Escuela de Postgrados de la Facultad de Artes”, detalla la coordinadora del Magíster en Artes Visuales U. Chile.

Desafíos para el 2024

Según Nury González, “a lo largo del magíster hemos ido desarrollando vínculos con Galería D21, con el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) y desde hace un tiempo, estamos aplicando criterios de selección para vincular la exhibición del examen de los estudiantes en estos espacios. En ese sentido, lo estamos relacionando a la Sala Juan Egenau donde se rinden los exámenes de grado, como una forma para que los otros estudiantes puedan ver lo que hacen otros graduados/as. Este proceso se cierra con una exposición en la que se cruzan dos generaciones, pero bajo una perspectiva más curatorial y con una mayor profesionalización, más allá de lo académico”. 

Respecto de los desafíos del programa, “hay un tema interesante a tratar que tiene que ver con las perspectiva de género. Hay académicos que velan por instalar esta perspectiva en las asignaturas. Al respecto, no tenemos un curso específico porque en el programa se comprende desde la transversalidad y como una mirada que está instalada en cada uno de los talleres. Desde la coordinación hemos solicitado que exista una revisión de la bibliografía y que sea equiparado el material de lectura de hombres y mujeres. Considero que la perspectiva de género es una mirada que tiene que ser implícita y cruzar el conocimiento, más allá de ser un curso específico. Un artista es toda la literatura, los textos, los referentes de obra que recibe y descubre en su formación profesional, pero también el trato y el respeto que se tiene que dar dentro de los talleres”, señala la profesora González.

Finalmente, la coordinadora del programa explica que “otro objetivo importante es propiciar que los estudiantes sigan exponiendo y haciendo clases en otros lugares. Los egresados/as del programa tienen excelente desempeño en sus espacios de práctica o de trabajo, y eso se vincula directamente a lo que sucede dentro de su proceso formativo en el magíster. Lo que hacen ellos en los talleres es algo que también pueden desplazar y aplicar cuando se desenvuelven como académicos/as. Todo lo que reciben dentro del programa les sirve como insumo para lo que hagan a futuro, ya sea como obra, escritura o docencia”.