“Con proyectos de muy buena factura y con una sensibilidad que da cuenta de lo aprendido durante su proceso de formación, el cierre de proceso siempre es significativo para los y las estudiantes que cursan este programa de estudios. Para ellos/as este es un gran hito y un logro, lo que significa, en muchos casos, la apertura de sus futuros horizontes profesionales”, señaló la coordinadora del Magíster en Artes Visuales, prof. Nury González, quien encabezó el proceso de evaluación de los exámenes de grado, en el marco del proceso de Actividad Formativa Equivalente (AFE).
Trabajar un cuerpo de obra para graduarse es uno de los objetivos que se propone este programa de estudios, que se caracteriza por ser “teórico práctico, que privilegia la creación y la reflexión crítica de los procesos autores de producción de obra. Adscribirnos al proceso de Actividad Formativa Equivalente (AFE), implica que los/as estudiantes se centran en la construcción de un cuerpo de obra, según este modelo de evaluación, a partir del trabajo en dupla con dos académicos/as”, explicó la prof. Nury González.
“Como Comité Académico, constantemente estamos revisando nuestro plan de formación y el reglamento. En ese contexto, es que actualmente en el primer año tenemos todas las asignaturas obligatorias y son las que nosotros consideramos que los/as estudiantes tienen que pasar para plantear su AFE, para generar cruces con cursos de pensamiento científico e historia de las técnicas”, contó la académica, agregando que, a través una metodología en común con la dupla, la idea fue potenciar el trabajo que realizaron los estudiantes. “Ese es uno de los desafíos que propone el examen de grado y que, de esta manera, puedan organizar el proceso de montaje y editar la muestra, organizada en conjunto con el Departamento de Artes Visuales”, añadió.
Durante el 2024, se realizó por primera vez el coloquio del programa, un hito de cierre del tercer semestre. “En esta instancia, se reunieron los profesores y los/as estudiantes de las tres duplas, con los que no trabajaron directamente. Los académicos/as evaluaron la pertinencia de la obra, el tema y su avance. Entonces, para los/as estudiantes fue un buen para iniciar su cuarto semestre con el feeback que les dieron sus otros profesores a sus obras”, comentó.
Integrada por los profesores Pablo Rivera, Sandra Molina, Jorge Cabieses, Adolfo Martínez, María de los Ángeles Cornejos, Constanza Urrutia, Pablo Ferrer, Rodrigo Zúñiga, Rainer Krause, Francisca Montes y Arturo Cariceo, la comisión académica evaluó en esta instancia aspectos como “el valor entre la propuesta, su marco teórico y cómo fue resuelta, formal y materialmente. Es decir, cómo la obra tiene una contemporaneidad, una visibilidad, visualidad y su factura. El objetivo es, finalmente, poner como eje central la propuesta autoral, que cada uno de ellos/as ha desarrollado durante todo el año”, indicó la prof. González.
Las obras de los/as expositores/as
En su tercer año consecutivo en la Sala Juan Egenau, la rendición de estos exámenes de grado significa el cierre del proceso de formación de los/as estudiantes del programa. Posteriormente, una selección de estas obras conformará una muestra que será parte de la programación del Museo de Arte Contemporáneo (MAC). “Tenemos graduados/as muy activos. El Magíster siempre ha sido un impulso para para las carreras, puesto que tiene una gran visibilidad. En esta cohorte tenemos estudiantes que vienen de distintas Escuelas y que convergen en intereses en común, por lo que en muchos casos terminan armando colectivos y exponiendo juntos. Se generan cruces y experiencias importantes en este proceso de formación”, indicó la académica.
Durante el primer período de la exposición se presentó Metas simbólicas, una instalación del estudiante Martín Gómez. Inspirada en la iconografía religiosa reinterpretada, la obra aborda la relación “entre lo intangible y lo cotidiano, explorando cómo fuerzas invisibles, valores, creencias y deseos moldean y configuran un sentido de lo sagrado. En ese sentido, la propuesta busca recrear una atmósfera ritual, evocando espacios sagrados que trascienden lo material, aportando nuevas lecturas en la construcción del sentido personal y colectivo”, explicó el estudiante.
Asimismo, el estudiante Ignacio Mora expuso el proyecto La anatomía del cuadro: Persistencias y procesos de la representación, propuesta en la que explora la representación del cuerpo femenino a través de la pintura y el dibujo. “A partir de un diálogo constante entre lo visible y lo oculto, lo erótico y lo material, la obra propone una reflexión acerca de las narrativas impuestas por la tradición artística y cultural en torno al cuerpo femenino. Es decir, la propuesta plantea una exploración donde la pintura cuestiona las estructuras de género que condicionan nuestra mirada”, contó agregando que, la propuesta invita a reconsiderar el cuerpo femenino desde perspectivas más matizadas y complejas.
Otro de los proyectos que formó parte de esta exhibición fue Planimetrías de Nicolás Morrison, una obra que nace a partir del deseo del artista de integrar el conocimiento teórico con la práctica material. “Esta propuesta refleja mi interés por explorar cómo las imágenes se comportan cuando son sometidas a diferentes medios y proceso. Existen en estas piezas una inquietud y una compulsión por encontrar zonas de contacto entre los medios que utilizo, desde sus sistemas operativos y al mismo tiempo, establecer métodos de construcción y deconstrucción que me permitan la posibilidad de producir continuidad y movimiento en mi práctica”, comentó el estudiante, añadiendo que este enfoque le ha permitido fusionar lo técnico con lo conceptual.
En el segundo período de esta muestra, se presentó Pensé que te habías olvidado de escribirme, un proyecto de investigación y creación artística de la estudiante Sofía Hansen. Esta instalación cinematográfica explora en su memoria familiar durante la época de la dictadura y en su propio presente. “Esta película fragmentada conecta lo personal y lo histórico, a través de colecciones de cartas enviadas desde la prisión de Pisagua, el exilio en Costa Rica y las filmaciones de un viaje al desierto a modo de diario. Esta obra se propone profundizar en la necesidad de encontrar y crear imágenes que muestren el olvido de un horror”, contó sobre esta propuesta que desplaza el cine a lo instalativo.
Esta propuesta compartió espacio con el proyecto Despliegue de color de Jacinta Reyes, en la que la artista expuso una relación entre la danza, la pintura y objetos tridimensionales. “Los objetos pictorizados han sido un desplazamiento de tres pinturas que representan la naturaleza en la ciudad, como los jardines y lugares que son como isla en las ciudades, que al juntar fragmentos constituyen un paisaje entre lo figurativo y lo abstracto. Asimismo, realicé una performance donde exploro el movimiento del cuerpo, en torno a la pintura y su prolongación en el espacio con lo efímero”, expresó.
En la línea de la reflexión en torno a los objetos cotidianos y su significado, el estudiante Gabriel Holzapfel expuso su proyecto titulado WWW: Word Wide Web, una investigación visual y creación artística, la que, a partir de teclas de computadoras, profundiza en la cultura digital y la escritura creativa. “Como eje central, la obra cuestiona el impacto de la comunicación digital y la importancia del contacto real, respecto de las pantallas. Es decir, cómo esta nube de espacio invisible permite el almacenamiento infinito de información intangible”, aseguró el artista, agregando que esta obra surge de la fascinación entre el lenguaje y las artes visuales, tendiendo un puente entre la materialidad y la poesía visual.
En su tercer período de exhibición, la muestra culminó con Primera derivada de un espacio doméstico, propuesta de Sebastián Barrios, que explora las interacciones entre materiales, espacios y formas de habitar desde una perspectiva artística y conceptual. “La obra indaga en los límites entre lo funcional y lo simbólico del entorno doméstico, a través de una mirada crítica y reflexiva. En esa línea, este proyecto busca reflexionar sobre el significado del espacio habitado, en el cual emergen memorias, hábitos y objetos que dotan de identidad y calidez”, comentó.
Por otra parte, la estudiante Gabriela Carmona presentó el proyecto performativo y textil, Encarnapieles, relatos de mi cuerpo, una propuesta que explota el cuerpo como espacio de memoria, resistencia y transformación. “A través de textiles, video y escritura, en esta obra se resignifica el cuerpo en contextos de vulnerabilidad y desaparición, desde una investigación que va desde lo biográfico a lo colectivo. A partir de allí, se reconstruyen experiencias íntimas y políticas que cuestionan la fragilidad de la vida y la violencia histórica sobre los cuerpos femeninos”, dijo.
Finalmente, en esta exposición se presentó el proyecto La rueda de la fortuna, de la estudiante Fernanda Núñez, que consistió en una escultura que reinterpretó los imaginarios vinculados a la condición humana. “Mediante la creación de sátiras visuales, evocando un teatro humano, la obra expone las fragilidades y contradicciones de nuestra naturaleza. En ese contexto, la obra se propuso reflexionar sobre estos relatos políticos y culturales, a través de una visión crítica del progreso histórico y material de las sociedades”, concluyó.