Jornadas académicas de conmemoración internacional

Exilio, memoria y arte: Los temas que llevó la U. de Chile a Alemania por los 50 años del golpe de Estado

Los temas que llevó la U. de Chile a jornadas reflexivas en Alemania
El programa contó con cuatro paneles –exilio, lugares de memoria, testimonio y visualidad, y narrar la dictadura– además de conversatorios y un acto de conmemoración: la declaración del Mural de Konstanz, realizado por la "Brigada Salvador Allende" en 1977, como un "lugar de recuerdo del exilio chileno".
El programa contó con cuatro paneles –exilio, lugares de memoria, testimonio y visualidad, y narrar la dictadura–, además de conversatorios y un acto de conmemoración: la declaración del Mural de Konstanz, realizado por la "Brigada Salvador Allende" en 1977, como un "lugar de recuerdo del exilio chileno".
El profesor Benjamín Suárez junto a la Rectora de la Universidad de Konstanz, Katharina Holzinger; Francisca Marín y Francisco Otey.
El profesor Benjamín Suárez junto a la Rectora de la Universidad de Konstanz, Katharina Holzinger, Francisca Marín y Francisco Otey.
También asistió al encuentro la embajadora de Chile en Alemania, Magdalena Atria. En la foto, se encuentra junto a la Rectora Holzinger.
También asistió al encuentro la embajadora de Chile en Alemania, Magdalena Atria. En la foto, se encuentra junto a la Rectora Holzinger.

En la ciudad de Konstanz, en el sur de Alemania, se realizaron hace unas semanas las jornadas “Reflexiones a 50 años del golpe de Estado en Chile”. El programa contó con cuatro paneles –exilio, lugares de memoria, testimonio y visualidad, y narrar la dictadura–, además de conversatorios y un acto de conmemoración: la declaración del Mural de Konstanz, realizado por la "Brigada Salvador Allende" en 1977, como un "lugar de recuerdo del exilio chileno".

El mural, de 1,70 x 8,10 metros, aborda la lucha del pueblo chileno por la libertad y muestra una figura femenina con el pecho desnudo formando la bandera chilena. La historia del mural se descubrió en el marco de una iniciativa de investigación de la Universidad de Konstanz, dirigida por la filóloga románica y científica de la cultura Sandra Rudman, quien pudo reconstruir que la obra fue pintada por un grupo de chilenos exiliados durante un concierto del Chile Singegruppe de Konstanz y el conjunto chileno Quilapayún el 25 de abril de 1977 en el aula magna de la Universidad. El proyecto muestra que las memorias del exilio chileno representan una red transnacional, que también se refleja en los numerosos murales creados por chilenos que viven o vivieron en el exilio.

En el acto de conmemoración participaron la Rectora de la U. de Constanza, Katharina Holzinger; la embajadora de Chile en Alemania, Magdalena Atria; y el profesor titular del Programa de Fisiología y Biofísica del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, Benjamín Suárez, quien realizó su doctorado en Biología en el plantel alemán y entregó su testimonio como testigo de la época. "Fui invitado como tercer orador para compartir reflexiones desde mi experiencia en Konstanz y a participar, al final, de una conferencia en un conversatorio de síntesis de lo discutido. Fue una experiencia hermosa, no esperada, una especie de regalo que me permitió cerrar en paz varios círculos pendientes y me permitió agradecer en persona a quienes me ayudaron hace 49 años", comentó el profesor Suárez.

La agenda del encuentro incluyó, además, un panel sobre exilio, espacio donde la profesora Loreto Rebolledo, decana de la Facultad de la Comunicación e Imagen (FCEI) de la U. de Chile, participó con la conferencia "Memorias del exilio a 50 años. Entre la dispersión y la dilución". "Hice referencia a la experiencia exiliar que involucró a alrededor de 400 mil hombres, mujeres y niños chilenos, quienes de un día para otro perdieron un paisaje, una familia, un país, un proyecto político por el cual habían trabajado, y debieron buscar el modo de sobrevivir a la derrota en un lugar desconocido y al que jamás imaginaron llegar", explicó la decana.

"En las memorias de esa experiencia traumática que se encuentran dispersas, y que se particularizan según género, edad, clase social y lugar de llegada, es posible encontrar muchos puntos en común. Sin embargo, el tiempo las ha ido diluyendo y desgastando después de 50 años. En la presentación, se dio cuenta de sus mutaciones en diferentes momentos, dando especial importancia a la experiencia exiliar de mujeres y jóvenes, cuyas memorias de exilio y retorno emergieron más tardíamente que las de los hombres", añadió.

El segundo panel, de "Testimonio y visualidad", incluyó la presentación de "Operación Silencio. Todo lo que pudo durante estos 50 años", a cargo de la académica del Instituto de Estudios Avanzados de la U. de Santiago y editora de Operación Silencio, Cynthia Shuffer. “Es un trabajo de investigación colaborativo, que busca revisitar el libro alemán ‘Operación Silencio’, impreso bajo la autoría de Walter Heynowski, Gerhard Scheumann y Peter Hellmich en 1974 por el sello de la República Democrática Alemana Verlag der Nation. Nuestro impulso fue volver a mirar esta publicación, sus fotografías y archivos que registran los primeros meses de la dictadura en Chile y que son de gran relevancia para los trabajos de memoria que buscan seguir abordando críticamente el pasado reciente en Chile (...) El trabajo de traducción y diseño permitirá publicar por primera vez una versión en español”, explicó. El libro se lanzará en Chile el próximo 5 de diciembre y su distribución será gratuita.

En la segunda jornada, se realizaron los paneles "Repensar la tortura, repensar los lugares de memoria" y "Narrar la dictadura", donde se analizaron los ejemplos del cineasta Miguel Littin y el poeta Gonzalo Millán, además de dos conversatorios sobre la vida en dicha época y en torno a las deudas históricas que Chile aún tiene en derechos humanos. Ambas actividades incluyeron, además, la proyección del documental "Muralismo chileno en el exilio" (2023), de Daniel Oblitas Baca y Sandra Rudman.

Como explica el profesor Suárez, en Alemania se desarrolló una preocupación especial por los murales como expresión de los sentires de exiliados y su búsqueda de refugio. Él lo notó cuando volvió a Konstanz en la década del 2000 y descubrió que el mural pintado en 1977 seguía ahí, pese a que el muralismo suele ser un arte efímero. La investigadora Sandra Rudman se ha dedicado a seguir las huellas de los murales y ha mapeado más de 230. "Hay universidades alemanas que han protegido sus murales de remodelaciones y los mantienen intactos. Uno va, 50 años después, y ve no solamente a gente que tiene una producción muy completa en temas de filosofía, arte y cultura, sino que los colegas alemanes que se dedican a estudiar los temas de exilio hacen estudios comparativos de nuestras vivencias. Esta semana que pasé en Konstanz no fue una semana cualquiera en mi vida: fue un viaje muy sanador", destaca el profesor.