Las brechas de género en el fútbol son marcadas y persistentes. Esta es la principal conclusión del Estudio Sudamericano de Fútbol Femenino #NosotrasJugamos 2023, en cuyo lanzamiento participaron autoridades gubernamentales como el ministro del Deporte, Jaime Pizarro, y la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana. El trabajo, impulsado por el Observatorio de Gestión de Personas de la Facultad de Economía y Negocios de la U. de Chile, la División Sudamericana del Sindicato Mundial de Futbolistas (FIFPro) y la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (ANJUFF), fue presentado este 6 de diciembre en la Facultad de Ciencias Sociales de la U. de Chile.
La investigación, desarrollada entre noviembre de 2022 y octubre de 2023, encuestó a 1.171 jugadoras de fútbol pertenecientes a 103 clubes de primera división de Argentina, Chile, Colombia, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. La consulta tuvo como objetivo identificar las principales barreras culturales e institucionales que enfrentan y han experimentado estas futbolistas a lo largo de sus carreras, así como promover los cambios necesarios que permitan protegerlas y generar un ambiente deportivo y laboral digno. En su diagnóstico, el informe advierte de la precarización existente, y que “las jugadoras enfrentan desafíos financieros y laborales que amenazan su integridad física y emocional mientras persiguen sus sueños”.
En su intervención, el ministro del Deporte, Jaime Pizarro, compartió la experiencia asociada al desarrollo de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos, evento que demostró que “nuestra comunidad quiere vivir la actividad física y el deporte. Queremos disfrutar de la participación femenina. Hacíamos el recuento que, efectivamente, el 49% de nuestra delegación de los Panamericanos es femenina”, destacó.
Por su parte, la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, señaló que “el amateurismo obligado, la falta de fondos y la discriminación no son destinos obligados, sino que se pueden transformar, así como se han transformado desde ese 2008 que indicaba el ministro hasta hoy, podemos seguir avanzando. Para eso, esperamos que siempre puedan contar con el Ministerio de la Mujer a través de un trabajo intersectorial”. Enfatizó, además, que “en las sombras de la historia oficial, las jugadoras han desafiado prohibiciones, superado barreras culturales y luchado contra la falta de acceso, escribiendo una narrativa de perseverancia que tiene que ser reconocida”.
Acoso sexual y discriminación
Dentro de las principales barreras para entrar y mantenerse en el mundo del fútbol, destaca que un 73% de las jugadoras de primera división señalan haber experimentado algún tipo de acoso sexual. Además, el 42% declara haber sentido temor de ser acosada, mientras que el 36% ha sido testigo de situaciones de acoso sexual. “Dentro de las situaciones más frecuentes se encuentran los gestos obscenos (36%) y/o comentarios inapropiados sobre su cuerpo (40%). Además, un preocupante 52% ha sido víctima de bromas de doble sentido, silbidos o piropos inapropiados mientras entrenan o compiten en campeonatos”, plantea el informe.
Por otra parte, el estudio reveló que el 85% de las jugadoras ha experimentado algún tipo de discriminación de género durante su carrera deportiva. “Un 42% de las jugadoras ha observado discriminación relacionada con la clase social, la pertenencia a pueblos originarios u orientación sexual, y, además, un 68% afirmó haber sido testigo de discriminación por género en el transcurso de su carrera. Particularmente, un 71% de las jugadoras ha señalado que existen prácticas discriminatorias en los beneficios o remuneraciones”, indica el documento.
En este contexto, el 40% de las jugadoras de primera división declara considerar que el fútbol promueve la violencia de género. “Estas observaciones resaltan la necesidad de una profunda reflexión y de la implementación de políticas y programas que fomenten la igualdad de género y erradiquen la violencia en todas sus formas en este deporte”, sentencia el estudio.
Precariedad laboral
La investigación detectó que solo un 24% de las encuestadas “se dedica exclusivamente a jugar fútbol, mientras que el 76% restante enfrentan una doble e incluso triple jornada al combinar la carrera deportiva, estudios y otras ocupaciones”. Asimismo, se observa un nivel notablemente bajo de formalidad, ya que no más de un 46% tiene un contrato laboral con sus clubes actuales. En cuanto a las remuneraciones, en tanto, el estudio señala que solo un 24% recibe ingresos superiores al salario mínimo. Del 76% restante, un 49% de las futbolistas percibe ingresos mensuales inferiores o iguales al salario mínimo, mientras que un 27% de ellas no recibe ninguna remuneración.
Esta precariedad laboral también abarca otros aspectos, como las instalaciones y servicios disponibles. De acuerdo al estudio, solo un 33% de las jugadoras señala que la cancha en la que entrenan cumple con todas las condiciones necesarias para un entrenamiento de calidad, mientras que un 30% indica la disponibilidad de servicios de atención médica, como policlínicos o enfermerías. Por otra parte, un 25% indica no contar con duchas y agua caliente en sus lugares de entrenamiento. Estos resultados, plantea el documento, "reflejan la necesidad de seguir trabajando en la mejora de la infraestructura y los servicios para garantizar un ambiente óptimo para el fútbol femenino en todas sus facetas".
Respecto al cuidado de la salud en la práctica deportiva, un 21% de las jugadoras declara no disponer de seguro médico, mientras que un 12% informa que financia su seguro de manera independiente. En relación a quiénes se han hecho cargo de los costos asociados a las lesiones, el informe indica que, en promedio, el 63% de las jugadoras recibieron apoyo financiero por parte del club, mientras que el 27% tuvo que asumir el costo por sí misma, ya sea en su totalidad o en parte.
Sobre la información que transmiten los clubes en cuanto a incentivos y beneficios, más de la mitad de las jugadoras asegura que no han sido debidamente informadas. "Además, aproximadamente un tercio de las jugadoras señala la falta de transparencia y claridad en los criterios de reconocimiento y evaluación. Finalmente, en cuanto a igualdad y equidad con sus pares hombres, se tiene una muy baja percepción en términos de incentivos salariales equitativos y acceso a beneficios salariales o de auspiciadores", plantea el documento.
Propuestas
Finalmente, el informe sostiene que existen "múltiples desafíos a nivel institucional, social y cultural para cerrar estas brechas, sin embargo, creemos que es prioritario cerrar las brechas legales en cuanto a contratación, remuneración y prevención de acoso sexual a corto plazo. A mediano plazo, es relevante generar políticas públicas e institucionales para la promoción del desarrollo profesional pleno de las mujeres en el fútbol profesional. Y, a largo plazo, buscar un impacto a temprana edad en el desarrollo de estereotipos de género para lograr una transformación cultural.
En esta línea, las y los autores proponen las siguientes ocho medidas: establecer estándares mínimos para los torneos nacionales, mejorar y ampliar las competiciones regionales de clubes, reestructurar el proceso clasificatorio para la Copa del Mundo y Juegos Olímpicos, Generar estándares de profesionalización y mayores incentivos de visibilización para las selecciones femeninas, Avanzar hacia la igualdad de género en condiciones e incentivos financieros, Promoción de la negociación colectiva para el fortalecimiento del fútbol femenino en Sudamérica, Fortalecimiento de cuidado integral de las deportistas y protección contra la violencia de género, Fortalecer el trabajo, planificación y competencias internacionales en las categorías inferiores.