Todos los sábados desde las 11 de la mañana en la población Nueva Guanaco, en la comuna de Recoleta, Lucas Prado y otros voluntarios de la Facultad de Gobierno hacen clases de Matemáticas, Lenguaje o Historia. A veces también cocinan o juegan a la pelota con niños, niñas y adolescentes que viven en el sector.
La zona, que antes se llamaba “7 de febrero” en recuerdo de la fecha en que un grupo de vecinos que vivía en el Cerro Blanco se tomó esos terrenos, es un lugar de alto riesgo social, pero donde los estudiantes de la Universidad de Chile son caras familiares.
“Actualmente el voluntariado tiene un enfoque de reforzamiento académico y recreacional. Hacemos actividades los sábados en una sede municipal que tiene la población, que está junto a una cancha. La semana pasada, tuvimos la celebración de nuestro aniversario, se celebró la Navidad y se le entregó regalos a los chiques”, cuenta Lucas Prado, coordinador general del voluntariado Nuevo Guanaco.
Lucas tiene 19 años, acaba de pasar a tercero y desde que ingresó a la Universidad a estudiar Administración Pública se interesó por ser parte de esta organización. Aunque se describe como inmaduro, afirma que este tipo de temáticas lo hizo comprometerse más de lo que esperaba. “El año pasado fui muy constante porque me gustaba, sentía que era un lugar donde me sentía cómodo y ya al final de año alrededor de noviembre me dijeron: ‘vemos capacidades en ti para que puedas liderar esto en conjunto otra coordinación’”, cuenta.
En estos dos años como voluntario ha trabajado con menores de entre 6 a 17 años, y ha visto de cerca algunas de las problemáticas relacionadas con la infancia y las vulneraciones que pueden vivir, por ejemplo, cuando un niño sin redes es ingresado a hogares dependientes del Estado.
“Me impactó porque nunca había visto casos así, donde los chiques pasaban por el Servicio Nacional de Menores, volvían, salían, los papás tenían problemas de consumo de sustancias. Me chocó ver que esta es la realidad chilena, donde un 60%, no puede llegar a fin de mes, donde el los conflictos con el narcotráfico están muy presentes. Y. me puse a pensar, ‘pucha, yo puedo entregarle, aunque sea una horita de mi tiempo a estos chiques para poder hacer alguna actividad, jugar fútbol, ¿por qué no lo voy a hacer?’”, relata.
Estado Ausente
El voluntariado Nuevo Guanaco comenzó en 2004 y está a pocos meses de cumplir dos décadas de trabajo. Hoy cerca de 22 niños, niñas y adolescentes participan frecuentemente en las actividades que realizan los voluntarios y que financian gracias a rifas y donaciones.
“Tenemos un enfoque social, y en general la Universidad de Chile tiene que ser así. Se le ha criticado mucho ser elitista, que está generando una desconexión con la ciudadanía y solo generando elitismo académico y no una conexión directamente con lo social, que es el fin con el que nació la Universidad de Chile, y más nuestra carrera que tiene un fin, un fin público. Por eso nos interesa hacer este trabajo”, dice Lucas.
Pero ¿por qué enfocarse en la infancia que no está tan ligado la administración pública? “Nosotros vamos a ser futuros funcionarios públicos, y llegar a una realidad donde el Estado en su mayoría no está presente, donde la municipalidad no se ve presente, es paradójico. El Estado está en los colegios públicos, pero los chiques tienen muchos vacíos académicos, tienen 9 -10 años y les cuesta como leer, las sumas básicas de matemáticas también les cuestan” explica y agrega “es triste porque son muy inteligentes y ver que tienen ese contexto es como este niño podría ser puntaje nacional (...), pero el Estado actual se olvida de la infancia, se olvida como de reforzar la educación pública y se dan estas situaciones”.
Para Lucas “el voluntariado nos acerca a la función pública en un área muy dejada de lado como ha sido la infancia. Ahora cambió el Servicio Nacional de Menores, crearon Mejor Niñez, que tiene otro enfoque, otra oferta. Pero algo que no se puede negar, es que el Estado chileno tiene una deuda histórica con la infancia”.
Tras el cierre de las actividades 2023, en la que la municipalidad de Recoleta facilitó juegos inflables y donde compartieron con muchos más vecinos de la población Nuevo Guanaco, como agrupación esperan en los próximos meses celebrar dos décadas de trabajo. “Vamos a cumplir 20 años y queremos hacer, quizá, algo algo grande. Este año fue muy bueno y el año pasado también fue muy bueno. Creo que es muy importante el voluntariado para esta escuela, ya que es un acercamiento a nuestro campo laboral, es una actividad social, una función pública a cumplir. Entonces de por si se sienten orgullosos de que esté este voluntariado en la escuela, entonces ahí tenemos que ver, pero la vara está muy alta y tenemos que seguir trabajando para estar a la altura en 2024”, concluye.