El jueves 25 de enero recién pasado, el equipo de la Unidad de Conservación y Documentación del Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile, liderado -en terreno- por la conservadora y restauradora Marta Rebora, terminó el proceso de restauración de la obra Primer Congreso Nacional (1905), lienzo de 5,30 x 6,00 mts, ubicado en el hemiciclo del Senado de la República en Santiago, conocido también como Palacio del ex Congreso Nacional de Chile. El trabajo, que se realizó durante todo el primer mes del 2024, implicó un proceso de diagnóstico, registro fotográfico, análisis UV y microscópico del óleo, así como una limpieza superficial y del perímetro-marco-, además de un barnizado final de la pintura.
La tarea se puede entender como la segunda parte de un proyecto que comenzó junto a la restauración -por parte del mismo equipo del MAC- de la obra El Descubrimiento de Chile (1913), de fray Pedro Subercaseaux. “Lo que ha pasado es que el primer ejercicio de magnitud que hicimos ahí, la restauración de El Descubrimiento de Chile, tuvo una muy buena respuesta. El equipo del museo, bajo la coordinación de Marta Rébora, realizó un trabajo con muy buenos resultados. Eso permite que vengan nuevas asociaciones. En primera instancia se iban a restaurar las dos obras al mismo tiempo, pero el espacio estaba ocupado por la Asamblea Constituyente. Entonces no se podía entrar con el andamiaje y detener ese proceso. Pudo no haberse realizado esta segunda reparación, pero nos pidieron que la hiciéramos”, explica Daniel Cruz, director del Museo de Arte Contemporáneo.
"El valioso trabajo, que está realizando el MAC junto al Senado de la República de restaurar piezas históricas, muestra la importancia de la colaboración entre instituciones del Estado para resguardar el patrimonio cultural del país. Esta nueva restauración se suma a la ya realizada de la obra Descubrimiento de Chile. Ahora, con la pintura Primer Congreso Nacional, seguimos cuidando el legado artístico de nuestra nación. Agradecemos, especialmente, al senador Coloma por la confianza en la Universidad de Chile y a todo el equipo del MAC que contribuyó en esta tarea", dijo la Rectora Rosa Devés.
“Cuando empezamos a hacer este proyecto, realizamos un llamado bien abierto y el MAC demostró mucho interés en hacerlo, particularmente con la primera pintura. Y efectivamente hicieron un trabajo espectacular. Entonces de ahí en adelante esta alianza ha sido muy buena, lo que no significa que no haya otros que también puedan acceder, pero su trabajo nos dio muchas garantías por la forma en que se hizo y cómo han operado en este nuevo proceso. Dicho sea de paso, estas cosas las vemos siempre con el Consejo de Monumentos, recordemos que el ex Congreso Nacional es un monumento. No se imaginan todas las autorizaciones que se requieren para llevar adelante estas mejoras, y, por lo mismo, también se exigen ciertos criterios de calidad, que el MAC ha cumplido plenamente”, señaló por su parte el Presidente del Senado, Juan Antonio Coloma.
La restauración del Primer Congreso Nacional, se enmarca en una serie de iniciativas impulsadas por el Senador Coloma durante su gestión. “El Presidente del Senado es una persona preocupada, tanto por el edificio, como por una serie de cosas que muchas veces pasan desapercibidas. Las distintas administraciones dejan distintos legados, y él está preocupado de tomar esto, de poder resolverlo, y de que quede bien para proyectar y conservar obras que son parte de nuestro imaginario local”, agrega el Director del MAC.
Al respecto, el Presidente del Senado señala: “Creo que las instituciones tienen raíces y las raíces hay que protegerlas. En festividades como el Día del Patrimonio, uno se da cuenta que el patrimonio es de todos y que no da lo mismo si está en buenas condiciones o si se está deteriorando. La recuperación del cuadro de fray Pedro Subercaseaux ha sido un hito. ¡No te imaginas la cantidad de gente que ha venido a verlo, porque es la primera vez en 110 años que se recupera esta obra de arte que está llena de símbolos! Lo mismo estamos haciendo ahora en el hemiciclo. ¿Cuál es el sentido? Darle valor a la historia, que se sienta que cuidamos las cosas”.
Respecto al trabajo de restauración mismo, Pamela Navarro, Coordinadora de la Unidad de Conservación y Documentación del Museo de Arte Contemporáneo, explica. “Se trata de una limpieza completa. Son cuadros que datan de principios del 1900 y, según los antecedentes que manejamos, El Descubrimiento de Chile no había tenido ningún tipo de mantención desde que se instaló aquí. Las restauraciones se hacen a través de pruebas de limpieza, y se usan diferentes solventes hasta encontrar cuál es el más efectivo y el menos invasivo, a fin de no deteriorar los pigmentos originales. Al final, cuando ves el antes y el después de la obra, te das cuenta que cambian un montón los colores. Eso es súper interesante porque además permite analizar la paleta del artista, etc”.
Respecto de la obra y los dos artistas que intervinieron en esta, Navarro describe que “González fue un chileno que tuvo la oportunidad de estudiar en Francia, y creo que allá se pudo conectar con Laroche que fue un artista francés, -explica Marta Rebora. Entiendo que fue un llamado público, algo bien formal, y ganaron el concurso. Realizando la limpieza, nos llamó mucho la atención que se distinguen las manos de los dos artistas. Se nota como el cuadro en la parte izquierda ha sido pintado por el chileno González Méndez, y la parte derecha por Laroche. Hablamos de 1900, cuando comienzan todas las vanguardias en Francia y el Impresionismo. Laroche, seguramente, plasma en ese cuadro su espíritu más libertino, con una paleta más variada, colores brillantes, verde, morado, rojo, naranja, con mezcla realizadas en la misma paleta. Mientras que en la izquierda, se nota un estilo más rígido y con una paleta más oscura. Es llamativo porque normalmente cuando los pintores trabajaban juntos se mezclaban”, cuenta.
El equipo del MAC estuvo integrado por Marta Rebora, junto a Carlos Sotelo, Daniela Sepúlveda, Julio Acuña, Juan Álvarez, Andrea González y Karen Hernández. Un grupo humano que debió trabajar con obras instaladas a alrededor de ocho metros de altura, ya que no se pueden bajar, pues están adheridas a la arquitectura. “A nosotros, sin duda esto nos permite también fortalecer nuestra área de restauración -explica Daniel Cruz-, pero este encargo nos hace sentido también, porque se trata de obras que nos pertenecen a todos, a nuestra historia, y poder trabajar en esto, de alguna forma nos instala con un correlato sobre las necesidades del país”.