La cepa altamente patógena del virus H5N1 se ha estado diseminando por todo el mundo, causando altos niveles de mortalidad tanto en la vida silvestre como en la producción avícola. Se esperaba que este virus fuese avanzando hasta llegar al continente antártico, pudiendo afectar a diferentes especies de aves e incluso mamíferos marinos de la zona. Frente a este escenario, investigadores de la Universidad de Chile pertenecientes a distintas unidades académicas han participado desde diciembre pasado en el monitoreo de la posible llegada de este patógeno a la Antártica.
Uno de estos equipos fue encabezado por el Dr. Víctor Neira, académico del Laboratorio de Virología de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile, y por el Dr. Marcelo González, jefe del Departamento Científico del Instituto Antártico Chileno (INACH), cuyo grupo de investigación viajó al Continente Blanco para poner en marcha un plan de vigilancia y caracterización del virus de influenza aviar de alta patogenicidad, buscando evidencia de mortalidad y colectando muestras de animales.
Benjamín Bennett, Naomi Ariyama y Gabriela Muñoz, estudiantes del Doctorado en Ciencias Silvoagropecuarias y Veterinarias de la U. de Chile; y Bárbara Berazay, quien cursa el Magíster en Ciencias Animales y Veterinarias del mismo plantel, integran el equipo de investigadores del Laboratorio de Virología de la Universidad de Chile que ha permanecido en terreno desde diciembre, quienes detectaron la presencia del virus de influenza aviar de alta patogenicidad en cinco ejemplares de págalos antárticos, aves conocidas también como skuas. Previamente, al principio de la expedición, participó también el Dr. Lucas Kruger, científico del INACH, experto en avifauna.
“Utilizando técnicas de PCR en tiempo real y bajo los protocolos establecidos por Servicio Agrícola y Ganadero, se analizaron seis muestras de cinco págalos antárticos, un ave marina típica de la zona conocida como skua. Se detecta la presencia de Influenza A en todas las muestras analizadas. Al realizar la subtipificación y patotipo, se confirma la presencia de influenza aviar altamente patógena subtipo H5N1. Al tratarse de una enfermedad de denuncia obligatoria, notificamos al SAG de inmediato”, explica el Dr. Víctor Neira, quien está a cargo de la investigación.
El hallazgo se produjo en la Isla Ross, donde se ubica la base de la República Checa. Hasta este lugar se trasladó el equipo de investigación de la Universidad de Chile después de una alerta de científicos checos que divisaron págalos antárticos muertos cerca del mar. Tras el aviso, los investigadores viajaron en un barco de la Armada chilena a la zona desde la Base Escudero en la Isla Rey Jorge, donde se encontraban, para tomar muestras de los ejemplares.
Otra campaña de monitoreo, además, detectó casos positivos de gripe aviar en pingüinos Adelia y cormoranes antárticos, descubrimiento que fue realizado por el Instituto Milenio Biodiversidad de Ecosistemas Antárticos y Subantárticos (Instituto Milenio BASE), que encabeza la Universidad de Chile, en colaboración con la empresa francesa PONANT. Este equipo, dirigido por el Dr. Elie Poulin y la Dra. Juliana Vianna, junto con la colaboración de la Dra. Céline LeBohec, de la Universidad de Montpellier, Francia, obtuvo muestras de trece sitios de reproducción a lo largo de la península Antártica y la costa occidental del Continente Blanco, a partir de las cuales se detectaron nueve casos de gripe aviar altamente patógena (H5N1).
Ciencia antártica chilena
El INACH cuenta con un laboratorio de diagnóstico viral en la Base Escudero, que se estableció para este propósito a principio de temporada, donde el equipo de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (FAVET) de la Universidad de Chile pudo analizar las muestras y detectar el virus en el 100% de ellas. El SAG recibió el informe y ya solicitó las contramuestras. Respecto a esta labor, el Dr. Víctor Neira destaca que “este es un hito que complementa otras detecciones hechas por otros grupos de estudio, y posiciona a nuestro país y a nuestra Universidad como líder en el tema investigativo antártico, reafirmando el liderazgo que hemos tenido como institución en el estudio de influenza aviar”.
“Este hallazgo pone en valor la capacidad de INACH en colaboración con FAVET de la U. de Chile para realizar caracterización de virus y diagnósticos certeros que contribuyen a esta gran problemática mundial que es la influenza aviar altamente patógena. Contamos con equipos y técnicas de diagnóstico molecular que son basadas en PCR en tiempo real para la detección del patógeno, y fue lo que nos permitió confirmar la presencia del virus en la Antártica. Además, hemos dado soporte a otras naciones que se encuentran monitoreando el lugar”, consigna el Dr. Marcelo González, quien lidera el equipo de investigación del INACH.
Benjamín Bennett, a nombre del equipo de investigación, valora también el trabajo colaborativo internacional. “La labor que hemos llevado a cabo ha sido posible gracias a una estrecha cooperación entre INACH, la Armada de Chile, nuestra Facultad y el veloz reporte de científicos de la base de República Checa. Esto demuestra lo importante que es la cooperación para realizar estudios de esta magnitud”, señala.
De acuerdo al Dr. Neira, resulta complejo delinear un plan de contención del virus en la fauna silvestre de la Antártica. Sin embargo, se deben mantener los programas de vigilancia y caracterización, ya que se ha demostrado que el patógeno puede establecerse en la población animal, mutar y ser una potencial fuente de influenza aviar que puede diseminarse hacia otros animales e incluso a los seres humanos.
El equipo de FAVET U. de Chile está en la Antártica desde diciembre. Primero llegaron Bennett y Berazay, y luego se sumaron Ariyama y Muñoz; quienes se mantendrán realizando monitoreo y vigilancia hasta abril, principalmente en las especies más susceptibles al virus como págalos, pingüinos, elefantes y lobos marinos.