A partir de abril de 2024, Chile comenzará a implementar gradualmente la ley de jornada laboral de 40 horas, un cambio que marcará un hito en el mercado laboral del país. Esta medida, largamente esperada por muchos, busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores y promover una mejor conciliación entre la vida laboral y personal.
Sin embargo, la implementación de esta ley no está exenta de desafíos. Las empresas deberán adaptarse a la nueva realidad laboral, lo que implicará cambios en la organización del trabajo, la productividad y la gestión de recursos humanos.
Para conocer más sobre este importante cambio, conversamos con Sergio Valenzuela, Director Académico y Profesor del Diploma Gestión Estratégica de Recursos Humanos y Relaciones Laborales de Unegocios FEN, de la Universidad de Chile, y Hernán Juri, abogado y Docente del mismo Diploma.
Estrategias empresariales para adaptarse a la nueva normativa
Valenzuela, quien también ocupa el cargo de Director del Círculo de Ejecutivos de Recursos Humanos CERH Chile, señala que la adaptación a la jornada de 40 horas debe ser "directamente relacionada con el negocio, con sus grupos de interés y principalmente con los clientes". En este sentido, cada empresa deberá buscar la mejor manera de seguir siendo competitiva sin bajar la calidad de su producción o servicios. Es probable que algunas empresas se vean en la necesidad de hacer más eficientes sus procesos y buscar opciones de automatización en la medida de lo posible.
Juri, por su parte, aclara que la reducción de la jornada de trabajo aplica a todas las personas que tengan un vínculo de subordinación y dependencia, y que tengan una jornada de trabajo. La excepción la encontramos en el artículo 22 inciso segundo, que a propósito de la modificación legal redujo drásticamente los supuestos en los cuales un trabajador se encuentra excepcionado de contar con una jornada específica de trabajo: gerentes, administradores, apoderados con facultades de administración y todos aquellos que trabajen sin fiscalización superior inmediata en razón de la naturaleza de las labores desempeñadas.
Impacto en el mercado laboral y lecciones aprendidas
En cuanto a los desafíos que enfrentan las empresas, Valenzuela señala que se deberán enfrentar "importantes desafíos administrativos al inicio, de análisis de información, reportes, etc.". Sin embargo, también destaca que la ley "entrega la oportunidad de buscar conciliar de mejor manera trabajo/familia y generar los modelos de cultura laboral que permitan ir empujando una visión de trabajo enfocada en productividades".
Juri coincide en que la implementación de la ley "puede generar costos inmediatos asociados con la reducción de las horas de trabajo". Sin embargo, agrega que "los beneficios económicos a largo plazo, como la reducción del ausentismo y la rotación de los trabajadores, pueden superar estos costos".
Ambos expertos concuerdan en que la experiencia de otros países que han implementado jornadas laborales reducidas puede ser una valiosa fuente de aprendizaje. Sin embargo, advierten que es importante considerar la cultura y las características propias del mercado laboral chileno.
En definitiva, la implementación de la jornada laboral de 40 horas en Chile es un desafío importante, pero también una oportunidad para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y aumentar la productividad de las empresas. El éxito de esta iniciativa dependerá no solo de las modificaciones en los procesos empresariales, sino también de una reevaluación de la cultura laboral en Chile. En este sentido, será crucial la capacidad de adaptación de las empresas y el respaldo proporcionado por el Estado.
Este es solo el comienzo de un proceso que transformará el mercado laboral chileno. Queda por ver cómo se adaptarán las empresas y cómo responderán los trabajadores a este nuevo paradigma.