Para dar clausura a las celebraciones de los 70 años del Consejo de Rectoras y Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH), que incluyeron una ceremonia solemne donde se otorgó un reconocimiento a la ex Presidenta Michelle Bachelet por su contribución a la Educación Superior, más de 600 personas de las comunidades universitarias de los 30 planteles disfrutaron de un concierto a dos pianos en el Teatro de la Universidad de Chile.
Se trató del tercero de seis conciertos contemplados dentro del Séptimo Ciclo de Piano organizado por el Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile, CEAC, y estuvo a cargo de dos destacadas pianistas de nuestro país, egresadas además de universidades pertenecientes al CRUCH: Mahani Teave y Valeria Prado.
“Es muy emocionante ver cómo nos reunimos en torno al arte. Siento una alegría muy grande por recibirles en nuestro teatro, con el hermoso concierto que nos van a ofrecer las destacadas pianistas Mahani Teave y Valeria Prado”, dijo al comienzo del evento la Rectora de la U. de Chile, Rosa Devés.
“Durante el día hemos celebrado los 70 años del CRUCH, reconociendo el camino recorrido por las universidades que lo integran y, especialmente, reconociendo siempre a sus comunidades. Por ello, es importante realizar este concierto que reúne a la familia universitaria y a las propias familias. Estamos felices con la respuesta a la convocatoria, la cual refleja un fuerte sentido de pertenencia. Es este espíritu tan positivo el que nos alienta a todos y todas a seguir trabajando colaborativamente por una educación superior que sea equitativa y de calidad”, agregó.
Por su parte, el vicepresidente ejecutivo del CRUCH y Rector de la U. de Tarapacá, Emilio Rodríguez, destacó que “el CRUCH está cumpliendo 70 años de una vida que ha estado al servicio del país y que se expresa en lo que cada una de nuestras instituciones es capaz de realizar en cada uno de sus territorios”. “Además, como red, configuramos un organismo de alto vigor intelectual, académico. A través de nuestras comisiones estamos trabajando permanentemente en aportar con ideas, con visiones, con pensamiento estratégico al desarrollo del país (...) Eso es lo que hacen las universidades del CRUCH, es lo que hace el CRUCH: crear valor para el país, y seguiremos otros 70 años más, al menos, en esa misma misión”, dijo.
A cuatro manos
Mahani Teave, una de las pianistas más destacadas de Chile y la única originaria de Rapa Nui, se formó en el Conservatorio de la Universidad Austral de Chile. A lo largo de su carrera, ha destacado por su nivel interpretativo y técnica, siendo reconocida internacionalmente y ganando importantes concursos. Se ha presentado en países como México, Estados Unidos, Alemania, España, Italia, Tailandia, Singapur, Japón, China, entre muchos otros. Asimismo, ha actuado como solista con diversas orquestas de Chile y el extranjero. En 2011 formó la primera Escuela de Música de Rapa Nui, institución que fue acogida bajo el alero de la ONG Toki, la que busca preservar la cultura y generar nuevas oportunidades para el desarrollo de niños y jóvenes.
En tanto, Valeria Prado es oriunda de Ovalle. Inició sus estudios musicales a la edad de 5 años, luego ingresó a la Escuela Experimental de Música Jorge Peña Hen y más tarde estudió la Carrera de Licenciatura en Música con Mención en Piano en la Universidad de la Serena, donde también fue docente. Realizó además estudios de posgrado en el Instituto Superior de Arte de La Habana, Cuba. Desde 2012 trabaja con Teave en la Escuela de Música de Rapa Nui.
El concierto comenzó con las Variaciones Goldberg BWV 988 del alemán Johann Sebastian Bach. Dentro de la recuperación de la música del reconocido compositor barroco, proceso impulsado fuertemente por Félix Mendelssohn y luego por Robert Schumann o Ferruccio Busoni, surge también la figura de Joseph Rheinberger. Compositor y organista originario de Liechtenstein, realizó en 1883 el arreglo para dos pianos que fue interpretado en esta ocasión y que cuenta con algunos pasajes contribuidos por su propio puño.
“Las Variaciones Goldberg son monumentales”, comentó Teave. “La estructura, cómo desarrolla y arma esta obra es realmente muy interesante”. Añadió que “este arreglo de Rheinberger fue una gran sorpresa para mí en su momento, cuando lo descubrí. Es que, si bien él agrega algunos elementos, no quita para nada la esencia de esta obra, ni tampoco oscurece de ninguna forma su particularidad. Al contrario, a mí me encanta este arreglo”, dijo.
En tanto, la segunda parte del programa presentó los Valses Op.39 para piano a cuatro manos, del compositor alemán Johannes Brahms. Se trata de dieciséis valses breves escritos en 1865 y publicados al año siguiente en Viena, ciudad donde este baile de salón se encontraba muy asentado entre la élite. Fueron dedicados al controvertido musicólogo y crítico Eduard Hanslick, defensor del formalismo musical o la llamada “música pura”, es decir, escrita como materia sonora, sin asociaciones visuales o conceptuales.