Director DMUS: “Valentín Trujillo es el último representante vivo de una generación de músicos populares que se formaron en el dinámico ambiente radiofónico activo hasta fines de la década de 1960”

“Valentín Trujillo dominaba todas las exigencias del medio musical"

El pasado jueves 5 de septiembre el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio informó que el Premio Nacional de Artes Musicales 2024 distinguió la extensa trayectoria del pianista Valentín Trujillo. La noticia se recibió positivamente en el gremio musical, ya que hace varios años se estaba levantando la consigna que proponía premiar la importante carrera del popularmente conocido Tío Valentín.

El pianista, de 91 años, recibió el reconocimiento destacando que “por primera vez este premio, que fue y ha sido tan esquivo para la música popular, se da a un músico eminentemente de música popular. La música popular que yo he podido desarrollar es amplia, muy amplia. Está incluido el romanticismo, el folclor, el jazz (...) aquella música que habla del amor, del futuro, de la necesidad de amar y de ser amado, de la necesidad de no odiar. Estoy muy feliz”, afirmó.

Valentín Trujillo comenzó sus estudios musicales en el Conservatorio Nacional de Música, antecesor directo de nuestro Departamento de Música de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. En varias entrevistas que ha dado en su fructífera carrera ha mencionado como su maestra a Elisa Gayán, quien además es la primera decana de una facultad en la Casa de Bello. “Yo iba los miércoles y los sábados, tenía lección a las dos y media, yo era un cabro de clase media modesta, con mi abuela en micrito llegaba. Elisa Gayán a las seis o cinco de la tarde, hacía que me sirviera una taza de té con un sanguchito y yo me quedaba hasta las ocho o nueve de la noche escuchando a todos los demás músicos”, contó en 2019.

Posteriormente se formó en el dinámico ambiente radiofónico chileno “activo hasta fines de la década de 1960”, explica el musicólogo y director del Departamento de Música, Álvaro Menanteau.  Pero ¿qué significaba formarse en ese ambiente? “Ser profesional de la música popular en ese contexto implicaba tener dominio de lecto-escritura musical y haber cursado (aunque sea parcialmente) estudios de instrumento clásico. Muchos músicos populares con este perfil se formaron en el antiguo Conservatorio Nacional de Música. Un pianista con el perfil profesional de Valentín Trujillo debía leer partituras, improvisar en varios estilos de músicas populares (entre 1920 y 1970 se cultivaban hasta 23 géneros musicales populares diferentes), acompañar cantantes en cualquier tonalidad, y realizar arreglos musicales en el momento. Él dominaba todas estas exigencias del medio musical y por ello ocupó un lugar central en el contexto en que le correspondió trabajar”, agrega el investigador.

Parte importante de la carrera de Valentín Trujillo la realizó en la televisión, destacando, por ejemplo, su participación en el conocido programa Sábado Gigantes. Ahí estuvo junto a Mario Kreutzberger 42 años al aire cada fin de semana primero en Chile y luego en Estados Unidos.

También fue parte de dos icónicos programas de televisión para las infancias: Pin Pon y El mundo del profesor Rosa. Ambos espacios ocupan un lugar destacado en la producción audiovisual destinada a niñas y niños, siendo además un tipo de contenido educativo referencial hasta hoy. Para la musicóloga y subdirectora DMUS, Fernanda Vera, “el aporte cultural de Valentín Trujillo tenía que ver con producir un diálogo desde el oficio de pianista acompañante que se pone a disposición de un otro, es decir, aportaba pedagógicamente a enriquecer el espacio infantil. De tal manera que la música era un diálogo que nutría los aportes que entregaban tanto Jorge Guerra como El Profesor Rosa. Para el caso de Jorge Guerra igualmente el acompañamiento de piano ha quedado en el oído de muchas generaciones de chilenos y chilenas por la popularidad que alcanzaron los repertorios creados por Vittorio Cintolesi para el programa”. 

El Premio Nacional de Artes Musicales se ha entregado sólo en tres ocasiones a músicos populares: en 1994 a Margot Loyola, en 2016 a Vicente Bianchi y en 2024 a Valentín Trujillo. El reconocimiento al Tío Valentín, en palabras del profesor Menanteau “nos abre la posibilidad de ir atesorando nuestras preferencias a futuro” Y se aventura a compartir las suyas: “yo apostaría por las postulaciones de figuras como Isabel Parra, Horacio Salinas o Sergio "Tilo" González”, concluye.

El ganador/a del Premio Nacional de Artes Musicales recibe un diploma, una suma que se reajusta anualmente y que este año supera los 23 millones de pesos, además de una pensión vitalicia mensual equivalente a 20 unidades tributarias mensuales (UTM).