El miércoles 30 de octubre el Departamento de Música de la Universidad de Chile rendirá un homenaje a Iris Sangüesa, creadora de larga y valiosa trayectoria y
considerada la primera compositora en música electrónica en el país.
En la oportunidad se presentarán cuatro obras que simbolizan diversos momentos de su trayectoria musical: “Preguntas a la hora del té”, pieza para contrabajo y piano de su primera época y cuyo nombre está inspirado en un antipoema de Nicanor Parra; “Exaltación” y “Vibración”, piezas para violín y piano y para cello, piano y voces mixtas respectivamente, del ciclo “Ánima mater” terminado a inicios de este siglo, y “Permanencia”, nueva obra electrónica que está desarrollando con apoyo del profesor del DMUS, Edgardo Cantón.
“Me está ayudando mucho, tiene una paciencia infinita y me ha permitido lograr en las nuevas tecnologías los timbres y efectos que ando buscando”, explica sonriente Sangüesa, quien tiene una fuerte ligazón con la Universidad de Chile.
“Yo me formé acá. Hice mis estudios de piano en este lugar antes de que se construyera el edificio actual. Cuando ya trabajaba acá nos fuimos a otro lugar de Santiago Centro mientras se levantaba y después volví para ser pianista de las estudiantes de danza. Hice clases, programas en la radio IEM, fui coordinadora de carrera en Tecnología del Sonido, tengo una relación larga con la Facultad”, comenta.
Su camino en la creación partió cuando era pianista acompañante de los y las estudiantes de danza y se puso a improvisar delante del coreográfo Patricio Bunster y el músico Gustavo Becerra. “Hablamos un rato y Gustavo me invitó a sus clases de composición. Fue quien me permitió alcanzar un sueño que pensé que no iba a cumplir”, agrega Sangüesa.
De ahí comenzó una historia con hitos como su inclusión en eventos como los Festivales de Música Chilena que se hicieron desde mediados de siglo pasado hasta 1973, participaciones orquestales como percusionista (la segunda carrera que estudió) y una estadía de dos años en Argentina, becada por el prestigioso Instituto Torcuato di Tella, donde incursionó por primera vez en la música electrónica.
Sus varias decenas de composiciones tienen una escueta presencia en grabaciones discográficas o salas de conciertos, como ha ocurrido con buena parte de las mujeres creadoras a lo largo de la historia. Aparte del factor de género ella misma ha puesto poco de su parte para que su obra tenga más circulación. “En un momento pensé en que no quedara nada, no quería mostrarme. Pero desde hace un par de años me han hecho algunos reconocimientos y lo he pensado un poco mejor”, explica.
Para la subdirectora del Departamento de Música, Fernanda Vera, el homenaje a Iris Sangüesa es “una actividad necesaria para nuestra institución y para la música chilena. Es valioso relevar a las figuras pioneras y a quienes pudieron romper esquemas y abrir nuevos escenarios para las mujeres en otras épocas”, asegura.
El concierto del 30 de octubre se inicia a las 19 horas y contará con la participación de los pianistas Elizabeth Mendieta y Benjamín Vidal, la cellista Ariadna Kordovero, el violinista Jimmy Beas y una agrupación vocal dirigida por la profesora Viviana Hernández. La entrada es liberada.