“Durante la opresiva dictadura chilena, Raúl, un modesto maquetista, se refugia en la aparente calma de su barrio. Sin embargo, su vida se ve trastocada cuando unos misteriosos vecinos llegan, desencadenando una espiral de horror y violencia que dejará profundas cicatrices”. Esa es la sinopsis que la productora Infractor utiliza para describir a Patio de Chacales (108’, 2024), opera prima del director Diego Figueroa, egresado de la Escuela de Cine y Televisión de la Universidad de Chile, y Alejandro Ugarte, que oficia de productor en el trabajo y que también es egresado de nuestras aulas.
El filme se prepara para su estreno mundial en el Festival Tallinn Black Nights, el 15 de noviembre en Estonia. La película cuenta con la actuación de Blanca Lewin, Nestor Cantillana, Grimanesa Jiménez, Consuelo Holzapfel, Juan Cano, entre otros.
De acuerdo con ambos, el trabajo ha captado la atención desde sus primeras fases de desarrollo y en un primer momento busca consolidarse en el competitivo circuito de festivales para, en enero de 2025, estrenarse comercialmente en salas.
“El proyecto surge de temas que ya había explorado en mi trabajo de título en la universidad. Sabía que quería hacer un thriller psicológico y retomar ciertos puntos que había tocado antes, pero esta vez con un enfoque más maduro”. Patio de Chacales se destaca por su compleja trama, que invita al espectador a sumergirse en un juego de percepción, donde lo que se escucha cobra mayor importancia que lo que se ve, creando un ambiente de suspenso y tensión psicológica, afirma Figueroa.
Desafíos en materia de producción y mensaje del filme
En tanto, según Alejandro Ugarte, uno de los mayores retos fue llevar a cabo una película con elementos de época y una narrativa que fusiona el género y la visión de autor. “Inicialmente, Diego la pensaba como una película guerrilla, pero rápidamente nos dimos cuenta de que eso sería muy difícil por las exigencias del guion. A pesar de contar con el apoyo del fondo audiovisual, este financiamiento significó solo una parte del presupuesto, por lo que fue necesario buscar inversiones privadas para finalizarla”, explicó.
Según los dos profesionales, la participación en el festival clase A Tallinn Black Nights es vista como un hito en la vida de la película. “Es un reconocimiento al trabajo de todo el equipo. Festivales como este reciben cientos de postulaciones, y ser seleccionados es un orgullo inmenso”, expresó Figueroa. Además, destacó la importancia de exhibir la película en salas de cine: “Patio de Chacales fue diseñada para ser experimentada en el cine, especialmente por su diseño de sonido, que es parte fundamental de la experiencia”, afirmó.
En la fase de postproducción, la película fue exhibida en distintos work in progress que incluyeron festivales en Málaga, Iberoamericano de Miami y Sanfic Industria, donde obtuvo respuestas positivas: “El miedo y la empatía son temas centrales en la película. La audiencia se conecta con la experiencia del protagonista, un hombre que escucha lo que sucede en la casa de al lado, imaginando todo lo que no puede ver”, comentó Figueroa.
Finalmente, Diego Figueroa reflexiona sobre el mensaje que espera que el público se lleve al ver la película: “No busco entregar respuestas, sino abrir preguntas. Quiero que los espectadores se involucren emocionalmente y se imaginen en la piel de otro. La capacidad de ponerse en el lugar de un otro es, para mí, lo más importante del cine”, concluyó.