Cada año la Organización Mundial de la Salud (OMS) define un tema para abordar el Día Mundial de la Diabetes, que desde 1991 se conmemora cada 14 de noviembre en conjunto con la Federación Internacional de la Diabetes (IDF). En 2024 el foco es “Rompiendo barreras, cerrando brechas”, el cual busca reforzar el compromiso de reducir el riesgo de diabetes y garantizar que todas las personas diagnosticadas tengan acceso a un tratamiento y una atención equitativos, integrales, asequibles y de calidad.
La Sociedad Chilena de Endocrinología y Diabetes (SOCHED) también destaca en esta versión una alerta importante: tras la pandemia se ha producido un retraso global en el logro de cobertura y en el cumplimiento de las metas terapéuticas para esta enfermedad. Por ello, es imperativo avanzar para revertir estos indicadores y prevenir complicaciones secundarias.
Esto implica promover el diagnóstico temprano sin generar ansiedad, empoderar a las personas con diabetes para establecer metas terapéuticas que minimicen el riesgo de complicaciones y brindar apoyo frente al miedo y la depresión que pueden acompañar esta condición.
La diabetes tipo 2, la forma más comúnmente reconocida en adultos, es una condición crónica estrechamente vinculada al sobrepeso, la obesidad y estilos de vida poco saludables. Representa alrededor del 80-85% de los casos a nivel mundial, también en Chile. La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune que afecta principalmente a niños y jóvenes. En este caso, el sistema inmunológico ataca por error las células beta del páncreas, responsables de producir insulina, lo que hace que estos pacientes dependan de la insulina de por vida para sobrevivir.
Francisco Pérez Bravo, director del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile, advierte que “a nivel mundial no hay ningún país que muestre un descenso en las cifras de las dos formas principales de diabetes. En Chile, la prevalencia de diabetes tipo 2 ha alcanzado el 14%, según datos presentados en el XXV Congreso Chileno de Endocrinología y Diabetes. Esta cifra representa un aumento respecto al 12% registrado en la última Encuesta Nacional de Salud 2017. Ese 2% es un número muy alto de personas. Además, vemos un preocupante aumento en la incidencia de diabetes tipo 1 en niños. Un estudio realizado en 2021 por el Dr. Hernán García de la Universidad Católica mostró que la incidencia de esta enfermedad pasó de 11.7 a 20.2 casos por cada 100.000 habitantes entre 2006 y 2021”.
Este incremento en diabetes tipo 1 está ligado a factores tanto ambientales como genéticos, con teorías que incluyen posibles influencias de infecciones virales en el desarrollo de esta condición autoinmune.
El director el INTA añade que “si revisamos las recomendaciones de organismos internacionales, como la OMS, la OPS o la IDF, se observa un llamado constante a prevenir la diabetes desde las etapas de prediabetes. Esto implica promover cambios en factores ambientales, como reducir la obesidad y el sobrepeso, fomentar la actividad física y establecer patrones de alimentación saludables, que actúan como medidas preventivas clave”.
Importancia de la pesquisa y la educación física en colegios
A medida que la diabetes tipo 2 afecta a más personas jóvenes, los especialistas en pediatría destacan la necesidad de detectar la disfunción metabólica mucho antes de que aparezca la enfermedad, junto con sumar el ejercicio como una práctica diaria.
La Dra. Raquel Burrows, endocrinóloga infantil y profesora titular del INTA, señala que actualmente los puntos de corte para diagnosticar prediabetes o diabetes en niños son los mismos que para adultos, lo cual resulta inadecuado: “La diabetes implica gastos y tratamiento de por vida y cuando se diagnostica tarde ya es difícil revertir los daños. La diabetes, generalmente esperable en adultos, se presenta ahora a edades menores, debido en gran parte al aumento de la obesidad en las últimas décadas. La obesidad acelera el envejecimiento biológico y adelanta la aparición de esta enfermedad. A medida que aparece en edades más tempranas vemos que un niño o adolescente cronológicamente joven puede tener una edad biológica avanzada”.
La especialista añade que “una de las concepciones que aún persisten en la medicina actual es la creencia de que la ausencia de enfermedad es sinónimo de salud. Y no es así. Entre la salud y la enfermedad hay muchos años de disfunción y es ahí donde debemos pesquisar el problema: lo que tendríamos que hacer es evaluar el funcionamiento de las células beta, que son las que se terminan dañando, pero este estudio no está disponible en la práctica clínica. Nosotros lo hacemos, pero en los proyectos de investigación.
La diabetes tipo 2 representa una carga médica y económica significativa para las familias y los gobiernos. Por este motivo se enfatiza la promoción de un estilo de vida saludable en edades tempranas y también la inclusión de educación física diaria en las escuelas, para reducir los riesgos y mejorar la calidad de vida de los futuros adultos.
La Dra. Burrows destaca que “la actividad física regular no solo ayuda a prevenir la obesidad y la diabetes tipo 2, sino que también mejora el rendimiento académico. Los niños debieran tener todos los días Educación Física en sus colegios. Pero, ¿cuál es el argumento en contra que muchas veces da el sistema educativo? Que les quita tiempo para otros ramos. Muchos estudios, incluidos los nuestros, muestran que al realizar ejercicio los niños reciben mayor oxigenación en el cerebro, lo que promueve la renovación neuronal y la organización dendrítica, aspectos clave para la mejora cognitiva y el aprendizaje”.
Algunos datos clave sobre la diabetes, de la OMS:
- La diabetes tipo 1 no se puede prevenir. La diabetes tipo 2 a menudo se puede prevenir mediante una dieta saludable, actividad física regular, mantener un peso corporal normal y evitar el consumo de tabaco.
- La diabetes es una de las principales causas de ceguera, insuficiencia renal, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y amputación de miembros inferiores.
- La diabetes se puede tratar y sus complicaciones se pueden evitar o retrasar con exámenes y tratamientos regulares.