Nairobis Almonord (22) estudia Pedagogía en Matemática y Física en el campus Juan Gómez Millas hace cuatro años. Nació en Haití, migró a República Dominicana con sus ocho hermanos, pero la familia tenía que hacer un viaje más para encontrar su destino: su padre y cuatro de sus hermanas y hermanos llegaron a Chile hace seis años en busca de mejores horizontes.
Terminó el colegio en el Liceo Polivalente Juan Antonio Ríos, ubicado en Quinta Normal, sacando el título de técnico en contabilidad, pero ella quería algo más. “Mi papá siempre me dijo que tenía que estudiar mucho para que me fuera bien en la PSU, para poder entrar a la Chile; a mi hermana y a mí nos decía: 'yo quiero que ustedes sean grandes'”.
Ingresó a través del Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo a la Educación Superior (PACE), que este 2024 cumple 10 años como política pública que promueve la inclusión. “Pedagogía era algo que quería estudiar desde niña. Tuve dudas, porque la gente me decía que me iba a morir de hambre, pero estoy súper feliz con mi carrera”, asegura. El ingreso fue expedito, recuerda que “fue súper emocionante cuando me di cuenta que quedé en la Chile. Antes de ver la carrera, miré en qué universidad había quedado y estaba feliz. Mi papá me decía ‘aprovéchalo, es la mejor universidad’. Además que nosotros venimos de un país donde la educación no es muy buena, entonces tener una oportunidad así de crecer como persona, tener una buena profesión y hacer lo que uno le gusta es ¡wow! Y, por parte de la familia de mi mamá, somos la primera generación que entra a la educación superior, entonces fue un hito”.
Mujer en Ciencias
- ¿Cómo te has sentido y desarrollado siendo mujer en una carrera matemática?
No he visto inconvenientes o límites en la carrera por ser mujer. Me atrevería a decir que, al menos en mi generación, somos más mujeres. Los profes nunca nos han puesto un sesgo de género ni nada por el estilo”.
Al hacer recuerdos dice que en República Dominicana nunca tuvo una profesora de matemática, pero que en la Universidad de Chile encontró una docente que la marcó. “Hay una profe que admiro mucho en la facultad que fue mi profe de cálculo, Leslie Jiménez, yo la admiro; me encanta la manera en la que transmite su pasión por las matemáticas y también la manera en que las acerca a sus estudiantes; ella me inspira a seguir aprendiendo”. Añade: “La sigo en Instagram y todas sus publicaciones de divulgación científica de matemáticas son súper hermosas”.
No cree ser un referente dentro de su comunidad extra universitaria, pero de hecho, en la iglesia donde participa, en su barrio y en su familia están orgullosos de sus estudios y le piden apoyo en las tareas de física o matemáticas. “También formo parte del programa de monitores para admisión, que es otra cosa que me gusta mucho; ahí siento que estoy compartiendo lo que alguna vez hicieron por mí; al final siento que acerco la institución a las personas”.
En estos años, la universidad ha apoyado su proceso de aprendizaje a través de tutorías en Introducción al Álgebra y Geometría, Álgebra y Geometría, Introducción a la Mecánica, Cálculo en Varias Variables, Estructuras Algebraicas y Electromagnetismo. Al interior de la universidad se ha sentido acompañada no solo en lo académico, sino también en salud y en lo social. “Siento que en la universidad me han ayudado mucho, al menos en el ámbito de nivelación, porque venía con una base terrible, sobre todo en ciencias. Me costó mucho la física al principio, entonces tenía tutorías entregadas por la universidad. Desde que entré a la U me envían correos preguntando si necesito algo: tutoría, conectividad, conversar…”
Además de entregarle tutorías para colaborar con su desarrollo intelectual, la universidad le ha dado un grupo de pertenencia, como lo es el de monitores de admisión, con ellos se siente bien. “Los chicos son súper amigables, simpáticos, siempre están ahí para responder dudas o para lo que sea, la verdad”.
- ¿Cuál es tu anhelo para el futuro cercano?
Mi sueño más cercano y el que más anhelo es terminar la carrera, porque oficialmente ya me atrasé dos años. Estoy con beca y la situación económica en mi casa no es muy buena, entonces lo principal es terminar la carrera, porque me gustaría ser como mi profesora de cálculo de primer año; una profe inspiradora, que ayude a los alumnos a acercarse a las matemáticas y a la física; me gustaría reducir esa ansiedad de las personas hacia las matemáticas, en especial en las mujeres que de repente sienten que las matemáticas son difíciles y son un obstáculo para ellas. Me gustaría enseñar las matemáticas desde ese punto de vista, porque al menos yo, nunca las consideré difíciles”.
Educación multicultural
“La educación es lo más valioso que tiene un país y una sociedad. Entonces hacer que los estudiantes reflexionen sobre eso para mí es muy bueno, porque oportunidades hay. Muchas veces los estudiantes no saben que existen las becas porque no están informados; también está el hecho de que están desmotivados porque lo ven difícil. Eso le pasó a mis compañeros, estaban muy desmotivados respecto a la educación superior y me llamó la atención. También lo he visto en algunos colegios a los que he asistido por la práctica de la carrera”.
Se imagina trabajando en la educación pública, “quisiera impactar de manera significativa en lo que tiene que ver con la multiculturalidad en la sala, porque tengo experiencia de sobra y no me gustaría que mis alumnos pasaran por los malos ratos que yo viví. Cuando llegué estaba súper desnivelada en contenidos y me ha puesto muy triste ver que vienen estudiantes de otros países y no entienden mucho la materia, porque en su país no habían visto eso y los profes siguen pasando la materia como si todos supieran lo mismo, como si todos fuéramos iguales. Por ejemplo, cuando me di cuenta que acá habían ecuaciones desde 6º básico, casi me desmayo, porque yo lo vi por primera vez en primero medio y aquí ya estaban súper familiarizados. Entonces me esforcé, investigué, estudié y me superé, pero no todos los estudiantes pueden hacer eso”.
Recuerda que haciendo una práctica profesional “había un estudiante extranjero que me decía que la profe le ponía probabilidades y él me decía que no sabía dividir. Eso me llamó mucho la atención, porque me pregunté ¿y qué hace al respecto la profe? Cuando los estudiantes vienen con una base pobre, algunos no los nivelan, simplemente pasan materia. Entonces a mí me gustaría al menos dejar una huella en ese aspecto. Y bueno, yo hablo español, pero qué onda con esos estudiantes que no hablan el idioma… Yo tenía un compañero en mi sala de clases que no sabía español, entonces era súper difícil para él entender la materia. Es triste. Desde mi experiencia se ve eso: estudiantes que vienen de otros países con una base distinta, luchan, luchan y algunos incluso se rinden. Entonces tal vez si pudiera hacer algo para que estas situaciones no se repitan. No puedo, obviamente, resolver todos los casos del mundo, pero por lo menos aportar un granito de arena y cambiar la vida de algunos estudiantes en ese aspecto, yo sería feliz ayudando a otros, retribuyendo eso que Dios hizo por mí”.