La comunidad universitaria se reunió en el Salón de Honor de Casa Central, para rendir homenaje a los nuevos 201 doctores de la Universidad de Chile. Como parte de la celebración del aniversario 182 del plantel, este grupo de graduados concluyó su proceso formativo entre el segundo semestre del 2023 y primer semestre del 2024.
En la oportunidad, fueron 8 los profesionales distinguidos tras conseguir el grado de Doctor en Derecho: Carolina Leiva Ilabaca, Franco Ramírez Donoso, Jaime Lorenzini Barría, João Vitor Cardoso, José Antonio Sánchez Rubín, Marco Labrín Verdejo, Matías Villalón Aguirre, y Sebastián Campos Micin. La medalla doctoral fue otorgada por la Rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés, junto con el Director de la Escuela de Postgrado de nuestra Facultad, Gonzalo Berríos.
La entrega de la Medalla Doctoral, reconocimiento otorgado a quienes alcanzan el más alto grado académico impartido por la Universidad de Chile, constituye un “profundo orgullo para nuestra universidad”, como señaló el director de Postgrado y Postítulo, Osvaldo Salazar, quien entregó las primeras palabras de la ceremonia.
A continuación, la Rectora, Rosa Devés, indicó que "nos hacemos presentes como Universidad a nivel global gracias a cada uno y una de ustedes. Sin su creatividad y sin su esfuerzo, no sería posible para esta Universidad cumplir con esta tarea que la distingue y que la hace ser la Universidad de Chile que es".
La autoridad añadió que "alcanzar el grado de doctor es importante para ustedes en lo individual: abrirá muchas posibilidades de realización, pero también lo es y en gran manera para la institución. Son ustedes quienes la animan, con su esfuerzo, su preparación académica, su inteligencia y su pasión. Son el motor y el espíritu creativo de nuestra Universidad, que finalmente es lo que mueve todo lo demás".
Francesco Sepúlveda, egresado del Doctorado de Territorio, Espacio y Sociedad de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, tuvo la misión de brindar unas palabras en representación de esta generación de doctoras y doctores. Así, resaltó que "emprender un doctorado es cruzar un puente hecho de manos amigas, de hombros sobre los cuales apoyarse a llorar cuando hace falta, de abrazos en los que descansar. Un extenso tejido de amor y cariño en que estamos inmersos y que debemos seguir tejiendo para las personas que nos acompañan hoy, para aquellas personas que ya se han ido y para las que aún no hacen parte de nuestras vidas”, concluyó.