El Profesor Emérito de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, economista, ingeniero eléctrico y doctor en Economía por la Universidad de Columbia, ha dedicado su vida a repensar la economía desde una perspectiva inclusiva y humana. Nacido en Filadelfia, criado en Nueva York y con más de 50 años de experiencia profesional, Ramos llegó a nuestro país y al plantel en 1968 como profesor visitante. Su vínculo con Chile se consolidó en 2002, cuando el Congreso le otorgó la ciudadanía por gracia, y desde entonces se ha convertido en un referente de la economía nacional e internacional.
Con una trayectoria destacada por su trabajo en organismos internacionales como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y como decano de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile entre 2002 y 2006, Ramos ha dejado una huella indeleble en la academia y en las políticas públicas nacionales. En su paso por La Fuente, programa de Prensa Uchile transmitido en vivo por Uchile TV y Radio Universidad de Chile de lunes a jueves, el académico presentó su último libro, Economía Humanista (Editorial Paidós), donde explora cómo las emociones, la justicia y la cooperación pueden integrarse en el análisis económico.
“El análisis económico tradicional tiende a ser frío y unidimensional, enfocándose solo en lo monetario. Pero la economía afecta la vida de las personas, sus relaciones y su bienestar. Incorporar valores y emociones en las decisiones económicas puede transformar no solo cómo hacemos política pública, sino también cómo entendemos la justicia social”, señaló Ramos al inicio de la entrevista.
- ¿Cómo nace la idea de Economía Humanista y qué busca transmitir con este enfoque?
El libro surge de años de reflexión y observación. Un estudio que mostró cómo los estudiantes de Ingeniería Comercial se volvían más egoístas al avanzar en su carrera fue un punto de inflexión para mí. Empecé a cuestionar cómo enseñamos economía y a buscar maneras de integrar valores como la justicia y la cooperación en el análisis económico.
Por ejemplo, la economía tradicional enfatiza la competencia, lo que es importante, pero muchas veces descuida la cooperación. La metáfora del “semáforo quemado” que uso en el libro lo ilustra bien: si todos intentan avanzar al mismo tiempo, el caos es inevitable. La cooperación no es solo deseable; es necesaria para que las sociedades y las economías funcionen.
- En el libro menciona propuestas concretas para combatir la desigualdad. ¿Podría profundizar en alguna?
Claro. Una medida sencilla sería exigir que las empresas publiquen la relación entre los sueldos más altos y más bajos. Esto no implica imponer límites, sino fomentar la transparencia. Cuando una empresa ve que otras tienen relaciones más equilibradas, se siente incentivada a ajustar la suya.
Otra propuesta es que parte del salario de los trabajadores sea variable, vinculado al desempeño de la empresa. Esto no solo mejora la productividad, sino que también fomenta un sentido de pertenencia y justicia en el lugar de trabajo.
- Su pasión por la filosofía es conocida. ¿Cómo ha influido en su visión económica?
La filosofía me enseñó a ver al ser humano como multidimensional. No somos solo productores o consumidores; somos seres sociales y éticos. En el libro hablo de la “decencia”, esa disposición a hacer nuestra parte siempre que los demás hagan la suya. Esto es fundamental para construir sociedades más justas y resilientes.
- ¿Cómo cree que este enfoque, puede cambiar las futuras generaciones de economista?
Bueno, yo creo que el si se amplía la mente, su análisis va a ser mejor y sus políticas económicas van a ser más ricas. Además de las habituales que conocemos hay adicionales que puedan tomar en cuenta, desde las más humildes hasta las más complejas.
Un legado en la FEN: 90 años de historia
- Profesor, la FEN celebró recientemente su 90º aniversario. Como exdecano y figura fundamental en su modernización, ¿qué reflexiones le deja este hito?
La FEN ha sido un pilar en la formación de líderes en Chile. Desde su creación, con Pedro Aguirre Cerda como primer decano, ha contribuido enormemente al desarrollo del país. Durante estos 90 años, hemos visto a nuestros egresados ocupar roles clave: ministros de Hacienda, como Nicolás Eyzaguirre, líderes empresariales como Alejandro González de Falabella, y destacados economistas que han enriquecido tanto el sector público como privado.
Cuando fui decano, me propuse actualizar la malla curricular, algo que no se hacía en 15 años, y fortalecer la internacionalización. Introdujimos asignaturas en inglés y firmamos convenios con universidades de todo el mundo. Pero lo más importante siempre fue mantener la diversidad de pensamiento. La FEN es un lugar donde conviven ideas de izquierda, derecha y centro, y eso enriquece nuestra comunidad. Como dije durante la celebración, lo que define al egresado de la FEN es su capacidad de pensar por sí mismo, algo que considero fundamental en el mundo actual.
Revive la entrevista completa, en este extracto de La Fuente, con la conducción de la periodista de la Dirección de Comunicaciones del plantel, Carolina Aliaga, editora de Prensa Uchile.