El académico Víctor Alegría, profesor de Dibujo y Color del Departamento de Artes Visuales de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, participó recientemente en dos relevantes publicaciones literarias que reúnen aportes de figuras prominentes de las letras y la academia hispana.
Uno de estos libros es Jaime Siles. Un poeta para la vida, una vida para la poesía, una obra de casi 900 páginas publicada en España como homenaje al reconocido poeta, filólogo, crítico literario, traductor y catedrático de Filología Clásica, Jaime Siles. Este libro fue concebido como tributo a la trayectoria de Siles con motivo de su jubilación en 2023 y reúne ensayos de quienes han tenido el privilegio de conocer y trabajar con él.
En este contexto, el prof. Víctor Alegría contribuyó con el ensayo titulado A propósito del retrato de Góngora de Velázquez, un análisis que resalta la profundidad literaria y artística de este célebre retrato. Según palabras del propio profesor Alegría, participar en este proyecto fue un honor, dado no sólo el prestigio de Jaime Siles como figura intelectual de renombre mundial, sino también por su calidad humana, generosidad y caballerosidad, cualidades que han marcado profundamente a quienes lo rodean. Cabe destacar que Jaime Siles también escribió el prólogo del tercer libro de poesía de Víctor Alegría, Estuario (RIL Editores, 2017).
El libro fue editado por Marco Antonio Coronel y Ricardo Hernández, quienes convocaron a autores de distintas disciplinas para rendir homenaje al legado del autor Jaime Siles. La obra se presenta como un testimonio colectivo de gratitud hacia una figura clave de la literatura hispana contemporánea.
Por otra parte, el profesor Alegría postuló su ensayo sobre El infinito del poeta romántico italiano Giacomo Leopardi para Aérea: Revista Hispanoamericana de Poesía, publicación que cuenta con un Comité Editorial de RIL Editores de rigurosa exigencia. Además, la revista tiene dos Consejos de Colaboración Internacional, uno especialmente enfocado a envíos de Canadá, Inglaterra y Estados Unidos. Aérea es una prestigiosa revista, con muchos años (actualmente número 18) y cuenta con traducciones al búlgaro, griego, inglés e italiano.
El enigma del Barroco: Explorando las similitudes entre Góngora y Velázquez
¿Qué lo llevó a explorar las similitudes entre la obra de Velázquez y la poesía de Góngora?
Tanto Góngora como Velázquez son cumbres del barroco español, pues ambos tienen como horizonte sus respectivos lenguajes: Góngora, como el máximo poeta culteranista y sonetista; y Velázquez, junto con ser el mayor pintor realista, posee además una gran riqueza y simplicidad pictórica y, al igual que el poeta, construye sus principales obras como “enigma”, como ocurre con Las Meninas y Las Hilanderas.
¿Qué aspectos de la pintura y la poesía le parecieron inicialmente compatibles o comparables?
El ensayo fue concebido de manera narrativa y parte de él se refiere a este encuentro, por el cual tenemos este retrato paradigmático del poeta. Mi interés se debe a la excepcional calidad de la poesía de Góngora y la pintura de Velázquez: ambos buscan la pureza en sus respectivos lenguajes y construyen, a partir de éste, obras complejas que exigen de parte nuestra una cultura y conocimiento esmerado.
¿Cómo decidió estructurar el análisis comparativo entre un medio visual y uno literario? ¿Qué retos enfrentó?
El ensayo, la verdad, está escrito sólo por el placer que me depara realizarlo. Lo escribí espontáneamente, con cierta estructura, luego de ver un magnífico catálogo de gran parte de la obra de Velázquez, de una exposición realizada en E.E.U.U de su producción. Al mismo tiempo, leía e investigaba sobre la poesía de Góngora, por ejemplo, el estudio que realizó Dámaso Alonso, que lo hace más inteligible. Además, concluí que ambos eran eminentemente visuales en su trabajo y Góngora, pese a su complejidad, ostenta realismo en sus imágenes.
¿Qué similitudes encontró entre la técnica pictórica de Velázquez y el estilo poético de Góngora?
Las similitudes entre ambos es la construcción de la obra como objeto enigmático, como son las Soledades y el Polifemo en el caso de Góngora, y las ya mencionadas Meninas e Hilanderas, pintadas por Velázquez. Tanto los dos poemas como las pinturas poseen una gran perfección formal y un saber culto muy complejo, junto a un gran virtuosismo.
¿Considera que tanto Velázquez como Góngora comparten una visión estética o filosófica particular?
Por supuesto, ambos son artistas barrocos, cuyas formas y lenguajes son complejos, pues demandan una lectura atenta y erudita de sus respectivas obras.
¿De qué manera se reflejan conceptos como el Barroco o el realismo en ambos artistas?
Tanto para Góngora como para Velázquez, tiene más preeminencia “el mundo visible”, adiferencia, por ejemplo, del neoplatónico Greco, pintor manierista. Ambos hacen uso frecuente de la elipsis y, al mismo tiempo, excluyen al “sujeto como asunto”. Utilizan sus respectivos lenguajes como objeto y construyen sus obras más significativas como “objetos enigmáticos”, como ya lo dijimos.
¿Hay temas recurrentes en sus obras que evidencian una visión común de su época?
El quehacer de Góngora y Velázquez es concreto: siempre tendrán más “ideas de cosas” que “ideas abstractas”, lo cual es propio del barroco.
¿Cuál cree que es el valor contemporáneo de estudiar estos paralelismos entre disciplinas?
Ahora que asistimos a una agonía del Humanismo, por la fuerte acción de la doctrina neoliberal en el mundo, sumado a lo que yo califico de “barbarie digital”, se hace cada vez más imperioso estudiar los paralelismos y las diferencias estéticas y culturales con el fin de tener una mayor y profunda perspectiva de nuestro destino y naturaleza.
¿Qué aprendió de su investigación que lo sorprendió o cambió su perspectiva sobre alguno de los artistas?
La cercanía que existía entre ambas obras con respecto a la materialidad de los lenguajes y su compleja construcción, cultura, conocimiento y virtuosismo, tanto en Góngora como Velázquez.
“El infinito” de Leopardi: una reflexión sobre el deseo, la finitud y la trascendencia
¿Qué lo llevó a seleccionar “El infinito” de Leopardi como objeto de estudio?
No sé si llamarlo propiamente “objeto de estudio”, sino, más bien, es el resultado del placer hedonista de su lectura, desde mi más temprana juventud. Es dicha experiencia literaria de su lectura —lo que Borges llamó el “hecho estético”—, lo que me llevó a interesarme en Leopardi y a escribir años después el ensayo sobre el poema “El infinito”. Considero que es uno de los más bellos poemas escritos, cuando el poeta sólo tenía veintiún años.
¿Cómo percibe la relevancia de Leopardi en el contexto de la poesía universal?
Leopardi es el gran poeta del romanticismo italiano y uno de los más significativos de la Modernidad. Su influencia está presente hasta el día de hoy. Del siglo XX, basta mencionar a Ungaretti, Montale y Quasimodo, poetas pertenecientes al “Hermetismo” italiano.
¿Qué aspectos del Romanticismo italiano le parecen especialmente presentes en este
poema?
Lo interesante en el caso de Leopardi es que, pese a ser un poeta formado dentro de los cánones clásicos, como traductor, filólogo, erudito y escritor, es un autor fundamental del romanticismo italiano desde sus Cantos y su Tratado de las pasiones, el cual es una selección de su diario el Zibaldone, donde apela a la subjetividad, al sentimiento, al individualismo y la libertad propias de dicho movimiento, con una postura más bien pesimista y nihilista, por su biografía y circunstancias históricas.
¿Cuáles son los temas principales de “El infinito” que destacaría en su análisis?
En primer lugar, destacaría lo que Leopardi pensaba por “infinito”, pues escribió al respecto: “El infinito no se puede expresar más que cuando se siente: o bien después de sentirlo”. Éste era para Leopardi un leit motiv de la poesía. Otro aspecto que despertó un fuerte interés en mí fue la forma de construir su poema: realidad/pensamiento/realidad. Junto con lo anterior, la importancia que le otorga a lo cotidiano, al paisaje y a la contemplación, y su pensamiento con respecto a la naturaleza como aquellos versos del poema “A sí mismo”:
A nuestra especie el hado
sólo nos dio el morir. Desprecia ahora
a Natura, al indigno
poder que, oculto impera sobre el daño,
y la infinita vanidad de todo
¿Qué elementos del lenguaje poético de Leopardi le resultaron más interesantes o únicos?
Pese a que es una traducción al español —muy buena, por lo demás, del poema—, me llama mucho la atención su musicalidad, la rima interna, cadencia y encabalgamiento; además, su integración de lo cotidiano, su gran capacidad de evocación, la contemplación, el sentido de la soledad y la persistencia del recuerdo.
¿Cómo interpreta la visión de la naturaleza y del infinito que presenta Leopardi?
Para comprender la visión de la naturaleza y su idea de infinito, es importante conocer la biografía del poeta. Leopardi era conde; pertenecía a la nobleza provinciana de Recanati. De salud delicada, contrahecho, sufrió de tuberculosis a los huesos, lo cual impidió que llevara una vida normal. Pese a su fuerte amor a la vida y su gran sensibilidad, debió enfrentar una reclusión impuesta por sus padres. Sus días transcurrían dedicados al estudio, la lectura y escritura. Esta sensación de infinito que aparece en su obra nace también de su deseo de libertad y su constante contemplación del paisaje y deseo amoroso.
¿Qué cree que aporta este poema en particular a la reflexión sobre la finitud y el deseo humano de trascendencia?
Tal como ya lo dije anteriormente, el poema fue escrito tempranamente, es decir, a los veintiún años. Leopardi muere en 1837 cuando casi tenía treintainueve años, por lo tanto, no es tan representativo de su pensamiento. Sin embargo, en el poema es tratado magistralmente, por su musicalidad y cadencia, integrando la idea de contemplación, el paso del tiempo, la infinitud de la mano con el paisaje y la emoción que siente al enfrentarse en ese instante al pensamiento de lo eterno, la finitud y el cambio.
¿Cuál es el valor de estudiar la poesía de Leopardi en una revista hispanoamericana?
Su valor radica en la permanencia de una obra literaria excepcional y universal. Leopardi es heredero directo de la obra de Dante y Petrarca, en particular este último por su lirismo. Además, como el mismo Leopardi pensaba, el italiano es una lengua no sólo heredera del latín, sino también del griego, de allí también su belleza.
¿Encuentra alguna conexión entre la obra de Leopardi y la de poetas hispanoamericanos?
La conexión entre la obra de Leopardi y la poesía hispanoamericana es importante, pero no en la superficie. Es a partir de 1898 cuando Leopardi goza de una profusa difusión al ser ampliamente traducido al español en Sudamérica. Entre los poetas que recibieron su influencia está José Asunción Silva y, en Perú, fue muy fuerte su presencia en poetas como Fernán Cisneros, Carlos Augusto Salaverry y Ricardo Palma.
¿Cómo se sintió al analizar un poema tan introspectivo y filosófico?
Por supuesto que, al leerlo y estudiarlo posteriormente, encuentro un gran placer estético. Leopardi posee la capacidad de provocar en nosotros pensamientos claves en torno a la naturaleza, la muerte, el amor, la soledad, con una originalidad y llaneza extraordinaria.
¿Recomendaría que los lectores se acerquen a Leopardi de forma particular para entender mejor la poesía romántica?
Recomiendo leer los Canti y sus obras en prosa, pues, aunque es un autor romántico, posee un gran equilibrio en su estilo, claridad, gran capacidad de evocación, al mismo tiempo que nos conduce a la reflexión. Junto con Baudelaire, es el gran poeta de la Modernidad y, después de Dante, el mayor poeta italiano.