Uno de los propósitos de la Dirección de Bienestar y Desarrollo Estudiantil es acompañar la experiencia universitaria más allá de lo meramente académico, promoviendo también la vinculación, participación y el desarrollo integral. Bajo estos principios es que nace el Área de Mediación de la Unidad de Vida Universitaria, la cual se instaura como un dispositivo de apoyo a la intervención en los nudos de la convivencia dentro de las facultades para la resolución colaborativa de posibles conflictos.
La idea de incorporar este área se da tras las consecuencias de la pandemia en la comunidad estudiantil, considerando que existe una necesidad de abordar de forma formativa las potenciales situaciones de tensión, apoyando a través de un dispositivo que asista a las unidades en el proceso de resolución.
“La relevancia que adquiere la convivencia en los últimos años, en su interrelación con la crisis de salud mental, ha dejado en manifiesto que se requiere de un abordaje sistémico, donde el entendimiento situacional del contexto es determinante”, señala Francisca Olivares, encargada del Área de Mediación Estudiantil.
En la actualidad, esta área trabaja principalmente con las Direcciones de Asuntos Estudiantiles y con organizaciones estudiantiles representativas de las unidades académicas, con el fin de promover interacciones positivas y prácticas que se hagan cargo de las controversias, resolviendo desacuerdos e interviniendo de manera eficaz y oportuna ante conflictos.
Durante su primer año, se ha realizado principalmente una instalación del área dentro de la U. de Chile, a través de la generación de lazos con la comunidad universitaria desde un enfoque territorial. Para esto, se han realizado reuniones con las DAE, organizaciones y representantes estudiantiles, además de los equipos afines de cada facultad.
También se ha llevado a cabo un trabajo con aquellas unidades que han estado más avanzadas en la institucionalización de prácticas restaurativas de resolución de conflictos, como el Ombuds de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, así como también con el Programa de Mediación de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas.
“Se ve que existe una necesidad de parte de las diversas facultades y la comunidad estudiantil de la generación de espacios de resolución colaborativa de conflictos, siendo el acompañamiento y el levantamiento de estas discusiones claves para ir modelando lineamientos para que las unidades decidan qué dispositivos de mediación son acorde a su idiosincrasia”, agrega Francisca Olivares.
Sobre la proyección para el 2025, la Dirección de Bienestar y Desarrollo Estudiantil espera continuar el fortalecimiento del trabajo territorial de la Unidad de Vida Universitaria, tanto del Área de Mediación como también de las Áreas de Convivencia y Desarrollo Estudiantil.
Específicamente en relación a la mediación estudiantil, el equipo tiene como objetivo que se lleve a cabo la construcción de dispositivos de respuesta institucional ante demandas estudiantes, el cual pueda hacerse cargo de parte de las causas que dificultan la consolidación de una convivencia óptima en las unidades académicas.