Postulantes con 1000 puntos aumentaron un 30% en la Institución

Dobles puntajes máximos eligen la U. de Chile por su vocación pública

Dobles puntajes máximos eligen la U. de Chile por su vocación pública
Retrato de Aliette Ardiles, sonriendo a la cámara en Casa Central
Aliette Ardiles, con un doble puntaje máximo, en M1 y Ciencias, logró su sueño de matricularse en Medicina de la U. de Chile, donde quiere desarrollarse en salud pública e investigación.
Retrato de Pablo Mahave, sonriendo a la cámara, de fondo arbustos verdes
Pablo Mahave, con doble puntaje máximo en M1 e Historia y Ciencias Sociales, ingresó a Ingeniería Comercial porque quiere aportar desde la Economía al servicio público y entre otras cosas, eligió la U. de Chile porque representa mejor la diversidad del país.

Este 2025, la Universidad de Chile fue la más postulada del país y fue elegida por un 30% más que el año pasado de quienes obtuvieron 1000 puntos en una o más de sus pruebas. Como parte de este grupo, Aliette Ardiles, quien logró el máximo puntaje, tanto en la prueba de Competencia Matemática (M1) como en la de Ciencias, se matriculó en Medicina; mientras que Pablo Mahave, quien alcanzó los 1000 puntos, en las pruebas M1 e Historia y Ciencias Sociales, lo hizo en Ingeniería Comercial. Ambos no solo coinciden en la alegría del buen resultado, sino que también en su vocación de servicio público, que entre otras cosas, les hizo elegir la Universidad de Chile por sobre cualquier otra institución. 

“Si yo no perseguía el sueño, el sueño me iba a perseguir a mí”

Aliette Ardiles egresó del Colegio Pedro de Valdivia Agustinas y alcanzó a estudiar un semestre de Enfermería en la Universidad de Chile, pero definitivamente lo único que quería era estudiar Medicina y decidió congelar para prepararse y alcanzar su sueño. “Me preparé de nuevo, me tomé el año para prepararme (...) estudiaba todos los días y traté de estudiar, entenderlo todo a la perfección, revisar todas las cosas. Entonces al final me fue súper bien (...) así que súper contenta, siento que todo valió la pena. No sé qué iba a ser de mí si no entraba; de verdad, no sé qué iba a ser porque si yo no perseguía el sueño, el sueño me iba a perseguir a mí toda mi vida. Sentía que no tenía que hacer nada más. Entonces de verdad que eso fue también lo que me ayudó, pensar en que si no lo hacía, después me iba a arrepentir de no hacerlo, me iba a perseguir todo el rato el sueño sin cumplir”. 

Ya como estudiante oficial de la generación 2025, Aliette cuenta que siempre quiso estudiar Medicina en la Universidad de Chile, en ninguna otra institución. “Es la carrera que siempre he querido y yo sé que es para mí, aunque no he entrado todavía, yo sé que es para mí”. Y ¿por qué en la Universidad de Chile?, enfatiza que, además de la calidad de su enseñanza y docentes que ya conoció, “siempre que me imagino, nunca me imagino en algo privado (...) me gustaría mucho más trabajar en algo público. Me gusta mucho la salud pública, entonces más que nada por eso la Chile, por el tema de los campos clínicos (...) También por el tema de la investigación, me gusta mucho investigar”.

En su familia, de la cual dice, está muy agradecida, “estaban saltando en una pata”, cuando supieron que logró su objetivo. “O sea, mi mamá se puso a llorar, me dijo: tengo ganas de ir a dejarte en tu primer día, estoy más emocionada yo. Le mandé el certificado de alumno regular. ‘Lo miro y lo miro y no lo creo’, me decía. Yo tampoco, en verdad. Todos los días que han pasado desde los resultados me despierto y digo así como ¿de verdad no tengo nada más que hacer?, ¿no tengo nada más que esperar a que empiecen las clases? Así que están todos súper felices”. 

Pensando en el futuro, asegura que quiere enfocar su carrera e investigación en las mujeres. “Me gustaría mucho, no sé si gine o hacer algo así como cirugía materno fetal, pero más que nada enfocado en mujeres y hacer estudios en mujeres, porque casi todos los estudios, de todo, están hechos en hombres. Entonces a mí me gustaría aportar un poco en eso (...) en el tema de la investigación y también, sobre todo, ayudar a mujeres, diagnosticar, me gusta mucho eso. Y en general, a las personas (...) yo siento que eso es lo que tengo que hacer”.

“Elegí la Chile, por sobre cualquier otra, porque representa mejor la diversidad de Chile”

Pablo Mahave es recién egresado del Colegio San Ignacio El Bosque y le gusta mucho la música, toca piano y guitarra, es scout y quiere ser economista para aportar desde esa disciplina a los grandes problemas del país. “Lamentablemente no existe la carrera de Economía en Chile, pero me tinca la economía como área donde puedo servir públicamente después, estudiar los fenómenos económicos, tal vez relacionados con la desigualdad, con la pobreza, y ser un aporte al final”, explica el estudiante de primer año.

El futuro economista de la Universidad de Chile cuenta que su interés por la historia, lo político y lo social comenzó cuando estaba en séptimo básico por la contingencia nacional, además de que “en mi colegio se esforzaron harto, y es como sello, en enviarnos a hacer trabajos sociales. Durante toda la media fuimos a distintos lados. Trabajé en Lampa, en Padre Hurtado (...) en una toma, también siendo asesor de los cabros que les tocaba hacer los mismos trabajos que ya había hecho. Fuimos al campo el verano pasado a trabajar y ahí uno conoce harto la realidad, aunque sea por un rato. Eso también me ayudó mucho a elegir mi carrera”.

Por otra parte, subraya que “elegí la Chile por sobre cualquier otra —porque me alcanzaba para todo—, porque además de su trayectoria, ser la universidad más antigua y cosas así, que es súper reconocida, se muestra más diversa y representa mejor la diversidad de Chile; y hace esfuerzos por hacer cupos de equidad de género, los cupo BEA, SIPEE, que ayudan a que haya distintos grupos en la Universidad juntos. Ya solemos vivir en burbujas, especialmente en Santiago”, entonces el encuentro entre diversidad de personas, es algo que valora mucho.

Respecto a sus resultados, comenta que su mamá y papá con los puntajes “estaban más contentos que yo, a mi me costó entender, reaccionar. Le dije a mi papá y él sí se emocionó, me abrazó. Y con entrar a la carrera, sí estuve más feliz, porque entré quinto y no pensé que iba a estar tan arriba (...) Estoy emocionado, como que quiero que se acaben las vacaciones y también tengo un poco de susto si haré amigos, probablemente sí, pero con ganas de conocer gente y hacer amigos. También ir todos los días en la mañana a un lugar distinto, después de haber estado 14 años yendo al mismo lugar, es emocionante”.