“Acercarse a esta ciudad enorme era como flotar en un campo de luciérnagas amarillas doradas, que custodiaban sueños y trayectos inmensos que apenas cabían en mis ojos de niña de seis años”, dice María Paz Duarte Rodríguez en Memorias de infancias del exilio chileno en México, un libro que ella misma compiló y que fue editado por el Acervo Histórico Diplomático de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México. Este miércoles 27 de agosto, el libro fue presentado en el marco de la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (FILUNI) de la UNAM, donde la U. de Chile es la invitada de honor.
La presentación estuvo a cargo de la Rectora de la U. de Chile, Rosa Devés; del director general del Acervo Histórico Diplomático, Gregorio Joaquín Lozano; y del senador de la República de Chile, José Miguel Insulza, quien vivió el exilio en tierra mexicana. La conversación, además, fue moderada por la embajadora de México en Chile, Laura Moreno Rodríguez.
El libro es una obra coral que reúne el testimonio de 32 hombres y mujeres que realizan un ejercicio de memoria para compartir sus experiencias del asilo y del exilio durante su niñez. Entre el público asistente se encontraba una de las protagonistas, que se identificó como Claudia y cuyo testimonio fue citado por la Rectora Devés: de los primeros días de su exilio, Claudia recuerda estar sentada junto a sus hermanos en el asiento trasero de una citroneta, sobre libros cubiertos por una frazada.
“Son relatos distintos, cada uno con sus circunstancias, pero a la vez universales. Ellos nos llaman a no ignorar a tantos niños y niñas que tenemos la ineludible obligación de ver y acoger. La experiencia relatada también nos convoca a repudiar las fuerzas que les causaban daño y sobre todo a aprender de este México de brazos abiertos”, señaló la Rectora Devés. “Los testimonios están todos fundados en un sentimiento común: el agradecimiento a México, que dio acogida a su familia siempre incompleta, ofreciéndoles una familia grande cuando la patria propia se las negaba”.
El director Gregorio Joaquín Lozano, por su parte, explicó el contexto de producción del libro y la motivación para editarlo. "Es una oportunidad para escuchar las voces de quienes vivieron ese triste y trágico proceso de golpe de Estado en Chile hace cincuenta años, y que lo vivieron de manera prácticamente involuntaria. Hemos conocido la reflexión que han hecho quienes de manera consciente, activa y militante, tuvieron que salir de su país y encontrarse en estas tierras, pero faltaba la voz de los niños y saber cómo lo vivieron ellos. Y no solo cómo vivieron la salida en sí misma, sino su aterrizaje en estas tierras, en una tierra totalmente desconocida para ellos, que significaba algo completamente diferente para su vivencia cotidiana", compartió.
"Yo creo haber conocido bastante la historia de este exilio y quiero decir algo que me parece, tal vez, no del tono que ha asumido esta reunión, pero que sí es algo de justicia: no creo que haya un país en el mundo que haya tratado a los chilenos mejor que lo que los trató México", añadió en tanto el senador Insulza. También fijó la vista en un fenómeno bastante común: muchos niños que crecieron en México y retornaron a Chile, finalmente terminaron haciendo su vida en México. "Y todavía viven aquí, porque realmente esta fue para ellos una patria y porque probablemente la otra no los había acogido suficientemente", dijo.
Un problema vigente
“Esto es la historia de algunos niños que, dentro del drama de sus padres y de sus familias, tuvieron mejor fortuna que otros”, añadió el senador, trayendo el foco del libro a la actualidad. “Los niños de Gaza no tuvieron esa fortuna: son más de diez mil niños muertos ahí, y más de diez mil niños que todavía circulan por esas calles sin saber si al día siguiente van a poder comer, o si van a poder sobrevivir. Esa situación se está viviendo en este mundo, y se inventan todo tipo de excusas y explicaciones para negar la realidad. La realidad es que nadie puede justificar lo que le está pasando a los niños de ese lugar”, dijo Insulza.
En el mismo sentido, la Rectora Devés llamó la atención sobre el hecho de que “las migraciones se han incrementado notablemente en América Latina en los últimos años”. “En el caso de Chile, convertido en país receptor, con frecuencia la población local reacciona con temor, se refugia en prejuicios y olvida que la acogida no es un acto individual ni voluntario, sino una responsabilidad compartida que refleja la humanidad y la cohesión social de un país. Quizás, si escucháramos más a los niños, muchos abrirían sus puertas con mayor convicción y esperanza”, apuntó.
Para terminar, la Rectora abordó de qué manera el libro interpela la labor universitaria. “No deja dudas sobre la importancia de investigar, reflexionar, de influir en la política pública y en materias de quiebre democrático, desplazamiento, migración e infancia. Este libro se inscribe en el llamado a alinearnos con los otros y otras en el cuidado recíproco, igualmente a estar conscientes de que la nuestra es una sociedad desigual, por lo que en nuestras comunidades universitarias hay trayectorias vitales muy distintas, las cuales deben preocuparnos para efectivamente favorecer el desarrollo de todos y todas”, cerró.