María Elena, de 67 años, pasó más de un año esperando una consulta cardiológica en el sistema público. Llamó, preguntó, insistió, pero nunca hubo respuesta. En un invierno, mientras preparaba el té, se descompensó y falleció sin haber sido atendida. Su historia muestra una realidad dolorosa: en 2022, en Chile, 2.091 de cada 100.000* casos en listas de espera (no AUGE/GES) fallecieron antes de recibir atención (MINSAL 2023), una cifra mayor a la registrada en 2016, cuando alcanzó 1.350 por cada 100.000* (MINSAL 2016). Esto muestra que la tendencia está en aumento, y no son casos aislados, sino el reflejo de un problema estructural: los determinantes sociales de la salud siguen definiendo quién vive y quién no.
Las desigualdades en salud no son producto sólo de diferencias biológicas, sino que se generan además por condiciones sociales, económicas, políticas y culturales que moldean cómo se vive, enferma y muere, constituyendo así inequidades, es decir, diferencias injustas y evitables o remediables (OMS, 2025). La salud no es sólo la ausencia simple de enfermedad, sino un estado integral de bienestar (OMS, 2014). Por otro lado, los determinantes sociales de la salud, es decir, las condiciones en que las personas nacen, viven y envejecen, además de la distribución de poder (OMS, 2008), explican por qué las inequidades persisten y se refuerzan.
Los datos evidencian que estas inequidades no son nuevas ni transitorias: el índice de Gini pasó de un 47,7 en 2006 a 43 en 2022 (Banco Mundial), tendencia que, si bien es una mejora, muestra que sigue persistiendo la desigualdad. Por otro lado, la brecha de género de ingresos económicos, si bien ha disminuido, aún persiste y el déficit habitacional pasó de 544.260 viviendas en 2006 a 552.046 en 2022 (CASEN 2006-2022). Estas cifras son señales de inequidades estructurales remediables que atraviesan desigualdad económica, género y vivienda, las cuales terminan expresándose como desigualdad en salud.
En este marco, resulta relevante examinar cómo los programas presidenciales abordan los determinantes sociales de la salud. En estas elecciones de 2025, los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta, Jeannette Jara y José Antonio Kast, representan visiones profundamente distintas sobre las raíces de las inequidades. Este análisis se basa exclusivamente en lo que ambos candidatos mencionaron explícitamente en sus programas oficiales.
Por un lado, Jara formula un programa centrado en un Estado que garantiza derechos, con énfasis en justicia social, trabajo decente y cuidados. Siendo la única candidata que menciona explícitamente los determinantes sociales en su programa, lo que se refleja en una propuesta coherente con ese enfoque: fortalecimiento del trabajo decente, un Sistema Nacional de Cuidados y un Plan de Emergencia Habitacional, además de la universalización de la Atención Primaria de Salud. En su diseño programático, los determinantes estructurales, como vivienda, cuidados y equidad de género, son abordados como causas profundas que requieren transformaciones sostenidas y multisectoriales.
Por otro lado, Kast sitúa como prioridades la seguridad, el orden y la libertad, describiendo tres emergencias principales: la inseguridad ciudadana, el estancamiento económico y el deterioro de la cohesión social. Reconoce implícitamente la desigualdad, pero la vincula sobre todo a la falta de oportunidades laborales. Aunque incorpora medidas orientadas a las mujeres, en particular relacionadas con inserción laboral y autonomía económica, estas no se desarrollan desde un enfoque de género. En materia de salud, su programa se orienta a mejorar la eficiencia del sistema mediante ampliación de horarios, mayor uso de prestadores privados y programas preventivos en el ámbito escolar. Sin embargo, su aproximación se centra en resolver problemas operativos más que en abordar las causas estructurales que generan desigualdad sanitaria.
En síntesis, Jara incorpora los determinantes estructurales como base de su programa de salud, mientras que Kast concibe la salud principalmente como un problema de gestión y rendimiento económico, sin integrar explícitamente las determinantes sociales de la salud que producen inequidad. Ambos marcos conceptuales representan no solo prioridades distintas, sino también diagnósticos divergentes sobre qué origina los problemas críticos de salud y qué soluciones se deberían implementar.
Sin embargo, más allá de las diferencias programáticas, existe una pregunta ineludible: ¿Se traducirán estos enfoques en acciones capaces de evitar nuevas historias como la de María Elena?.
Referirse a los determinantes sociales implica asumir el desafío de abordarlos con políticas sostenibles, financiadas y evaluables. Debemos recordar que la salud pública es política, y mientras no asumamos esta realidad seguiremos perpetuando un sistema donde algunos esperan… y otros simplemente no alcanzan a esperar.
Texto escrito por Patricia Solís Aravena, Estudiante de Medicina, Universidad de Chile, junto a Marco Antonio Núñez, Profesor del Programa de Políticas y Sistemas de Salud, Escuela de Salud Pública, Universidad de Chile
* Dato ajustado por total de casos en lista de espera en dicho periodo, entendiendo que un caso o más pueden corresponder a la misma persona.
Referencias
- Ministerio de Salud. (2023). Glosa N°5. Lista de Espera No GES y Garantías de Oportunidad GES Retrasadas. Ley de Presupuesto N° 21.516
- Ministerio de Salud. (2016). Glosa 06. Lista de Espera No GES. Garantías de Oportunidad GES Retrasadas.
- World Health Organization. (2025). World report on social determinants of health equity. World Health Organization.
- Organización Mundial de la Salud. (2014). Documentos básicos: Constitución de la Organización Mundial de la Salud (48ª ed.). Organización Mundial de la Salud.
- Organización Mundial de la Salud. (2008). Closing the gap in a generation: Health equity through action on the social determinants of health. Final Report of the Commission on Social Determinants of Health. World Health Organization.
- Banco Mundial. (datos.bancomundial.org).
- CASEN. (2023). Encuesta CASEN 2006-2022. Evolución de las brechas de género en indicadores de autonomía económica antes, durante y después de la pandemia.
- CASEN, (2023). Encuesta CASEN 2006-2022. Déficit habitacional cuantitativo y asequibilidad de la vivienda en Chile.