Impacto del CC en la agricultura arroja estudio del Prof. Santibáñez

Impacto del CC en la agricultura arroja estudio del Prof. Santibáñez
Profersor Fernando Santibáñez
Profersor Fernando Santibáñez
Según el Prof. Fernando Santibáñez, La agricultura deberá adaptarse a un nuevo contexto climático mediante cambios tecnológicos que permitan atenuar los impactos negativos de un clima algo más adverso
Según el Prof. Fernando Santibáñez, La agricultura deberá adaptarse a un nuevo contexto climático mediante cambios tecnológicos que permitan atenuar los impactos negativos de un clima algo más adverso

“Plan de Acción para la Protección y Conservación de la Biodiversidad, en un contexto de adaptación al Cambio Climático”, es el nombre del proyecto, de 7 meses de duración, que fue encargado por el Ministerio del Medio Ambiente al Centro de Agri¬cultura y Medio Ambiente (AGRIMED) de la Facultad de Cs. Agronómicas de la Universidad de Chile, el cual analizó los escenarios climáticos hacia 2030 y 2050. 

La investigación, analizó los escenarios climáticos de alta resolución, niveles de estrés bioclimático, vulnerabilidad de los pisos vegetacionales, sustentación bioclimática de la vegetación, bases para un plan de conservación y gestión de la biodiversidad en un contexto de cambio climático. 

Las conclusiones que arrojó el estudio, señalan que el Cambio Climático podría tener profundas consecuencias sobre la agricultura y la biota, al punto que podría gatillar un proceso natural de cambios que, para la mayor parte de los ecosistemas, sería imposible de sobrellevar en los cortos tiempos en que ellos están ocurriendo. La adaptación a un nuevo escenario climático para un ecosistema templado requiere de cientos de años para que aparezcan cambios en la composición genómica, asociados a un proceso adaptativo. Como los cambios climáticos previstos podrían ocurrir solo en décadas, su velocidad difícilmente podría ser absorbida por los ecosistemas, dejando a muchos de ellos fuera de toda posibilidad de adaptación. Lo anterior puede gatillar procesos de regresión ecológica que terminen con reducir fuertemente la diversidad biológica del territorio, empobreciendo el patrimonio viviente.

De las conclusiones más importantes que arrojó el proyecto, las medidas de mitigación aparecen como primordiales. De no aplicarse estas medidas, además de vivir en un país más cálido, menos llu¬vioso, más propenso a tormentas y con días más nublados; se observará que muchos paisajes se modificarán debido a la menor disponibili¬dad de agua y el avance de las zonas áridas. Los posibles electos incluyen el traslado de los cultivos tradicionales de la zona central hacia el sur y la disminución de la cobertura del bosque nativo.

El proyecto del Prof. Santibáñez no plan¬tea un destino inevitable; pero si no desarrollan medidas concretas, es seguro que el paisaje de este extenso país cambiará de todas maneras.

Según el Prof. Fernando Santibáñez, La agricultura deberá adaptarse a un nuevo contexto climático mediante cambios tecnológicos que permitan atenuar los impactos negativos de un clima algo más adverso e inestable. Dentro de la agenda de adaptación deberán incluirse mejoramientos en la gestión del riego, control de viento, posibles cambios en la formación en áreas con aumento de nubosidad, relocalización de huertos, sistemas de intra y extraprediales para la prevención y regulación de temperaturas altas, control integrado de plagas junto a estrategias territoriales para mantener mayor integridad en los equilibrios ecológicos, buenos sistemas de alerta meteorológica, cambio de variedades, de sistemas de manejo del suelo y gestión del reposo invernal, entre otros. 

“Con esto no estamos diciendo que la agricultura no será posible seguir haciéndola tal como se hace en la actualidad, estas adaptaciones vienen a prevenir una caída en la calidad y cantidad de lo producido, en la medida necesaria como para que esta actividad mantenga su viabilidad económica. Una agricultura que no incorpore algunas de estas variantes quizás podrá seguir produciendo fruta, pero sin garantía de que ella sustentable y rentable en el largo plazo. De cualquier forma, las estrategias de adaptación dependerán de la localidad, la especie y el mercado de destino de los productos. Ellas deberán irse adoptando gradualmente en la medida que los citados síntomas vayan pasando por sobre el umbral razonable como para reaccionar”, añade el Prof. Santibáñez.

A parte de estas estrategias que dicen relación con el sistema de producción, la agricultura enfrentará una adversidad comercial que viene de la reacción mundial frente al Cambio Climático: “Esto traerá exigencias no asociadas al producto mismo, sino a la forma como se obtiene el producto. Nos referimos a la huella de carbono, la huella del agua y más tarde podría venir la huella ecológica, en la medida que el mundo se sienta agobiado por el deterioro del ambiente mundial. Estos hecho que se avizoran en el horizonte, requieren ir repensando desde ya como adaptamos los sistemas de producción de modo de cumplir con los estándares ambientales, cualesquiera que ellos sean en el futuro. En las ultimas década, nuestra agricultura en general ha realizado enormes progresos en esta materia, pero se requerirá mantener el paso firme por cuanto estar dentro de los exigentes estándares que vienen significa simplemente mantenerse dentro de los mercados internacionales”

La tarea es compleja pero abordable – añade el investigador - los países que comiencen antes a hacerla llegarán a tiempo y serán compensados con el reconocimiento de un trabajo serio y bien hecho.