“Una vez firmado el convenio entre la Universidad y el Servicio Local Educación de Barrancas, convocamos a profesores del servicio y actores comunitarios a que postularan. Por ser una experiencia a pilotar, seleccionamos a 16 participantes, por mientras, solo vinculados a Pudahuel. En la selección, usamos criterios de paridad, y de contar tanto con actores comunitarios como docentes del servicio”, detalla Iván Salinas, subdirector Pedagógico-Curricular del proyecto Escuela-Centro Experimental Carén y académico del Departamento de Estudios Pedagógicos de la Universidad de Chile.
A la convocatoria llegaron decenas de postulaciones correspondientes a profesores, profesoras e integrantes de equipos docentes de establecimientos de educación pública en Pudahuel y educadores/facilitadores comunitarios del mismo territorio.
Magnolia Guerrero, directora del recinto escolar anfitrión y asistente al semillero, analizó el modelo actual de educación y cree que “se necesita transformar las formas de cómo nuestros niños, niñas y adolescentes aprenden, donde se ha hecho -desde hace mucho tiempo- solo lo que el docente dice. No se toman ni se consideran las experiencias de ellos [estudiantes], ni las formas en las que quieren aprender”.
Otros de los participantes, Andrés San Carlos, asegura que “las herramientas con las que salen los jóvenes de los colegios, las encuentro muy escasas. El tema es quitar esa forma dura y drástica que tiene la matemática y el lenguaje, como si fueran los pilares de la educación. La vida es mucho más que eso, entonces hay que hacer que todas las otras disciplinas sean partícipes del crecimiento de los jóvenes”. Para el activista medioambiental, artista visual y bioquímico, una de las cosas que urge trabajar con niños, niñas y jóvenes es la recuperación del “sentido de pertenencia con el territorio y la relación con la tierra”.
De acuerdo al profesor Salinas, “es muy importante que la educación pública pueda actuar en comunidad frente a los desafíos que tenemos como país y sociedad nacional y global. Usamos la metáfora de las semillas, pues hay mucho que sabemos sobre cómo crecen y se transforman en plantas, pero siempre requieren condiciones para brotar, crecer y desarrollarse. Ahora estamos promoviendo un brote inicial, que nos ayudará a pensar las futuras colaboraciones en conjunto con actores educativos y comunitarios del territorio. Eso es el semillero”.
Durante la primera jornada, los asistentes participaron en dinámicas educativas que contemplaron un mapeo colectivo del territorio y un collage conceptual relacionado a la experimentalidad educativa, entre otras actividades, que propiciaron un intercambio enriquecedor de perspectivas y vivencias entre los presentes.
“Me voy con el corazón lleno de alegría porque compartí también con gente que no es docente y que son parte de la comunidad. Creo que es súper potente lo que pueda resultar de este grupo, de conocer la mirada que tienen los integrantes del Semillero, del cómo quieren que los niños y jóvenes de la comuna logren mejorar sus aprendizajes”, afirmó la directora del establecimiento escolar.
El Semillero de Experimentalidad Educativa busca crear un modelo de vinculación entre la Escuela Centro Experimental Carén y la Universidad de Chile desde una relación de aportación bidireccional. “Lo hemos conceptualizado como una unidad de indagación colaborativa en la escuela” y “para el equipo pedagógico curricular es también una instancia que permite probar el concepto”, enfatiza Iván Salinas.
Para el académico, “esta experiencia busca ser una instancia que nos ayude a comprender el contexto y el territorio con perspectiva pedagógico-curricular. Sabemos de múltiples iniciativas que han intentado eso, y creemos que podremos hacer un aporte sustantivo para enfrentar en conjunto y de manera colaborativa los desafíos, como universidad pública estatal y Servicio Local de Educación Pública. Esperamos abrir un espacio que sea también usado por el resto de la educación pública”.