La propuesta para conmemorar esta jornada surgió como una iniciativa presentada por la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (FEDEFAM) a la Asamblea General de las Naciones Unidas. De esta forma, el 21 de diciembre del 2010 -a través de la Resolución 65/209- se declaró el 30 de agosto como el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.
En Chile, la nómina de víctimas de desaparición forzada ha sido definida sucesivamente en los informes de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, de la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, y de la Comisión Presidencial Asesora para la calificación de Detenidos Desaparecidos, Ejecutados Políticos y Víctimas de Prisión Política y Tortura. De acuerdo a estos documentos, el número de personas detenidas desaparecidas reconocidas por estos informes asciende a un total de 1.469 (período del 11 de septiembre de 1973 al 10 de marzo de 1990).
En este día, la Cátedra de Derechos Humanos de la Universidad de Chile, reafirma su compromiso con los actos de memoria de nuestro pasado reciente. Fanny Berlagoscky, integrante de su consejo directivo y académica de la Facultad de Medicina, señala que este 30 de agosto, demuestra una deuda inconmensurable que tiene este país, “incluyendo todas las instituciones y la sociedad en general, que ha enterrado en silencio más de mil vidas que aún no tienen explicación de su "no vida", es la trasgresión máxima de los DDHH, que se dice nos corresponde a respetar por nuestro país que ha firmado varios acuerdos internacionales, siendo esta situación un silencio que lleva 50 años”.
Para la profesora de la Escuela de Salud Pública Dr. Salvador Allende, esta fecha da cuenta de “una trayectoria que ha sido de permanente ocultamiento y búsqueda de salir airosos de todas las corrupciones que se han publicado y ventilado, pero no se ve la aplicación de la justicia a los militares ni civiles que se involucraron en toda esta desaparición forzada”. Ante esto, advierte una realidad en que “la sociedad hoy está acallada y sometida, en la que ni siquiera se da por advertida de todo el horror”.
Asimismo, Felipe Agüero, académico de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile e integrante de la Cátedra de Derechos Humanos, añade que esta fecha recuerda la presencia de una sociedad que enfrenta visiblemente dividida esta conmemoración, la que se evidencia en que “sectores de derecha reivindican abiertamente su apoyo al golpe de 1973. Esto quiere decir que volverían a propiciar el quiebre violento de la democracia, con todas las abominables consecuencias que tuvo entonces. Su postura de ahora es que estas consecuencias son inevitables y, en este sentido, justificables”.
Por eso, sostiene que mantener viva la memoria de las atrocidades cometidas “es indispensable para marcar las consecuencias de un quiebre de la democracia, y para fomentar un compromiso con la dignidad humana y con un verdadero nunca más que, como vemos, es un objetivo aún lejos de alcanzarse”.
Educación para la democracia
“Educación para la democracia” es el lema escogido este año por la Universidad de Chile para conmemorar los 50 años del golpe de Estado que el 11 de septiembre de 1973 fracturó la democracia en el país. Mediante un compromiso por la verdad y justicia, el plantel universitario a través de su Cátedra de Derechos Humanos manifiesta su responsabilidad de formación de pensamiento crítico, con sentido de comunidad y conciencia de la historia este 30 de agosto, fecha en que se conmemora a las víctimas de desapariciones forzadas.
Para Fanny Berlagoscky, esta lema significa “formar viviendo la democracia interna en la Universidad abriendo sus puertas y ventanas a la sociedad formando a la sociedad, realizando acciones de formación que son muy débiles en ella como son la educación en Derechos Humanos”. A esto, recalca el rol que cumple la universidad en todos sus espacios formativos y de trabajos diversos, en donde “tiene la oportunidad de vivir internamente en democracia y esto es una oportunidad importante para hacer de verdad la formación en democracia”.
Para el profesor Agüero, este lema a 50 años del golpe de Estado, significa “el desarrollo de una actitud crítica y reflexiva que continuamente se pregunte por las formas y mecanismos en que se violenta la igualdad como principio fundante de la democracia”.