Los primeros días de Catalina Lufín (22) como nueva presidenta de la FECh han sido intensos. Invitaciones, reuniones, visitas a campus –entre ellos Antumapu y Arte– para apoyar urgencias de los estudiantes, y además, presentar su renuncia al cargo de senadora universitaria, que ostentaba desde 2022.
“Renuncié a la mañana siguiente, después de que ganamos”, explica. “Los dos cargos no son compatibles. Y quería asegurarme de que se pudiera tramitar todo en el tiempo que tenemos para asumir”, agrega.
Catalina es estudiante de quinto año de Literatura y Lingüística Hispánica en la Facultad de Filosofía y Humanidades. Actualmente se encuentra preparando su tesis, que abordará los discursos sobre el fin del mundo en la literatura chilena del siglo XXI. Pero además de su pasión por las letras y los libros, en los últimos años ha labrado una amplia experiencia como dirigente estudiantil.
Participó activamente en las movilizaciones de 2018 y fue vocera del Liceo 1 Javiera Carrera. En 2019, recién llegada a la Universidad de Chile, se convirtió en coordinadora de su carrera y al mismo tiempo empezó a participar en la Juventudes Comunistas. Dos años después, decidió postularse al senado universitario en el cupo estudiantil.
“Me tocó estar de vocera de la movilización feminista donde estuvo todo el tema de la educación sexual integral, las denuncias a profesores al interior del colegio. Ahí empecé a acercarme más a la política estudiantil y después vino la política universitaria”, cuenta.
Catalina es de la generación de estudiantes que no conoció de primera mano el despliegue de la FECh. Cuando ingresó a la Universidad la federación de estudiantes estaba en crisis y la pandemia agudizó la apatía general. “Humildemente sería capaz de decir que llevo tratando de ser parte de este proceso refundacional de la FECh casi desde la pandemia. Porque ahí fue la última elección donde no se alcanzó creo que ni el 20% de participación, aunque era online. Desde ahí se viene trabajando en levantar un Congreso, el estatuto y finalmente esto”.
En esta elección, el quórum se alcanzó a duras penas ¿por qué los estudiantes no quieren participar?
Hay hartos diagnósticos de por qué se cayó la Federación. A pesar de que no tengo una respuesta milagrosa, creo que tiene que ver con una especie de desconexión. De no cubrir las problemáticas locales. Quizás hay un momento en que la Federación, legítimamente, comienza a involucrarse más en política nacional, y si bien es algo que nosotros como mesa también queremos hacer, porque es importante que la voz del estudiantado llegue a estar en la palestra pública, eso no puede significar desatender lo más inmediato. Hay que ser capaces de masticar chicle y caminar al mismo tiempo.
En el debate estudiantil, las otras listas los tildaron de “juventudes de gobierno" ¿cómo va a ser la relación con el gobierno y la contingencia?
Cuando nos dicen “juventudes de gobierno”, aunque tienen el derecho a llamarnos como quieran, me parece una postura cómoda. Es como pensar que porque militamos en ciertos partidos, no vamos a ejercer la crítica, cuando creo que la ejercemos el doble. Lo recalqué harto en el debate porque no quiero que se instale esta falsa idea de que vamos a ser una especie de apéndice. (...) Si es necesario convocar una protesta fuera de La Moneda, lo vamos a hacer sin ningún problema. El movimiento estudiantil siempre ha sabido cómo ser autónomo de quien sea que esté en el gobierno.
De acuerdo a los nuevos estatutos, esta primera Directiva tiene un periodo muy corto. A principios del próximo año debería elegirse una nueva mesa ¿alcanzarán a impulsar cambios? ¿debería extenderse su periodo?
O sea, nos ponen en una situación súper complicada porque tenemos muchas aspiraciones de poder hacer cosas en este poco tiempo, pero creo que más que alargar el periodo, a mí me gustaría que ojalá existiera continuidad. Más que de quienes están o de las fuerzas políticas que integran la mesa, que siga al menos un mismo proyecto político de izquierda. Eso sería bueno para que se pueda dar continuidad al programa. Y si lo hacemos bien, eso se puede lograr.
Pensando en los estudiantes ¿en qué se va a notar que ahora si está la FECh y antes no estaba?
Cuando uno no tiene representantes estudiantiles legítimos hay muchas demandas que se quedan en el olvido. Yo valoro muchísimo el trabajo que han hecho los centros de estudiantes, que hizo el Congreso, incluso yo misma desde el Senado, pero creo que nada se compara a tener una federación que pueda pelear por demandas básicas y urgentes, como lo son el tema del financiamiento, la alimentación, la infraestructura, una educación no sexista. (...) También es una necesidad social de la comunidad universitaria, incluso a nivel nacional. Porque el movimiento estudiantil a nivel nacional está pasando por un momento complejo. Y si podemos sumar manos para que esa situación mejore, es bueno. Es una buena noticia para distintos frentes, para el movimiento feminista, para el movimiento de trabajadores (...) Yo creo que la Federación siempre ha sido un agente para propiciar el diálogo y la unidad.