Investigación interdisciplinaria

Detectan y registran cientos de libros de Amanda Labarca alojados en Fondo General del Archivo Central Andrés Bello

Registran libros de Amanda Labarca en el Archivo Central Andrés Bello
El timbre de la editorial Empresa Letras, los timbres de donación, y el ex libros del matrimonio Labarca Hudson, fueron algunos de los rastros lectores que sirvieron para la identificación de los libros.
El timbre de la editorial Empresa Letras, los timbres de donación, y el ex libros del matrimonio Labarca Hudson fueron algunos de los rastros lectores que sirvieron para la identificación de los libros.
Amanda Labarca fue la primera mujer nombrada académica universitaria en Latinoamérica, el 13 de noviembre de 1922.
Amanda Labarca fue la primera mujer nombrada académica universitaria en Latinoamérica, el 13 de noviembre de 1922.
La búsqueda estuvo focalizada en el Fondo General, específicamente en la sección Literatura, donde revisaron casi 9.500 títulos dispuestos en 54 estantes.
La búsqueda estuvo focalizada en el Fondo General, específicamente en la sección Literatura, donde revisaron casi 9.500 títulos dispuestos en 54 estantes.
La búsqueda fue denomina por el equipo de trabajo como “una verdadera ‘arqueología de sus libros’”.
La búsqueda fue denomina por el equipo de trabajo como “una verdadera ‘arqueología de sus libros’”.
El académico Gonzalo Salas junto a la investigadora Ariadna Biotti, del Archivo Central Andrés Bello.
El académico Gonzalo Salas junto a Ariadna Biotti, investigadora del Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile.

Huellas. Rastros. Fragmentos. Dedicatorias. Una investigación detectivesca. Eso es lo que ha desarrollado un equipo interdisciplinario e interinstitucional que forma parte del proyecto “Búsqueda, registro e inventario Biblioteca Labarca, Fondo General, Archivo Central Andrés Bello. Universidad de Chile", a partir del cual han identificado más de 1.300 textos pertenecientes a la primera mujer nombrada académica universitaria en Latinoamérica, el 13 de noviembre de 1922.

Desarrollado entre el 13 de julio y el 11 de octubre de 2023, la iniciativa forma parte del proyecto Fondecyt 1211280, denominado “Amanda Labarca: lectora, escritora y crítica. Su trayectoria intelectual en el campo literario y cultural de la primera mitad del siglo XX en Chile”, el cual fue liderado por Gonzalo Salas, profesor adjunto de la Universidad Católica del Maule, y desarrollado junto a las y los co investigadores Montserrat Arre, Edda Hurtado y Dámaso Rabanal.

A ellos y ellas se suman Alejandra Araya, candidata a doctora (c) en Historia por la Pontificia Universidad Católica de Chile; Magdalena Ramos, licenciada en Historia de la U. de Chile; y Catalina Deramond, estudiante de Psicología de la Academia de Humanismo Cristiano, quien destaca que entre las tres constituyeron un equipo multidisciplinario, donde “la diversidad contribuyó a que la búsqueda tuviera distintas miradas”.

La indagación estuvo focalizada en el Fondo General, específicamente en la sección Literatura, donde revisaron casi 9.500 títulos dispuestos en 54 estantes, trabajo que constituye un primer paso para la reconstrucción de la biblioteca Amanda Labarca, colección donada por ella y su esposo a la Universidad de Chile a mediados del siglo XX.

Múltiples facetas de una intelectual

Intelectual, educadora, feminista, pero -sobre todo- pionera. Estas son solo algunas de las caras más reconocidas de Amanda Labarca, quien para la coordinadora del Área de Investigación Patrimonial del Archivo Central Andrés Bello, Ariadna Biotti, “siempre nos desafía, porque encontramos en ella distintas facetas inexploradas”. Una de ellas es la vinculada al campo de la psicología, pues por esa disciplina fue nombrada académica en 1922. Este campo es el mismo que marca el inicio de la investigación a cargo de Gonzalo Salas, quien trabaja en esa carrera en la U. Católica del Maule.

Sus libros “nos hablaban de una mujer feminista, en tiempos donde recién se lograba el voto femenino (1935)”, destaca Catalina Deramond, integrante del equipo a cargo de la búsqueda en el Archivo Central Andrés Bello. Este mismo aspecto destaca también Gonzalo Salas, pues ella “escribió tres libros sobre la situación de la mujer antes que la misma Simone de Beauvoir publicara El Segundo Sexo en 1949. Hablamos de Actividades femeninas en los Estados Unidos, 1914; ¿A dónde va la mujer?, 1934; y Feminismo Contemporáneo, 1947”.

Pero el despliegue de Amanda Labarca no se reduce solo a estos ámbitos. El profesor Salas plantea que la académica, además, escribió libros sobre filosofía (Lecciones de Filosofía), sociología (Mejoramiento de la vida campesina), psicología y educación (Nuevas orientaciones de la enseñanza y Bases para una política educacional), entre muchos otros libros.

“Su escritura también nos da cuenta de una sensibilidad por el mundo social, la poesía, literatura y las novelas”, señala Catalina Dermond. “Labarca escribió dos novelas muy interesantes. En tierras extrañas de 1915 y La lámpara maravillosa de 1921. Ambas abordan temas tan relevantes vinculados al nacionalismo, los viajes, la situación de la mujer, entre otras aristas. Además, La lámpara maravillosa aparece junto a una serie de cuentos que abordan temáticas de género”, complementa Salas.

Así, en el trabajo de campo, “cada día terminaba con la sensación de que estaba recobrando para nuestro tiempo a Amanda Labarca, desde lo que leía, escribía, sus influencias, con quien tenía contactos, retratando -quizás- a una de las más importantes intelectuales del siglo XX en Chile”, comenta Deramond.

Ex libris, dedicatorias y firmas: rastros lectores

Otros de los aspectos de vinculación y pertinencia del proyecto del profesor Salas con el Archivo Central de la Universidad de Chile está relacionado con un peculiar campo de estudios: los rastros lectores. Como señala Ariadna Biotti, este enfoque permite “identificar las marcas y los usos que ha tenido el libro, las lecturas, las prácticas que se han desarrollado con él”.

Para esta labor, las investigadoras fueron acompañadas y guiadas por el Área de Información Bibliográfica y Archivística, integrada por Carolina Torres y Marcos Parra, quienes cuentan que en su trabajo cotidiano ya habían experimentado “primeras instancias de identificación de libros que pertenecieron a Amanda Labarca, donde se lograron reconocer a través de exlibris y dedicatorias dirigidas a ella o timbres que aludían a la docente y escritora, como también al nombre de su esposo, Guillermo Labarca Hubertson”. Con esto, detallan, “se realizó un inventario preliminar que fue otorgado a las investigadoras encargadas de la ejecución del proyecto como una guía básica, para el posterior inventariado detallado”.

¿Cómo se desarrolló la búsqueda con este precedente? Magdalena Ramos, licenciada en Historia de la Universidad de Chile, cuenta que decidieron “dividir el Fondo General con un mapa de los estantes para visualizar dónde se encontraban las categorías que más nos interesaban y así tener una hoja de ruta para avanzar”, las que se enfocaron en el campo de Literatura. Este fue el marco que impulsó la búsqueda, la cual Catalina Deramond denomina como “una verdadera ‘arqueología de sus libros’”.

“La primera pista fue el timbre de la editorial Empresa Letras, que era la editorial que manejaban ambos, entonces, si encontrábamos este timbre en las primeras páginas del libro, lo apartábamos. Otro indicio importante fueron los timbres de donación, es decir, timbres institucionales que acreditaban el obsequio por parte de Guillermo y Amanda Labarca. Poco a poco identificamos el Ex-Libris de Guillermo, que estaba pegado en las primeras páginas de algunos libros. Además, el matrimonio Labarca Hubertson contaba con un timbre propio. Otro indicio importante que seguimos fueron las dedicatorias a Amanda Labarca”, detalla la investigadora Alejandra Araya.

Para esta búsqueda, “las dedicatorias fueron esenciales, sobre todo las dirigidas particularmente a Amanda, porque muestran cómo se movían sus afectos y sus estrategias de influencia”, cierra Magdalena Ramos.

Bibliotecas de mujeres

El abordaje de diferentes bibliotecas de mujeres es parte del trabajo realizado en los últimos años por parte del Archivo Central Andrés Bello. Bajo diferentes circunstancias, el Núcleo Patrimonial de la U. de Chile ha trabajado con de algunas de ellas. Una de ellas, por ejemplo, es el rescate de la basura de volúmenes pertenecientes a la historiadora popular Rosa Soto y de la antropóloga Ximena Bunster. Otra biblioteca rescatada es la de Ema Salas, “gran educadora que, junto con Amanda Labarca, marca la lucha feminista por la incorporación de la mujer al campo de la educación”, plantea Biotti.

Para la investigadora Magdalena Ramos, “encontrar este material y pensar en las posibilidades de acercamiento a la comunidad es una ganada muy grande, pero también un recordatorio y un llamado de atención para seguir buscando a Amanda y a otras mujeres importantísimas en nuestra historia que hemos tenido escondidas frente a nuestros ojos”. Así, este trabajo de rescate, añade Ariadna Biotti, “es un criterio de género que se encuadra con el trabajo de obtención del Sello Genera Igualdad del PNUD”, obtenido por la Universidad de Chile.

Otros hallazgos

La búsqueda se desarrolló en el Fondo General del Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile, depósito que reúne a la antigua Biblioteca Central del plantel. Dentro de los textos que integran esta colección se encuentran los libros del Instituto Pedagógico y la biblioteca del Presidente Montt.

A estos se suman otros hallazgos realizados mientras se desarrollaba la búsqueda del proyecto de Gonzalo Salas: ejemplares pertenecientes a otras bibliotecas personales, correspondientes a Mariano Latorre, Norberto Pinilla, Orestes Plath, Isabel Le Brun, Ricardo Latcham, Alejandro Fuenzalida, Manuel Rojas, Héctor Fuenzalida, Guillermo Feliú Cruz, Juan Gómez Millas, Raúl Silva Castro y Alamiro de Ávila.

La información entregada por esta investigación, afirman las y los investigadores, “nos permitirá hacer una nueva sección dentro de la Colección General, dejando de forma separada la donación de Amanda Labarca, como se ha hecho con otras secciones, como -por ejemplo- la sección bibliográfica de Eliana Dobry y/o Desiderio Papp”, concluyen Carolina Torres y Marcos Parra.

“Descubrir los libros de propiedad de Amanda Labarca fue para nosotras ir descubriendo el sentir de una mujer osada, muy inteligente y poderosa para la época que vivió. Esta sensación fue tremendamente inspiradora y estimulante, pues nos lleva a pensar que hay mucho por trabajar aún, para lograr que se otorgue el valor intelectual que merece la figura de Amanda en nuestra historia”, concluye la investigadora Alejandra Araya.  

El desarrollo de esta investigación y estos primeros resultados, complementa Ariadna Biotti, “nos va a permitir conocer y ampliar lo que sabemos sobre Amanda Labarca, descubrir sus intereses culturales, descubrir cuál era su horizonte de lectura, es decir, cuáles eran sus principales referentes, hasta dónde llegaba, cuáles eran los campos que ella abordaba, cuáles eran los bordes de su pensamiento, sus límites y también sus múltiples proyecciones”.