Durante tres jornadas —entre el 9 y 11 de abril— se desarrolló la décima versión de este encuentro internacional que reunió a 300 personas en el auditorio Julieta Kirkwood de la Facultad de Ciencias Sociales, mientras que 900 se conectaron telemáticamente, en el marco del 30º aniversario de la Dirección de Servicios de Información y Bibliotecas (SISIB).
En su discurso de bienvenida, Rodrigo Donoso, director de SISIB, expuso los hitos que han marcado la trayectoria de la unidad: la creación del primer portal web de la Universidad de Chile; uno de los primeros servicios de catálogo bibliográfico automatizado en el país; las plataformas cybertesis y el Repositorio Académico para poner a disposición acervo de la Universidad; el Portal de Repositorios Latinoamericanos; el Repositorio de Datos de Investigación, que fortaleció el compromiso con la ciencia abierta y el acceso a todos los productos de investigación; el Portal de Revistas Académicas y el Portal de Libros Electrónicos; además de los sitios web de Facultades, Centros e Institutos, para fortalecer la presencia web de la U. de Chile en internet, entre otros.
Este 2024, agregó, esta labor se consolida con la décima versión del Congreso de Bibliotecas que, “desde su creación, ha marcado las nuevas tendencias y ha proyectado nuevos temas en el área de las bibliotecas”.
Bibliotecas, políticas públicas y evaluación científica
El papel de las bibliotecas universitarias en el desarrollo y diseño de políticas públicas de acceso y evaluación de la información científica. Este fue el tema central de la conferencia inaugural a cargo de Pilar Rico-Castro, jefa de la Unidad de Acceso Abierto, Repositorios y Revistas de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).
A su juicio, han sido los bibliotecarios, a través de los repositorios institucionales como infraestructuras clave, quienes han impulsado la generación de las primeras políticas de acceso abierto. “Hoy en día nadie nos va a llamar locos por hablar de ciencia abierta, pero muchos de vosotros recordáis cómo hace 20 años hablar de acceso abierto era una narrativa rupturista que provocaba bastante rechazo por parte de algunos decisores públicos”, comentó. En la actualidad, tanto países europeos como de América Latina y el Caribe están alineados en este sentido, el reto es seguir trabajando en esta dirección, enfatizó.
En ese ámbito, apuntó, las bibliotecas universitarias y de centros de investigación han sido fundamentales ayudando a implementar el acceso abierto a través de publicaciones científicas, revistas diamante, gestión de los datos de investigación, sistemas CRIS (current research information system), entre otras iniciativas. Hoy, puntualizó, la gran diferencia entre hablar de acceso abierto e implementar políticas de acceso abierto, está determinada por considerar en los sistemas de evaluación del mérito científico elementos de ciencia abierta. Ese es un desafío que hoy tienen las instituciones en el mundo.
Perfil profesional del bibliotecario universitario
En este escenario de cambio de paradigma hacia la ciencia abierta, ¿qué servicios de apoyo a la investigación deberían brindar las bibliotecas universitarias? o ¿qué perfiles profesionales y competencias se necesitan en la biblioteca universitaria para el desarrollo de todas las operaciones que realiza?. Estas fueron algunas de las múltiples interrogantes que planteó en su conferencia magistral Cristóbal Urbano, académico de la Universidad de Barcelona y gestor del directorio MIAR (Matriz de Información para el Análisis de Revistas).
“Creo que la biblioteca tendría que especializarse y ser consciente de que su know-how es importante (...) El control, curación, acceso y explotación de la información registrada, más un conocimiento del ecosistema, del mundo editorial, de la comunicación, etc. (...) Y, sobre todo, si se mete en el terreno del soporte a la investigación, como resultado de la expansión de sus atribuciones”, agregó.
La gestión de datos de investigación, la búsqueda de bibliografía, redacción, traducción, formateo y publicación de resultados son parte de aquellas funciones asociadas al soporte que pueden entregar a investigadores, lo que -según el académico- obliga a plantearse el dónde el bibliotecario debe adquirir estas competencias: en el pregrado, postgrado, educación continua o a través de un programa de especialización.
Este escenario obliga, además, a que las bibliotecas evalúen aspectos como los siguientes: si están en condiciones de reorganizar, formar al personal o contratar nuevos perfiles; si los investigadores reclaman una gama más amplia de servicios o si hay otra áreas o departamentos dentro de la universidad que se solapan con la biblioteca en la prestación de servicios de apoyo a investigación.
Equidad y alfabetización digital
Sobre cómo pueden apoyar las bibliotecas a implementar planes de equidad y alfabetización digitales, versó la conferencia de May Chang, directora de Tecnología en las bibliotecas de la University of Cincinnati (Estados Unidos). Es esencial, dijo, generar entornos digitales empoderados, inclusivos y equitativos dirigidos a estudiantes, académicos y personal de las instituciones para que tengan acceso a las tecnologías, capacitación y el conocimiento que necesitan.
Al respecto, narró la experiencia de dicha institución para desarrollar acciones tendientes a brindar acceso a hardware y software a estudiantes —sobre todo al comienzo de la pandemia de COVID-19— y la creación de un grupo para mejorar el acceso a tecnologías de asistencia impulsadas por inteligencia artificial (IA), como servicios de reconocimiento de voz, de subtítulos inteligentes, control de gestos, descripciones de audio y realidad virtual. “La atención se ha centrado en la educación y en reducir la brecha digital mediante la promoción de campus inteligentes que empoderen y apoyen a la comunidad en general”, comentó.
IA: preservación, consideraciones éticas y datos enlazados
Durante la jornada dedicada al 4th Artificial Intelligence and Libraries Symposium, la subsecretaria de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Carolina Gainza, planteó que la inteligencia artificial “implica nuevos desafíos respecto a la circulación de la información, su tratamiento, procesamiento y preservación. Y también, a la conservación de una memoria en tiempos de obsolescencia tecnológica. Porque una biblioteca, ya sea física o digital, no solo es un espacio donde se guarda información, es un testigo de los tiempos, una memoria, un lugar donde se define qué es lo que perdurará en la historia y qué también se va a perder para siempre (…) ¿Qué pasará cuando esa selección de qué se guarda o no la haga una IA?”.
Por eso cobra significancia, mencionó, la actualización que está realizando el Ministerio de Ciencia a la Política de Inteligencia Artificial, que apunta hacia una integración ética responsable y efectiva de la IA en todos los aspectos de nuestra vida, incluido el ámbito bibliotecario, y donde se la reconoce no solo como una herramienta tecnológica, sino como catalizadora para la transformación social, educativa y cultural.
Por su parte, Álvaro Soto, director del Centro Nacional de Inteligencia Artificial (CENIA) de Chile, afirmó que la IA hoy abre un nuevo paradigma, una revolución, pues se trata de una herramienta cognitiva que potencia al ser humano y los trabajos e instaura una novedosa forma de hacer ciencia que abre perspectivas acerca de la velocidad de evolución de nuestro desarrollo tecnológico.
En relación a las iniciativas que está desarrollando CENIA, destacó el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial, para medir su impacto, y la creación de un modelo de lenguaje —como ChatGPT— latino. “Esta tecnología ha ido tomando importancia y hay distintos lugares del mundo que están tratando de desarrollarla, por eso es importante tener cierta soberanía sobre ella. La idea es que grupos científicos de la región nos unamos para hacer de esta iniciativa una realidad, que ayude a nuestro desarrollo”, comentó.
Según Andrew Cox, académico de la University of Sheffield (Reino Unido), la irrupción de la IA para las bibliotecas viene aparejada a nuevos temas que abordar. Por ejemplo, sesgos, privacidad, exactitud de la información y equidad.
En esos mismos términos, “a medida que el número de herramientas de inteligencia artificial sigue aumentando, las bibliotecas deben comenzar a identificar dónde aplicarlas para mejorar y sacarles el máximo provecho”, planteó Jeannette Lebrón Ramos, presidenta de la División Regional de IFLA para América Latina y el Caribe. Dijo, además, que el uso de instrumentos como ChatGPT para tareas como la revisión y corrección de textos, la preparación de talleres de destrezas de información, chatbots para comunicarse directamente con los usuarios y otras, tienen como denominador común el ahorro de tiempo al agilizar los procesos.
Así también, la adopción de la IA en bibliotecas obliga “el replanteamiento de asignaciones de recursos en el contexto de competencias, habilidades y tecnologías emergentes del personal. Es esencial un seguimiento constante de las tendencias”, señaló Neli Tshabalala, de la North-West University (Sudáfrica), quien presentó un estudio en torno a este tema realizado en universidades de dicho país.
“Es nuestra oportunidad para promover nuestros superpoderes de bibliotecarios, mostrar alternativas a ChatGPT, advertir sobre la información falsa, explicar de qué se tratan las tecnologías, posicionarnos como expertos”, enfatizó Marydee Ojala, editora de la revista Online Searcher (Estados Unidos), en el bloque dedicado a la ingeniería inmediata. En este también participaron Javier Oyarzún, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, quien coincidió en señalar el papel crucial de los bibliotecarios dentro de las instituciones para educar sobre herramientas de IA, aprovechar su potencial, promover su uso ético, responsable y eficaz, y apoyar la alfabetización informacional; y Leo S. Lo., de la University of New Mexico (Estados Unidos), quien se refirió a los mejores mecanismos para obtener buenos resultados interactuando con la IA a partir del uso de mensajes concisos, lógicos y explícitos.
Durante la jornada, además, se expusieron casos de IA aplicada en bibliotecas de Barbados, Canadá, Colombia, Perú, Rusia y Chile, en específico de la Universidad Tecnológica Metropolitana y de la Biblioteca del Congreso Nacional.
Por parte de la Dirección de Servicios de Información y Bibliotecas de la U. de Chile (SISIB), Rafael Castillo, abordó cómo la integración de la IA y datos enlazados ofrece a las bibliotecas la oportunidad de convertirse en centros avanzados de conocimiento, ofreciendo a los usuarios acceso a la información con servicios personalizados, adaptados a sus preferencias y, además, mejorar la preservación de colecciones automatizando la clasificación de materiales y descubriendo patrones históricos en temas y disciplinas. María-Isabel Villanueva, en tanto, expuso sobre el uso de inteligencia artificial generativa en las redes sociales de bibliotecas para apoyar la difusión de su quehacer.
Modelo de Acceso Abierto Diamante
Otro de los temas abordados en este encuentro internacional fue el modelo Diamante, característico de América Latina, que se sustenta en revistas y plataformas que no cobran ni a autores ni a lectores, un modelo de comunicación científica que no persigue fines de lucro y que hoy que es observada por países europeos. En Chile, la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) está a cargo de mantener la plataforma de indización de SciELO-Chile desde 1998, que cuenta con 136 revistas.
A juicio de María Soledad Bravo de ANID, en la actualidad se presentan nuevos desafíos: “Hay que transitar hacia incentivos que nos hagan fortalecer modelos diamantes y ver cómo apoyar revistas de sociedades científicas que hoy están cobrando por recibir artículos. Es parte de la conversación que hay que dar para avanzar hacia modelos diamantes lo más puros posibles”.
Para Erwin Krauskopf, de la Universidad de las Américas (Chile), otro aspecto fundamental está relacionado con la evaluación curricular de investigadores en nuestro país, que “se basa principalmente en el registro de publicaciones de revistas indizadas por Web of Science o Scopus (…) Si bien el conocimiento publicado en revistas de acceso abierto permite una mayor visibilidad, las revistas de acceso abierto utilizadas preferentemente en Chile no pertenecen a la colección SciELO, dado que no existen los incentivos apropiados”.
Experiencias nacionales e internacionales
En el marco de la presentación de iniciativas desarrolladas en instituciones, destacó la presentación de Teresa Matus, decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la U. de Chile, y Antonieta Urquieta, directora académica de un piloto de la plataforma “Colaboratorio en Ciencias Sociales”, un sistema abierto cuyo objetivo es divulgar la producción científica de investigadoras/es de dicha unidad académica, con el fin de reconocer sus trayectorias e impulsar una lógica de conocimiento colaborativa, abierta y transdisciplinar.
Las y los académicos podrán acceder a la plataforma a través de su perfil ORCID actualizado. A partir de la aplicación del denominado Formulario Único del Investigador, se recopilarán datos vinculados a proyectos, reconociendo materiales diversos generados en procesos investigativos que no tienen visibilidad en otras plataformas y a los cuales se les asignará un código o identificador DOI (digital object identifier).
Por su parte, Felipe Vera, de la Secretaría de Gobierno Digital dependiente del Ministerio de Hacienda (Chile), expuso un piloto metodológico para el diseño y desarrollo de productos y servicios de inteligencia artificial aplicados a la gestión del conocimiento en el sector público.
También fueron presentados: el modelo OAIS como piedra angular en la preservación digital, un enfoque práctico, desde la Universidad Alberto Hurtado (Chile); bases teóricas y experiencias prácticas de la catalogación en Bibframe, en la Universidad de Concepción (Chile); un estudio preliminar descriptivo del uso de productos de investigación de universidades chilenas pertenecientes a la Corporación de Universidades Privadas - CUP, por parte de la Universidad Central (Chile); y un estudio sobre la certificación de repositorios institucionales, a partir de la experiencia de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Adicionalmente, se realizó un panel sobre patrimonio bibliográfico en el que se expusieron las siguientes experiencias: “Preservando la historia local chilena: el Periódico 'La Patria' en la década de 1930”, de la Universidad de Concepción; “Los desafíos en la selección y digitalización de documentos patrimoniales", de la Universidad de Talca; y “Las mujeres en la historia del derecho: una mirada a las tesis de grado de las mujeres tituladas en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile desde 1890 hasta 1940”.
En el plano internacional, se realizaron presentaciones sobre el sistema de gestión de datos y el sistema de revistas en la Universidad de Antioquia (Colombia) y respecto a las estrategias, recursos y servicios de información para una biblioteca accesible en la Universidad Católica de Córdoba (Argentina).
Más actividades especializadas
Como parte del Congreso también se realizaron talleres sobre analítica web para revistas científicas, creación de contenidos y marketing digital para bibliotecas asistido por IA, Wikidata y bibliotecas, entre otros, además de la exposición de pósteres científicos.
El cierre del encuentro contó con una presentación artística a cargo del Ballet Folclórico Antumapu en la Plataforma Cultural de la Universidad de Chile. Además, durante el día 12 de abril, la Biblioteca del Congreso Nacional, co-organizadora del evento, realizó una serie de charlas para ahondar en algunos temas en el edificio del Congreso Nacional de Chile en Santiago.
Saludo de la Rectora
Durante la jornada inaugural del encuentro la Rectora Rosa Devés, expresó que “es muy destacable el carácter internacional de este evento con más de 15 países representados y la oportunidad que ofrece para discutir los desafíos de la ciencia abierta, la publicación académica y particularmente la forma en que la inteligencia artificial está cambiando el trabajo y el rol de las bibliotecas en el mundo. Con este Congreso, el SISIB aporta al desarrollo en las bibliotecas, las tecnologías y los servicios, asumiendo un rol de liderazgo nacional en esta área”.
La máxima autoridad de la Universidad de Chile destacó también el 30º aniversario de SISIB, señalando que “son tres décadas gestionando nuestras 45 bibliotecas y el desarrollo del sitio web institucional que goza de reconocimiento internacional”.
Todas las presentaciones de este Congreso estarán disponibles próximamente en el canal de SISIB en YouTube.