Política y Reglamento de Corresponsabilidad Social en el Cuidado de hijos e hijas

Logros y complejidades de implementar la corresponsabilidad social de los cuidados en la Universidad

Logros y complejidades de implementar la corresponsabilidad en la U
Estudiantes madres y sus hijas/os
El año 2023, 1,10% de los/as estudiantes de pregrado eran madres, padres y futuras/os madres/padres, registrándose un total de 337 estudiantes, de los cuales el 70% son estudiantes madres (213) y futuras madres (19).
Organización de estudiantes madres y padres de la U. de Chile MAPARED
Organización de estudiantes madres y padres de la U. de Chile MAPARED
Jardín Infantil Santa Rosa, ubicado en Campus Sur
Jardín Infantil Santa Rosa, ubicado en el Campus Sur.

En el 2017, la Universidad de Chile publicó su Política de Corresponsabilidad Social en la Conciliación de las Responsabilidades Familiares y las Actividades Universitarias, que establece diversas medidas que permiten compatibilizar los roles de cuidados con la realización de actividades académicas y profesionales. Luego, el 2018, aprobó su respectivo Reglamento de Corresponsabilidad Social en el Cuidado de Hijos e Hijas de Estudiantes.

De acuerdo al Informe de Implementación de Políticas y Medidas de Igualdad de Género del Observatorio de Igualdad de Género y la encuesta FOCES, que aplica la Dirección de Bienestar desde 2018, “durante el año 2023, el 1,10% de los/as estudiantes de pregrado son madres, padres y futuras/os madres/padres, registrándose un total de 337 estudiantes, de los cuales el 70% son estudiantes madres (213) y futuras madres (19)”. De este total, "207 (61,4%) han accedido a medidas de corresponsabilidad social dispuestas en el reglamento estudiantil, las que han sido solicitadas en mayor medida por estudiantes madres. Así, de cada 10 estudiantes que accede a medidas del reglamento estudiantil, 7 son madres”.

Respecto a esto, Romina Pistacchio, directora de la Dirección de Género de la Facultad de Filosofía y Humanidades*, señala que “tanto nuestra política de corresponsabilidad como el reglamento que la materializa son instrumentos que nos llenan de orgullo y, a la vez, nos enfrentan a un desafío inmenso: su correcta implementación en escenarios muchas veces complejos y construidos a partir de culturas institucionales naturalizadamente patriarcales y que, las más de las veces, opone resistencias importantes”. Añade, en esta línea, que “informar, dar a conocer la política y el reglamento no ha sido fácil. Porque no basta con enviar un correo electrónico y avisar que de un día para otro las cosas van a ser 'de esta otra forma'”.

Concuerda con este diagnóstico Pamela Farías, encargada de corresponsabilidad de la Dirección de Igualdad de Género, quien plantea que “el mayor desafío es que estos instrumentos sean conocidos y entendidos por la comunidad universitaria. La falta de conocimiento en las facultades y escuelas para la implementación de estas medidas conlleva a que cada estudiante padre y madre gestione personalmente sus medidas”.

Carolina Chacón, estudiante de cuarto año de Licenciatura en Arte, mamá de una hija de 1 año 5 meses e integrante de la organización de madres y padres MAPARED, concuerda con lo anterior y agrega que “los problemas que hemos tenido tienen que ver principalmente con la falta de información sobre la política y el reglamento entre las y los profesores y también entre funcionarios/as, que como no las conocen cuesta armar el conducto regular. También ocurre que hay gente que la conoce, pero simplemente no la quieren acatar o llevar a cabo como corresponde, sino como ellos creen que debe ser”.

Para enfrentar este problema, Farías señala que la Dirección de Pregrado ha preparado orientaciones técnicas para la correcta implementación del Reglamento de Corresponsabilidad, definiendo flujos claros para el acceso de las y los y estudiantes a las medidas, y desde la DIGEN y también las Unidades Locales de Género hemos hecho esfuerzos importantes por difundir este tema entre funcionarios/as, académicos/as y estudiantes, pero todavía existe mucha desinformación”.

MAPARED es una organización comunitaria compuesta por 60 estudiantes madres y padres de distintas unidades académicas que nace el año 2023, en coordinación con la DAEC y la Dirección de Género de la Facultad de Filosofía y Humanidades. Vania Valenzuela, estudiante de cuarto año de Literatura Hispánica, coordinadora de MAPARED y mamá de un hijo de 3 años que asiste al Jardín Infantil Juan Gómez Millas, señala que “una de las principales demandas de MAPARED es generar conciencia y abrir espacios para el debate de la corresponsabilidad, principalmente orientado al profesorado, porque creemos que el principal conflicto está en quien recibe la solicitud de flexibilización. Desde la implementación de la política, y también desde mi experiencia personal, cuando se solicitan algunas de las medidas de flexibilidad académicas que están en la política, algunos profesores y profesoras tienen sesgos. También sabemos que algunas compañeras han tenido conflictos con profesores cuando han solicitado adecuaciones académicas. Hay facultades en que esta situación es más crítica que en otras”.

Pamela Farías dice que, efectivamente, otros nudos críticos detectados para la correcta implementación del reglamento para estudiantes/as, tienen que ver con las medidas de flexibilidad académica, lo que se relaciona con la asistencia, la presencialidad y el cumplimiento de obligaciones académicas, como la entrega de trabajos y evaluaciones”.

Según el Informe del Observatorio de Igualdad de Género de la DIGEN, “las medidas solicitadas se concentran en 'medidas de flexibilidad académica', las que suponen algo más del 90%. Entre ellas, destacan la toma anticipada de ramos, la adecuación de las exigencias de asistencia, la reprogramación de trabajos y actividades de evaluación, entre otras”.

El equipo de la Dirección de Género de la Facultad de Filosofía y Humanidades destaca que, “en conjunto con MAPARED, el año pasado implementamos una encuesta que fue contestada por 76 mapadres de distintos campus de la Universidad, obteniendo datos muy relevantes para poder seguir afinando nuestras acciones en la dirección correcta. De esta muestra, el 42% de les estudiantes cuidadores conoce y utiliza el reglamento de corresponsabilidad y 66% ha obtenido apoyo de su facultad o ha accedido a medidas de flexibilidad; mientras que el 40,5% no lo conoce, y un 34% no ha obtenido flexibilidad ni apoyo por parte de su facultad, por lo que la difusión de estas regulaciones continúa siendo un desafío para la institución”.

Valenzuela agrega que “luego de la aplicación de la encuesta, organizamos un encuentro para socializar los resultados, al que asistieron madres que tienen hijos/as neurodivergentes, y que están en una situación súper crítica en cuanto a la flexibilización de horarios y otras adecuaciones, porque este tema no está incorporado en la Política de Corresponsabilidad, y si bien las inasistencias se pueden justificar con licencias médicas, no se puede justificar, por ejemplo, el tener que llevar a tu hijo o hija a terapia diariamente. Estas experiencias particulares son bien impactantes y es necesario abordarlas institucionalmente”.

“Pensamos que uno de los desafíos más urgentes, y a la vez más difíciles, es el de la sensibilización de la comunidad universitaria, sobre todo académica (…) En ese sentido, nuestro principal desafío es transformar la lógica desde la que se entienden los apoyos institucionales a quienes cuidan como “favores” o “beneficios”, hacia su comprensión desde la lógica de los derechos sociales”, señalan desde el equipo de la Dirección de Género de la Facultad de Filosofía.

Pamela Farías reafirma esta idea al señalar que “es importante generar un proceso de reflexión sobre este tema, entender que el concepto de corresponsabilidad social en el cuidado va más allá de la conciliación; supone entender la división sexual del trabajo y sus efectos en la discriminación que viven las mujeres”.

Postergación de estudios por maternidad y desafíos pendientes

Uno de los principales problemas que enfrentan las estudiantes madres es la decisión de postergar sus estudios, especialmente cuando tienen hijos/as recién nacidos o durante los primeros meses de vida. Esta situación afecta muy mayoritariamente a las mujeres, tal como lo muestra el Informe del Observatorio de la DIGEN. “La postergación de estudios por motivos de maternidad o paternidad ha sido solicitada por 45 estudiantes de pregrado (75% madres o futuras madres) de 15 Facultades (…) Comparativamente con el año 2022, se advierte el aumento de estudiantes madres que postergan estudios en la Universidad (34 estudiantes), mientras que esta situación no es tan pronunciada para los estudiantes padres. Así, en el año 2023, casi un 15% de estudiantes madres y futuras madres realizan postergación de estudios en la Universidad (…) En postgrado, se contabilizan a 23 estudiantes madres/padres que han postergados estudios a lo largo del año 2023 en distintos programas, de los cuales 18 son mujeres y 5 hombres”.

Carolina Chacón, por ejemplo, recuerda que “yo tuve que congelar mis estudios y lamentablemente eso es algo que afecta prácticamente solo a las mujeres”.

La Política de Corresponsabilidad cuenta con cinco líneas de acción. La tercera se refiere a “garantizar la equidad de género en los procesos de  evaluación y calificación académica, a través de la adecuación de la normativa universitaria respectiva, con el fin de permitir la igualdad de oportunidades entre académicas y académicos en las distintas instancias, considerando los efectos de la maternidad y las responsabilidades familiares en el desempeño y productividad tanto profesional como académica”.

Sobre este punto, el mismo Informe señala que “se han establecido un conjunto de medidas para la adecuación de la normativa universitaria en los procesos de evaluación y jerarquización. En este sentido, destaca el disponer del “Instructivo de buenas prácticas y acciones para el fomento de la equidad de género en la carrera académica de la Universidad de Chile” y de las nuevas “Rúbricas de evaluación académica para las comisiones locales de evaluación académica y comisión superior de evaluación académica”, que desde el año 2022 se acompañan con el Programa de Mentorías implementado por la Dirección de Desarrollo Académico (DDA)”.

Al respecto, Pamela Farías señala que “es necesario avanzar en medidas de corresponsabilidad para los funcionarios y funcionarias de la Universidad (académicos/as y personal de colaboración), porque si bien la política sugiere algunas medidas para el estamento académico, aún no se cuenta con un instrumento específico para ello. En la DIGEN, desde el año 2022 estamos trabajando en un instrumento que responda a esta necesidad. Se trabajó primero como reglamento, pero dado los múltiples instrumentos a intervenir finalmente será un instructivo. Está en su última etapa de elaboración y esperamos tenerlo prontamente”.

Desde la Dirección de Género de la Facultad de Filosofía y Humanidades agregan que “esta normativa ha atendido principalmente la situación de madres y padres cuidadores de hijes. Así, otro desafío es generar estrategias para que también se aborden las situaciones de personas cuidadoras en otros roles: cuidado de familiares con alguna enfermedad, de personas mayores, etc”.

Jardines Infantiles e infraestructura para el cuidado

En el año 2015, la Universidad firmó un convenio de colaboración con la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI) para construir cuatro establecimientos al interior de sus campus universitarios. En 2018, se inauguró el Jardín Infantil “Nietos de Bello”, en el Campus Beauchef, en 2021 el Jardín “Juan Gómez Millas” en el Campus homónimo, y en mayo de este año entró en funcionamiento el Jardín “Santa Rosa”, ubicado en el Campus Sur. Todos cuentan con cupos preferentes para integrantes de la comunidad universitaria (estudiantes, académicos/as y personas de colaboración) y, de acuerdo a cifras del Informe del Observatorio de la DIGEN, “durante el año 2023, 32 hijos/as de estudiantes han asistido a estos establecimientos, con escasa variación respecto a años anteriores”. Junto a esto, observa que "el 92% de las Unidades Académicas y Administrativas han instalado infraestructura y equipamiento adecuados, como lactarios, mudadores y accesibilidad para coches”.

Además de lo anterior, la Dirección de Bienestar cuenta con la Beca de Apoyo Preescolar, destinada a estudiantes regulares con hijos/hijas preescolares a su cargo, con situación socioeconómica deficitaria y que no cuentan con alternativas de cuidado durante el horario en que desarrollan sus actividades académicas. De acuerdo a datos proporcionados por la DIRBDE, durante el año 2024, 53 estudiantes, mayoritariamente madres (89%) de 14 Facultades han accedido a esta beca, con un aumento importante de su cobertura (en el año 2020 accedieron a esta beca 40 estudiantes). 

También se cuenta con la Beca de Apoyo Parental, que entrega apoyo económico a estudiantes con hijos/as en edad escolar (6 a 12 años) que presentan antecedentes de enfermedad crónica o permanente, o en situación de discapacidad, generando gastos mensuales que no pueden ser cubiertos por el grupo familiar y que no cuenten con alternativas de cuidado en el horario que deben desarrollar sus actividades académicas. A esta beca han accedido, durante el año 2023, un total de cuatro estudiantes (3 madres y 1 padre).

Pamela Farías plantea que, "sin duda, los avances en infraestructura son muy importantes porque facilitan la vida y el desarrollo académico de padres y madres. Pero no podemos quedarnos aquí, sabemos que hay desafíos pendientes y estamos trabajando para responder a las necesidades de todas las personas que son responsables del cuidado de alguien más, para que la maternidad o paternidad no sea un impedimento para continuar con sus estudios y desarrollarse profesionalmente".

* El equipo de la Dirección de Género de la Facultad de Filosofía que respondió a la entrevista está compuesto por Romina Pistacchio, directora; Consuelo Prudencio, coordinadora Sello Genera Igualdad; y Rocío Gallardo, asistente.