Con el objetivo de reducir la incertidumbre que generan las catástrofes y de mejorar la capacidad de ofrecer respuestas adecuadas de forma eficiente, la Dirección de Bienestar y Desarrollo Estudiantil (DIRBDE) lanzó un Protocolo de actuación ante catástrofes y desastres naturales.
“En contextos de catástrofe, la acción institucional debe ser rápida y pertinente, contribuyendo a la contención de los y las potenciales afectados/as, reduciendo en lo posible la incertidumbre que agrava su situación. Para facilitar la coordinación y la acción oportuna, hacemos levantamientos preventivos de información relativa a estudiantes residentes y/o provenientes de las zonas decretadas en alerta, la que es distribuido a las direcciones de asuntos estudiantiles y unidades de bienestar para la evaluación de beneficios y apoyos internos y la asistencia para la postulación a los mecanismos públicos que se determinen”, afirma Pamela Díaz-Romero, Directora de Bienestar Estudiantil.
Gracias a la información registrada en el Formulario de Caracterización Estudiantil (FOCES) -cuyo alcance supera el 95% de la matrícula de pregrado este 2024-, es posible levantar una estimación inicial de potenciales personas afectadas y/o damnificadas producto de emergencias tales como incendios, fenómenos climáticos, etc.
Disponer de esos datos no sólo facilita la coordinación entre las unidades académicas y el nivel central, sino que también agiliza la articulación entre la DIRBDE, las Direcciones de Asuntos Estudiantiles y las Unidades de Bienestar para la evaluación oportuna de medidas de flexibilidad, beneficios internos y la entrega de orientación en la postulación a los mecanismos públicos que determine el Estado.
Definiciones operativas
Se entiende por catástrofe y/o desastre natural toda situación producida por eventos o fenómenos naturales o provocados por la acción humana que conlleve pérdidas materiales (total o parcial) o de vidas humanas, tales como: terremoto, inundación, maremoto, alud, incendios forestales u otro de similares características. Además, la alerta por el evento o incidente debe ser informada por el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SENAPRED).
Por otra parte, y en base a las precisiones operativas establecidas en 2023 por la U. de Chile, para fines de este protocolo se entenderá como estudiantes “damnificados/as” a quienes se encuentren dentro de las zonas señaladas en situación de catástrofe declaradas por SENAPRED. Es decir, comunas/regiones consideradas en el Catastro Oficial de Damnificados, el cual es actualizado de manera permanente por la Subsecretaría de Evaluación Social. Para ser parte de él, se debe contar con la Ficha Básica de Emergencia (FIBE), la cual es aplicada por el Municipio correspondiente u otro organismo público.
Asimismo, se consideran personas “afectadas” quienes viven en las comunas identificadas en el Catastro Oficial de Damnificados, registran problemas de movilidad o conectividad, o que, estando en las zonas antes señaladas, han visto afectados sus servicios básicos (agua y luz). También entran en este grupo otros/as estudiantes tras una evaluación de parte de las unidades de bienestar local.
Cómo opera el protocolo
El Protocolo de actuación ante catástrofes y desastres naturales se activa una vez que el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SENAPRED) declara la emergencia, a través de la Dirección de Bienestar y Desarrollo Estudiantil.
Dicha Dirección realiza entonces un levantamiento de quienes potencialmente podrían resultar afectados/as o damnificados/as, con matrícula del año en curso y situación académica vigente, lo que es posteriormente compartido con todas las Direcciones de Asuntos Estudiantiles y Unidades de Bienestar de la Universidad, con el objetivo de facilitar el contacto oportuno con sus estudiantes, para que hagan seguimiento de la situación e inicien las gestiones pertinentes en materia de beneficios económicos o flexibilidad académica.
Paralelamente se activa el Catastro estudiantil ante situaciones de emergencia en la Mesa de Ayuda DIRBDE, para que las y los jóvenes puedan reportar su situación, lo cual es informado a través de los canales comunicacionales de la DIRBDE.
Una vez que las Direcciones de Asuntos Estudiantiles verifican la información, esta debe ser derivada a su respectiva Dirección de Escuela de Pregrado para iniciar la “activación” del proceso de flexibilidad académica. Lo anterior, con el objetivo de aplicar medidas que contribuyan a la permanencia, el desarrollo en las actividades universitarias y la titulación de quienes acrediten encontrarse, en este caso, en situaciones de catástrofe.
Por su parte, la Unidad de Bienestar local debe tomar contacto con las personas potencialmente afectadas y damnificadas, solicitando a la DIRBDE los beneficios que correspondan a cada caso (Beca de Emergencia o PER).
Para acceder al Protocolo y otras publicaciones elaboradas por la DIRBDE le invitamos a visitar su web www.uchile.cl/dirbde.