Las estudiantes del Doctorado en Ciencias Silvoagropecuarias y Veterinarias (DCSAV) de la Universidad de Chile, Sofía Herrera y Paloma Cordero, junto a los académicos Sergio Guzmán y Daniela Luna, han llevado a cabo un estudio pionero que investiga los efectos del enriquecimiento social en el bienestar de los pollos de engorde.
Este estudio, publicado en la prestigiosa revista Animals y titulado "Social Enrichment Improves Affective State and Foraging Behavior Compared to Physical Enrichment, While Maintaining Growth Performance in Broiler Chickens", surge en un contexto donde el bienestar animal es cada vez más relevante en la producción avícola, dado que los pollos en sistemas de producción intensiva a menudo viven en condiciones que limitan su comportamiento natural, afectando su salud.
El estudio se centró en comparar dos tipos de enriquecimiento como tratamientos independientes: el físico, considerado como grupo control, que incluye perchas, fardos de paja y plataformas, y el social, grupo experimental, que implica interacciones positivas regulares con humanos. Este estudio evaluó en 96 pollitos criados desde el día de edad el impacto del enriquecimiento social frente al físico en el bienestar animal, evaluando el repertorio conductual, la salud podal, las preferencias por sabores dulce y umami, el estado afectivo y los parámetros productivos de los pollos broiler a lo largo de 43 días.
Los resultados revelaron que el enriquecimiento social no solo fomentó un comportamiento de forrajeo más activo, sino que también promovió un estado afectivo más positivo en los pollos, evidenciado por una reducción en los niveles de miedo y una recuperación más rápida tras situaciones estresantes.
Un hallazgo clave de la investigación es que, a pesar de las mejoras en el bienestar animal, no se observaron diferencias significativas en los parámetros de crecimiento y productividad entre los grupos de enriquecimiento social y físico. Esto sugiere que la implementación de interacciones sociales en la crianza de pollos puede mejorar el bienestar animal sin comprometer la eficiencia productiva, lo que representa una ventaja tanto para el bienestar animal como para la sostenibilidad económica en la producción avícola.
Los investigadores concluyen que el enriquecimiento social, al ser una estrategia viable y efectiva, debería ser considerado en las prácticas de manejo avícola. Este enfoque no solo mejora las condiciones de vida de los pollos, sino que también contribuye a la creación de sistemas de producción más éticos y sostenibles. Además, se sugiere que futuras investigaciones podrían explorar el impacto del enriquecimiento social y su efecto en otras especies de aves, así como la optimización de estas prácticas en entornos comerciales.
Si deseas conocer más sobre los detalles de este estudio, puedes acceder a la publicación completa a través de este enlace.