El profesor Barry Judd es el vicerrector adjunto de la Universidad de Melbourne, Australia, estuvo de visita en nuestro país por el III Encuentro de la Red de Conocimiento Indígena que se realizó durante la semana pasada en la Casa Central de la Universidad de Chile, enfocada en el tema: “Ciencias Indígenas / Conocimientos Indígenas: debates y aportes para un futuro común”.
Su formación como historiador lo ha llevado a reconocer también su propia historia como descendiente del pueblo Pitjantjatjara por su familia materna: “Mi padre es de ancestro británico, pero mi madre viene de los desiertos centrales de Australia, los Pitjantjatjara son los propietarios tradicionales de un lugar llamado Uluru rock. Tal vez ha oído hablar de esa gran roca en el medio de Australia que es parte de nuestras campañas de turismo nacional”, cuenta sentado en la sala de Cowork de Alumni.
“Mi propia historia ha sido vivir entre mundos muy divididos”, continúa, por un lado, estaba la familia de su padre y, por el otro, la familia materna indígena a la que había que llegar luego de un largo viaje para “conocer a personas indígenas que, cuando crecí, no eran parte de la historia nacional de Australia; los aborígenes estaban muy suprimidos y eran muy desconocidos”. La educación que recibió tampoco ayudó, a su juicio, a superar esta visión, “me dio la idea de que las personas indígenas eran parte del pasado, no del presente ni del futuro y yo sabía que eso era mentira, porque mi abuela, mis abuelos y abuelas, mis primos o hermanos y hermanas, como les llamamos, existían. Por eso, desde una edad bastante temprana, quería conocer quiénes eran y saber de los sistemas de conocimiento que tenían sobre la Tierra”.
Añade: “Soy profesor de estudios indígenas, pero realmente soy un historiador”. Mucho de su trabajo ha sido reparar la historia de Australia y poner en un lugar central a los pueblos aborígenes. “Los indígenas pertenecen a esta historia durante los últimos 230 años, tanto como las demás personas que viven en Australia”, explica.
- Profesor, ¿de qué manera su experiencia investigando los saberes indígenas puede influir en otras universidades de APRU para cuidarlo y difundirlo?
Creo que todas las universidades enfrentan desafíos similares cuando se trata de esfuerzos para incorporar o involucrar a los sistemas de conocimiento indígenas. Y esto es porque todas las universidades, como las conocemos, son derivadas de modelos y tradiciones de Europa y, por lo tanto, el conocimiento está basado en disciplinas separadas unas de otras. El conocimiento indígena es muy diferente, porque es holístico; desde esta mirada es inútil pensar que la ciencia y el arte son disciplinas separadas. Y como estamos tratando de encajar un círculo en un cuadrado, es siempre difícil conseguir colegas académicos en las universidades para entender de lo que hablamos cuando hablamos de sistemas de conocimiento indígena. Creo que estos son desafíos globales y parte del rol de la red APRU es unir a las personas que los experimentan, hablar sobre qué funciona en su universidad y qué no, y apoyar a los demás en nuestros esfuerzos para continuar trabajando por asegurar que el conocimiento indígena sea parte de la academia.
- ¿Cuáles son sus expectativas respecto a esta Tercera Reunión de la Red de Conocimiento Indígena?
Creo que la primera y la segunda reunión se abocaron a la formación de la red y creo que esta reunión es para consolidarla. El tema actual son las ciencias, que para mí es muy interesante, porque soy historiador y, dado los desafíos que enfrenta la humanidad global y que nuestros países están alrededor del Pacífico, necesitamos que los científicos de nuestras facultades empiecen a escuchar y a comprometerse con las personas indígenas para que entiendan lo que está pasando en el mundo. El mayor desafío que enfrentamos es lo que la gente llama cambio climático, pero yo creo que es una crisis climática. La humanidad no ha enfrentado una crisis climática como ésta por alrededor de 13.500 años, es decir, desde la última era glaciar. Esa era una época en la que también enfrentábamos, como seres humanos, el aumento en el nivel del mar, los cambios en los patrones del clima, el colapso de los ecosistemas, la extinción de muchas especies animales… Las personas indígenas todavía tienen conocimiento de ese momento, entonces es importante que los científicos universitarios se comprometan con las personas indígenas que tienen ese conocimiento de un modo distinto al científico. En Australia, ese conocimiento se mantiene en canciones, ceremonias, en la forma de bailar y en narraciones.
Colegas de la Universidad de Melbourne alinearon el análisis científico de materiales, con tradiciones de narración oral de indígenas y encontraron un match en la época en la que la isla de Tasmania se desligó del resto de Australia. Eso ha sido confirmado, las narraciones orales han sido confirmadas como adecuadas a través de métodos científicos. Eso es muy emocionante y muestra que las tradiciones de narración indígena han estado en lo correcto durante más de 13.000 años, lo cual es increíble. Por lo tanto, más científicos necesitan involucrarse con el conocimiento indígena, porque muestra verdades. Este sistema de conocimientos no puede ser definido como ciencia, pero proporciona información que es útil para entender cómo los seres humanos pueden sobrevivir a la época actual y a su crisis climática.
- ¿Las comunidades científicas están escuchando los conocimientos indígenas?
Algunas sí y algunas no. Se convierte en una cuestión política para muchos no indígenas comprometerse con este conocimiento y agenda (...) Un buen ejemplo es el esfuerzo reciente para contar la historia de nuestra universidad y su relación con la gente indígena. Mucha de esa historia implicó revisar los logros de los profesores y de los líderes de la universidad. Muchas de estas personas abogaban por el racismo científico y fueron miembros de sociedades ‘higiénicas’, es decir, ayudaron con la visión de que las personas indígenas eran inferiores biológicamente y deberían ser eliminadas de la población. También contribuyeron con una visión (negativa) de las personas con discapacidad, de las personas de origen de clase trabajadora… Al abrir la revisión histórica de las personas y sus logros se genera una conversación política en la universidad. Muchos han apoyado nuestra historia y hay pocos que dicen que no es verdad, que no es justo y que no deberíamos hacer esto.
- ¿Cuál es el riesgo más importante para la humanidad que podría enfrentarse desde un punto de vista indígena?
He mencionado la crisis climática global y el colapso ecológico. Creo que ese es probablemente el riesgo más alto que enfrenta la humanidad hoy, porque no tenemos mucho tiempo para detener el calentamiento global, la destrucción de los bosques, para detener la destrucción de los ecosistemas diversos que han sido reemplazados por monocultivos de plantas. Necesitamos unirnos con los pueblos indígenas del mundo para encontrar formas alternativas de existir. Ese es un reto para los estados y sus economías, que ven las cosas en términos de crecimiento económico.
Creo que ha mejorado el bienestar material, nuestra capacidad de sobrevivir a enfermedades como el COVID-19, por ejemplo, pero en muchos otros niveles, las personas en la modernidad han degradado las vidas en términos de su capacidad de relacionarse socialmente con otras personas y de conocerlas de una manera cercana y genuina. Creo que también se ha degradado nuestra capacidad de conectarnos con los antepasados, con el mundo alrededor de nosotros, los árboles, las rocas, las montañas, el cielo, el universo, todas esas cosas se han hecho más distantes, especialmente en grandes ciudades como Melbourne o Santiago, porque estamos tan ocupados trabajando, ganando dinero para sobrevivir, que lo olvidamos. Entonces, si las personas indígenas tienen conocimiento, nos pueden enseñar cómo estar tranquilos, reconectarnos y entender que, si no pensamos en esas cosas, no tendremos un futuro como humanos.
Hay otra crisis aparte del clima y es la cohesión social, no creemos en los políticos ni en lo que dicen. Necesitamos conocimientos indígenas no solo por la forma en que nos conectamos con la naturaleza o el medioambiente, sino también con los demás. Creo que los modos indígenas de política, de decisión y de liderazgo son muy importantes para un futuro común y para abrir posibilidades para un mundo mejor, donde tal vez no gastemos todo nuestro dinero en equipos militares, sino en otras cosas.