La Sociedad Chilena de Educación Científica (SChEC) dio a conocer recientemente la conformación de su nueva directiva, la que estará encabezada por Yefrin Ariza, académico de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), junto a Gonzalo Guerrero como secretario, Joyce Maturana como vicepresidenta y María Antonieta Órdenes en el cargo de tesorera. María Antonieta Órdenes es estudiante del Doctorado en Educación de la PUC y se desempeña además como docente adjunta tanto en la PUC como en la Universidad de Chile.
Desde la nueva directiva, uno de los principales énfasis será el fortalecimiento de los vínculos entre investigación, docencia y formación del profesorado. En ese sentido, María Antonieta Órdenes explicó que el periodo 2026-2027 estará marcado por cuatro líneas de acción prioritarias: la creación de espacios de encuentro interdisciplinario, la construcción de consensos compartidos en un escenario de múltiples tensiones sociales y educativas, la promoción de una educación científica crítica y socialmente situada y el fortalecimiento de la colaboración entre los distintos actores del ecosistema educativo científico.
Respecto de los desafíos del periodo, la académica señaló que esperan enfrentarse a “articular la pluralidad de enfoques teóricos y metodológicos que conviven en la educación científica, evitando la fragmentación de la comunidad”. A ello se suma la necesidad de generar puentes entre la investigación académica con la realidad de las aulas chilenas, así como fortalecer la formación docente continua en un contexto de transformaciones curriculares, tecnológicas y sociales y “navegar las transformaciones y tensiones actuales, políticas, educativas, tecnológicas, sociales, éticas, relacionales, ambientales y académicas que atraviesan la educación científica chilena”.
En relación con la alfabetización científica, la nueva directiva de la SChEC buscará impulsar espacios de reflexión colectiva sobre su significado en el contexto chileno actual, promover el diálogo con instituciones como el Ministerio de Educación para incidir en políticas curriculares, y fomentar el desarrollo de recursos pedagógicos situados, vinculados a problemáticas locales. Asimismo, se espera avanzar en programas de formación docente especializada que entreguen herramientas concretas para implementar una alfabetización científica crítica en las aulas.