
El acto de develación de la placa en homenaje al profesor Carlos Ghigliotto del pasado jueves 18 de diciembre, contó con la presencia del decano Prof. Pablo Richter, la vicedecana Prof. Paz Robert, el director de Relaciones Internacionales Prof. Christian Wilson, la subdirectora de Extensión y Vinculación, Betsabet Sepúlveda, además de académicos, estudiantes y personal de colaboración de la Facultad. Asimismo, se destacó la participación de Giselle y Braulio Luksic Ghigliotto, bisnietos en tercer grado del profesor Ghigliotto, quienes acompañaron este significativo homenaje, fortaleciendo el vínculo entre la memoria institucional y la historia familiar del académico.
La instalación de esta placa se enmarca en un proceso de puesta en valor del patrimonio científico y cultural de la Facultad, particularmente relevante en el contexto de la conmemoración de los 80 años de la unidad académica. En este sentido, conocer y difundir la historia de quienes forjaron las bases de la institución constituye un elemento clave para la formación integral de las y los estudiantes y para el reconocimiento de la identidad académica de la comunidad.
El Prof. Christian Wilson desarrolló una investigación histórica en torno al busto de Carlos Ghigliotto Salas, ubicado desde hace décadas en uno de los patios de la Facultad, frente al Edificio Aulario. La escultura, presente al menos desde 1942, según registros del profesor Hugo Lea-Plaza, forma parte del paisaje cotidiano de la Facultad, aunque por muchos años su historia y relevancia fueron poco conocidas.
Resignificando la figura de Ghigliotto
Carlos Ghigliotto Salas nació en Valparaíso el 10 de junio de 1868. Estudió Farmacia en la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile y obtuvo su título de farmacéutico el 7 de junio de 1891. Inició su trayectoria profesional en el Instituto de Higiene, donde llegó a ser jefe de la sección de Química en 1916. En 1896 fue comisionado por el gobierno para perfeccionar sus estudios en Francia, trabajando con destacados científicos de la época. A su regreso, fue nombrado profesor de Química Analítica en 1899, cargo que ejerció hasta su fallecimiento en 1930.
Su obra académica trascendió las aulas. Sus “Apuntes de Química Analítica” se convirtieron en material de consulta en diversos países de Latinoamérica, y posteriormente asumió la docencia en Bromatología y Toxicología, consolidando su influencia en la formación de profesionales del área. Sin embargo, fue en el ámbito de la investigación donde su aporte alcanzó mayor proyección internacional.
Entre sus contribuciones más relevantes se encuentra el descubrimiento de la presencia fisiológica del Zinc en el organismo humano, hallazgo pionero a nivel mundial, publicado en 1918 en el Bulletin de la Société de Médecine Légale de France. Este descubrimiento fue posteriormente reconocido por publicaciones científicas internacionales, incluyendo revisiones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos en 1921. Además, desarrolló investigaciones sobre el rol del ácido nítrico, el HgS, la presencia de aldehído fórmico en la descomposición de carnes y su relación con intoxicaciones, entre otros estudios que impactaron también en áreas como la Bioquímica.
Pese a su reconocimiento internacional, su figura no tuvo en Chile la visibilidad que sus discípulos consideraban merecida. Aun así, su legado perdura en la formación de generaciones de profesionales y en el desarrollo de la ciencia desde un país donde la investigación aún era incipiente. Como señalan sus contemporáneos, fue un investigador incansable, profundamente comprometido con la ciencia, pero marcado por una modestia que contrastaba con la magnitud de sus aportes.
Ceremonia: rescatando la memoria para que el legado perdure
El decano Pablo Richter se acercó al podio y se dirigió a las y los asistentes con un discurso cargado de emoción, en el que evocó la memoria y el legado de Ghigliotto, permitiendo que sus descendientes escucharan, a través de sus palabras, el reconocimiento a su historia y trascendencia.
“El acto que hoy nos reúne forma parte de un continuo esfuerzo por rescatar nuestra memoria histórica. Muchas figuras de nuestra vida institucional merecen un reconocimiento especial, pues su legado perdura. Al recordar a quienes ya no están, evitamos el olvido y mantenemos viva su huella en nuestra historia común [...] Cuando se levantó este busto en honor al Prof. Carlos Ghigliotto, nuestra comunidad universitaria tuvo la convicción de que su figura monumental debía perdurar a través del tiempo [...] Asimismo, expreso mis agradecimientos a los familiares del Prof. Ghigliotto por su presencia en esta ceremonia: siéntanse profundamente orgullosos de un antepasado que ha sido parte esencial de la historia de la Facultad, de la Universidad de Chile y, en última instancia, de nuestro país”.
"A la altura de nuestros héroes nacionales"
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Luego, fue el turno del director de Relaciones Internacionales, Prof. Wilson, quien, con entusiasmo sincero y voz firme, relató su vínculo con el científico que iluminó un campo esencial del conocimiento, permitiendo que el mundo comprendiera la profunda importancia del zinc para la vida y el equilibrio del organismo humano.
“Quiero contar mi historia personal de acercamiento a este gran científico y compartirla con ustedes. Es muy interesante que ciertas cosas que uno ve todos los días, se hacen tan familiares que ni siquiera nos preguntamos al respecto. Eso me pasó con el busto de don Carlos Ghigliotto cuando estudiaba en Vicuña Mackenna 20. Lo veía al entrar todos los días, y ahora en Dr. Carlos Lorca Tobar 964, lo veo cada vez que llego o me voy de la Facultad. Después de estar casi 20 años, me vino la consulta, ¿quién es don Carlos Ghigliotto?”.
“La primera vez que escuché de él, fue en las clases de Historia de la Química del profesor Jorge Valenzuela Pedevila. Él mencionaba que Carlos Ghigliotto fue profesor de Química Analítica. Su pasión fue la investigación en un país donde este ámbito era naciente. Y como dicen sus discípulos, trabajaba inagotablemente para lograr ciencia de nivel mundial desde Chile. Y aunque tuvo grandes descubrimientos, siempre mantuvo su modestia.
Su contribución científica no se limitó al descubrimiento del Zinc, también estudió el rol del ácido nítrico, el HgS, de la presencia de aldehído fórmico en la descomposición de carnes y su relación con intoxicaciones, etc.”, narró firme.
Así, el profesor del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular continuó señalando: “Con respecto a su fallecimiento, el profesor Hugo Lea-Plaza expresó: ‘A pesar de su prestigio de maestro y la consideración que lo rodeaba como tal y como investigador, especialmente en Francia, era un escéptico de sí mismo, escepticismo infundado, producto de hondos y elevados complejos espirituales, que él quiso sublimar, poniendo fin a su vida en un malhadado día de diciembre de 1930, cuando creyó que no era ya útil al progreso de la ciencia y de la Universidad de Chile. En resumen, don Carlos dejó un legado enorme, tanto en formación de personas, como en descubrimientos científicos, los cuales aún no han tenido en Chile la importancia y difusión que se merecen y nuestra facultad está haciendo los esfuerzos de realizarlo”.
Antepasado, a tres generaciones de distancia, pero aún presente
Giselle Luksic Ghigliotto, sobrina bisnieta
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“Hace aproximadamente 3 años mi marido Pablo junto a mi hijo Bruno visitaron el Museo de Química y Farmacia de la Facultad. Cuando entonces recibí un llamado telefónico eufórico que decía:
– "Hay muchas cosas que tienen el nombre de Carlos Ghigliotto". Es tu tío, ¿cierto?".
“Nuestro abuelo Bernardo Ghigliotto, con quien vivimos desde que nacimos hasta los casi 20 años, nos contaba de su tío Carlos, hermano de su padre. Decía que había sido un gran científico chileno y que además era un gran ser humano. Nos contaba de su gran bondad, generosidad y, por supuesto, de su inteligencia y prestigio. Nuestro abuelo Bernardo nació en 1904, por lo que debe haber conocido mucho más detalles de su tío, ya que tenía 26 años al momento de su fallecimiento. Que ganas de haberle preguntado más [...] Esperamos que siempre existan estos espacios para honrar a los grandes científicos chilenos que continúan y continuarán aportando a la ciencia a nivel mundial”.
Braulio Luksic Ghigliotto, sobrino bisnieto
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“Me siento muy orgulloso, profundamente orgulloso. En la familia siempre supimos, a través de nuestro abuelo, quién era don Carlos Ghigliotto, pero nunca pudimos profundizar más allá. Muchas veces esos conocimientos no estaban dentro de la familia, por lo que este reconocimiento adquiere un valor enorme para nosotros. Ver a mi hermana tan emocionada fue muy significativo. Además, no conocía las palabras que ella iba a decir ni la historia tan linda que la une a su marido Pablo, a través de la figura del tío Carlos. Fue algo que también me sorprendió y me conmovió profundamente. No sé qué más decir, solo reiterar el orgullo inmenso que siento de que esta historia siga viva, de que se sepa quién fue el tío Carlos y de que su legado continúe formando parte de la historia de Chile”.
Nicole Molina, historiadora y coordinadora de investigación y docencia en el Museo de Química y Farmacia
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“Siempre sentí un interés por la dimensión cultural de Ghigliotto. Desde que llegué al museo comencé a encontrarme con su nombre y su imagen, casi de manera insistente, y fue ahí cuando me di cuenta de que se trataba de un científico tremendamente destacado, pero del que se sabía muy poco. Esa inquietud fue el punto de partida para comenzar a recopilar información sobre él y, posteriormente, extender ese mismo trabajo a otros profesores. Así nació la idea de fichar a los académicos históricos de la Facultad, comprender cuál fue su relevancia y rescatar sus principales publicaciones.
En ese proceso empecé a leer cada vez más sobre Ghigliotto. En prácticamente todos los trabajos de revisión bibliográfica que he realizado aparece mencionado su nombre, siempre como una referencia importante para su época. Para mí, relevar su imagen como uno de los científicos más importantes de Chile es fundamental. Siempre se habla de que las primeras generaciones de profesores venían del extranjero, pero después comenzaron a formarse científicos en la misma Universidad que terminaron siendo académicos y que realizaron descubrimientos tan relevantes como este.
Hoy me siento profundamente satisfecha de ver que este trabajo se materializa de manera simbólica. Me encanta que se esté dando espacio a la historia, porque esta Facultad tiene mucha historia: hay vidas, trayectorias y personas que sostienen una tradición académica y de excelencia. Que se reconozca esta figura me parece increíble y también un primer paso para seguir buscando otras, ojalá no siempre masculinas. Creo que rescatar estas historias fortalece el sentido de pertenencia de estudiantes, académicos y funcionarios, y contribuye a construir comunidad desde la memoria compartida”, concluyó.
Hacer comunidad desde la memoria compartida
La develación de esta placa conmemorativa busca reconocer y resignificar la figura de Carlos Ghigliotto Salas, reafirmando el compromiso de la Facultad con la memoria, el patrimonio y la proyección del conocimiento científico. Este gesto es también fruto del trabajo del Museo de Química y Farmacia, cuya labor de investigación, resguardo y puesta en valor ha permitido reconstruir y profundizar el conocimiento que hoy se tiene sobre la trayectoria del profesor Ghigliotto. A ello se suma la colaboración del profesor Wilson, cuyo entusiasmo y determinación en la necesidad de que la comunidad conozca a sus científicos fueron claves para impulsar este proceso de rescate y divulgación.
Este homenaje no solo honra a un científico excepcional, sino que recuerda que la excelencia académica que hoy distingue a la Facultad se construye sobre el legado de quienes dedicaron su vida al progreso de la ciencia y al fortalecimiento de la Universidad de Chile. El busto y la placa de Ghigliotto reivindican su lugar en la historia, confirmando que siempre estuvo a la altura de nuestros grandes referentes y héroes académicos, aquellos que sentaron las bases de la docencia, la investigación y una visión universitaria que continúa proyectándose en el tiempo.