Cuenta Anual de la Gestión presentada por el Rector de la Universidad de Chile, Prof. Luis A. Riveros.

III. 3 El Problema del Fondo de Crédito Solidario
El ingreso a la Universidad trae aparejado el problema de financiamiento de aranceles, especialmente en un sistema deficitario y poco solidario como el que prevalece en el país, en que estudiantes capaces y en necesidad no están cubiertos por adecuados sistemas de ayuda económica. La Universidad ha hecho un significativo esfuerzo por recuperar los recursos que deben ser devueltos por aquellos que han utilizado crédito en el pasado [Cuadro 7]. Sin embargo, y a pesar de exhibir uno de los porcentajes de recuperación más altos del sistema, la Universidad no ha podido este año, como también ocurrió en el 2003, financiar la totalidad de la demanda de crédito ejercida por estudiantes elegibles de acuerdo a las reglas prevalecientes. Enfrentamos este año un déficit de casi $2.000 millones, parte del cual se asocia al incremento en los aranceles que la Universidad ha debido practicar con el objeto de financiar los mayores costos de la docencia. En razón de ello, decidimos crear un Fondo propio de financiamiento de crédito equivalente en monto a la porción del déficit que se vincula al aumento de los aranceles. Esta cifra corresponde a $800 millones en el año 2004. Sin embargo, hemos debido, al mismo tiempo, financiar otros $1.200 millones de crédito que no cuenta con los recursos en el Fondo de Crédito Solidario ni se deriva del aumento de aranceles, cantidad que se suma a los $600 millones del año 2003, y a los más de $6.000 millones en crédito solidario que se colocaron en el año 2002 años para cubrir el desfinanciamiento del crédito arrastrado por un número de años.

 

La Universidad desistió de formar un Fondo debido a la protesta de los estudiantes sobre este proyecto, y a su requerimiento que los recursos se coloquen en el colapsado Fondo de Crédito Solidario, aunque sea cuestionable la recuperación futura de los mismos. Hemos afirmado que el sistema de Fondo de Crédito es inviable en cuanto al financiamiento de generaciones venideras, y que se precisan nuevas reglas, una diferente administración y una mejor dotación de recursos, si verdaderamente el Estado chileno desea introducir mayor equidad en el acceso a las universidades de calidad. La experiencia muestra que, en el actual escenario, la única forma de contar con crédito suficiente es reduciendo severamente la matrícula, así desfavoreciendo la presencia de la Universidad en el sistema, proveyendo nuevos estímulos al sector privado y discriminando contra estudiantes de menores recursos. Hago notar, además, que el actual sistema, por la definición restrictiva de ingresos mínimos, no admite siquiera la elegibilidad para crédito por parte de la clase media que accede a la Universidad, y que se ve angustiosamente privada de acceder a las oportunidades que debería brindársele sobre la base de principios de movilidad social. Pensamos que este problema --recursivo año a año y sin solución de fondo -- requiere una revisión del diseño del sistema de Crédito Solidario, que debió haberse emprendido antes de proponerse un sistema alternativo de financiamiento para las universidades privadas. Hemos colaborado con ideas para la necesaria reingeniería para el Fondo de Crédito Solidario, la cual esperamos exitosa para que las universidades podamos concentrarnos en nuestro trabajo académico y no en los múltiples ciscos que el financiamiento estudiantil ha representado.

A modo de ejemplo, los aportes al Fondo Solidario que nuestra Universidad ha hecho en los últimos 6 años equivaldrían a unos 10 edificios nuevos o a un reajuste de cerca de 8% real de las remuneraciones de los académicos. Por ello, es válida nuestra afirmación en cuanto a que si continuamos financiando institucionalmente las responsabilidades que en materia de crédito estudiantil corresponden al Estado, estaremos promoviendo el debilitamiento del trabajo académico en beneficio de otras entidades de educación superior. Por otra parte, ratifico aquí el compromiso de que ningún estudiante de esta Universidad deberá marcharse por su incapacidad de pago; pero recalco con insistencia la labor que debe cumplir el Estado chileno para garantizar equidad en el acceso y promover una verdadera movilidad social, como asimismo el compromiso de los estudiantes en condiciones socioeconómicas de cumplir con la institución. Al mismo tiempo, y compartiendo el fondo de los planteamientos estudiantiles como lo he hecho en forma pública y sin tapujos, rechazo en forma categórica las acciones de violencia de grupos minoritarios de estudiantes, que con la toma de la Torre 15 perjudicaron a la Corporación y a su movimiento estudiantil. En efecto, no fue posible revisar los proyectos FONDECYT en forma adecuada, se han creado problemas con las universidades extranjeras que traen estudiantes a nuestros pregrados, y el trabajo de autoevaluación sufrió serios atrasos, entre otras dificultadas creadas por esa acción, con la cual no se logró nada en materia fundamental, y sólo se afectó una vez más los intereses y propiedad de la institución y de muchos funcionarios además afectados en su derecho a trabajar.

III.4 Desarrollo del Posgrado
Durante el período 2003-2004 se estableció el doctorado en Acuicultura, conformando con ello un número de 29 doctorados en los últimos 6 años, todos los cuales han pasado por la respectiva instancia de acreditación [Cuadro 8]. La buena noticia adicional en este ámbito es que nuestros estudiantes doctorales alcanzaron un 41% del total de becas ofrecidas por CONICYT [Cuadro 9], permitiéndonos con ello darle sostenibilidad a nuestra creciente oferta de programas. La noticia negativa es que no hemos avanzado en forma importante en la revisión de los programas de Magister no acreditados, cuestión que reviste clara urgencia [Cuadro 10]. En efecto, si bien un 85% de los programas doctorales se encuentran acreditados, sólo está en esa categoría un 11% de los programas de Magíster, y aún un 26% de los mismos no han iniciado su proceso de acreditación, los Magíster de la Universidad de Chile han obtenido una proporción decreciente de los becados nacionales [Cuadro 9]. La necesidad de un sistema estable de financiamiento de las becas de posgrado -especialmente doctorados-es de gran importancia para otorgar solidez a los avances que hemos procurado en la materia, así requiriendo un compromiso más fundamental por parte de la política pública [Cuadro 11].

 
 
 
 

Es, por otro lado, fuente de satisfacción para toda la Universidad el que la Fundación Ford haya elegido a nuestra institución como destino para sus becarios del resto de Latinoamérica. Este reconocimiento se suma a aquél que nos brindara la Comunidad Europea al designar a la Universidad de Chile como institución coordinadora para la selección de postulantes a las becas del programa ALBAN. También nos satisface que nuestros postulantes hayan obtenido un 35.4% de las Becas ALBAN de la Unión Europea por parte de Chile, porcentaje que constituye casi el doble de la institución que nos sigue a nivel nacional [Cuadro 12]. Es de notar que nuestro país fue, en el contexto de este programa de becas, el que mostró mayor éxito en términos de becarios respecto a la población nacional.

 

 

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