Cuenta Anual de la Gestión presentada por el Rector de la Universidad de Chile, Prof. Luis A. Riveros.

III. 7 En Materia Presupuestaria e Inversión
Por decisión del Consejo Universitario, se creó para el año 2004 y subsiguientes un Fondo de redistribución al cual deben colaborar las unidades académicas con un 2% de sus ingresos propios. Por vez primera en la institución se crea una instancia redistributiva, que servirá además para atender prioridades que son importantes para el conjunto de organismos universitarios y que no pueden radicar en el presupuesto de los servicios centrales, como es el caso del pago de la deuda. Quiero agradecer la generosidad de los Directivos de todos los organismos académicos que permitieron poner en práctica esta medida, la cual ha seguido el ejemplo de unidades como la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas en donde un Fondo Central constituido por los overheads ha permitido financiar tareas que cubren necesidades de todos los organismos dependientes.

El presupuesto universitario ha crecido, desde el punto de vista de ingresos de MM$117.206 en 2003 a un proyectado de MM$189.516 en 2004 [Cuadro 17]. Este incremento real de 6.9% se descompone de la siguiente manera: 12.5% por ingresos propios; 5.8% por venta de servicios; -0.5% por aranceles y 0.7% por aportes directos del Estado (AFD más Convenio). El incremento real de aportes por Fondo de Crédito y Becas alcanzó a 3.8%, los Fondos Concursables explican un 11%, y los Otros Ingresos un 52% del crecimiento observado en los ingresos totales [Cuadro 18]. Como se observa, la evolución de nuestros ingresos es favorable desde el punto de vista de los montos pero levanta a la vez la problemática que reviste nuestra creciente privatización, que forzosamente ha de alcanzar también a nuestras funciones y tareas para dar respuesta a los compromisos implícitos. Es importante reseñar que los ingresos propios de la institución han crecido a un ritmo anual real de 8.5% en el período 1998-2004, mientras que los aranceles lo han hecho en 6.2% y los ingresos estatales (AFD y AFI) lo han hecho a un ritmo promedio de 0.4% anual.

 
 

Desde el punto de vista de la inversión, me complace dar cuenta que durante el año 2003 hemos completado importantes obras en planta física, incluyendo los nuevos edificios de la Facultad de Odontología, Facultad de Medicina en Peñalolén y el Centro Vacacional Enrique Paris, entre otros. Asimismo, se ha inaugurado la nueva Biblioteca de la Facultad de Medicina, y se han completado los trabajos de mejoramiento y ampliación en la Biblioteca e instalaciones de Ciencias Sociales, la Biblioteca y Clínicas en Odontología, la Biblioteca en Ciencias Químicas y las nuevas dependencias en el FONDAP radicado en Cerro Calán, además de la inversión en nuestro Hospital Clínico -donde destaca el inicio de nuestras operaciones en el Hospital Barón de Valparaíso. Asimismo, se ha dado inicio a la construcción del nuevo edificio de la Facultad de Ciencias Económicas, mientras se culminó la sede de Ingeniería Civil que financió enteramente la respectiva Facultad, y el Hospital se apresta a inaugurar su moderna unidad de tratamiento intensivo. También, es importante dar cuenta acerca de los inicios de la construcción de infraestructura básica para el Parque Científico-Tecnológico, que empieza ahora la tarea de atraer a inversionistas de empresas interesadas en promover y beneficiarse de los núcleos de investigación que allí debe desarrollar la Universidad. Esta etapa, como se sabe, envuelve la construcción de un edificio Corporativo y la concreción de la infraestructura básica para la instalación de las inversiones en ese terreno. Además, se han preparado los análisis preliminares para la instalación de unidades de trabajo académico que respalden, efectivamente, el propósito para el cual se entregó ese terreno a la Universidad, y que permitirá configurar una nueva realidad espacial para la institución hacia las próximas dos décadas.

III.8 En Materia Internacional
Durante este año la Universidad de Chile organizó la Octava Reunión de la Asociación de Universidades del Rim del Pacífico, APRU, organismo que alberga a los 37 universidades más complejas de esta Región. Asistieron 23 Rectores y Presidentes de Universidades tan importantes como California Los Angeles, Oregon, Tokio, Nacional de Seoul, Pekín y Singapore entre otras, además de representantes de otras diez universidades. La Universidad de Chile preparó una agenda de trabajo que incluyó ponencias sobre el rol de la Universidad Pública, y tareas pendientes para la organización de redes de investigación en la Región. Constituyó ello una oportunidad para lograr alta visibilidad internacional, y marcar un liderazgo claro a nivel nacional y latinoamericano. El Rector de la Universidad de Chile fue reelegido miembro del Comité Directivo de APRU y uno de los tres Rectores que coordinarán actividades entre APRU y la Asociación Americana de Universidades, que incluye también 60 universidades complejas.

Durante el año 2003 e inicios del 2004, la Universidad de Chile firmó protocolos generales de acuerdo con las Universidades Nacional de Australia, Seoul de Corea, Waseda y Tokio de Japón, Bristish Columbia de Canadá, California-Davis, Maine de EE.UU., Sao Paulo, Heidelberg y Leipzig de Alemania, IRD de Francia y el DAAD de Alemania. Asimismo, la Universidad firmó un Convenio Marco con la OEA en materia de tecnología y capacitación, e hizo de cabeza para reuniones de trabajo entre universidades chilenas y argentinas, realizadas en Santiago. Asimismo, hemos ratificado la colaboración con la Universidad de Nueva León en México, particularmente entre nuestros Hospitales universitarios. El Programa de Intercambio Estudiantil ha seguido desarrollándose con gran éxito. Cerca de 700 estudiantes extranjeros desarrollan actividades en nuestra universidad, lo cual constituye un número muy significativo en el total nacional. Finalmente, debo informar que nuestros programas de trabajo con la Unión Europea continúan desarrollándose en el contexto de las iniciativas de investigación que esperamos concretar, especialmente a través de organismos como el INTA, mientras también prevalece una alta demanda de universidades europeas por firmar acuerdos de intercambio con la Universidad de Chile.

Finalmente, me es grato informar que visitó el país una misión de la Agencia para el Desarrollo del Japón (JICA) que examinó la propuesta para obtener una segunda fase de apoyo del gobierno japonés para el Centro Nacional del Medio Ambiente. Después de una semana de trabajo en terreno, los expertos japoneses prepararon un informe muy favorable que permitirá el diseño de un proyecto que dé paso a la inversión en equipamiento y modernización del CENMA, que creemos extremadamente necesario para que sigamos sirviendo al país por medio de su investigación y producción de informes e indicadores sobre la situación medio ambiental.

III.9 Extensión Universitaria
Durante fines del año pasado y comienzos de éste tuvo lugar la concreción de dos importantes hechos para la institución. El Instituto de Normalización Previsional decidió entregar en comodato a la Universidad de Chile la administración del Teatro Oriente de Santiago, con lo cual se podrá expandir en forma muy adecuada nuestra extensión artística y cultural, especialmente con música de cámara, ballet, y teatro. Asimismo, la Ilustre Municipalidad de Puerto Montt decidió entregar a la Universidad de Chile en comodato, instalaciones para el funcionamiento de un Centro de Coordinación Regional que permitirá un mejor hacer de las actividades que llevan allí a cabo las Facultades de Medicina, Ciencias Agronómicas, Ciencias Veterinarias y Ciencias Forestales, como también el Centro de Extensión Artística y Cultural. A ello se agregarán actividades de la Facultad de Artes, que ha apoyado el desarrollo del teatro y participado activamente en jornadas musicales en la Región.

Además, por intermedio de la Facultad de Medicina, y contando con la inversión que la misma realizó en su Campus Sur (Hospital Barros Luco), la Universidad de Chile dio vida al Instituto Técnico Profesional (ITPUCH), el cual está destinado a ser un brazo ejecutor de la Corporación en este importante ámbito de la educación superior. Se desarrollarán allí actividades que complementen nuestro desempeño universitario a nivel de los pregrados y la idea es que participen el mayor número de unidades académicas para desarrollar programas que sean de su interés y campo disciplinario en la educación técnico profesional. Con ello se atenderá el vigente problema nacional referente a la desproporción de profesionales versus las necesarias formaciones de tipo técnico que se gradúan en el país.

IV. RELACIONES CON EL GOBIERNO
Quiero iniciar este acápite de mi cuenta con un sincero agradecimiento al Gobierno, especialmente a S.E. el Presidente de la República, por el financiamiento que nos ha otorgado por más de $1.700 millones para reconstruir el Museo de Arte Contemporáneo. Este edificio, inaugurado con motivo del Primer Centenario de nuestra independencia nacional, se encuentra gravemente afectado por el incendio ocurrido a fines de la década del sesenta, como también por el terremoto de 1985. En la práctica, el MAC ha funcionado más por el entusiasmo y compromiso de su Director, Prof. Brugnoli, y de su personal, que por las condiciones que ofrecen las instalaciones y su presupuesto de funcionamiento. Nos hemos alegrado por esta noticia, que hace justicia, como lo expresara el Presidente Lagos en su Cuenta a la Nación, a una deuda que la sociedad chilena mantenía en este caso con la Universidad de Chile. Durante el período de ejecución de las obras, que se extenderá por más de un año, el MAC funcionará en el llamado Palacio Trianon en la Quinta Normal, el cual ha sido devuelto a la institución por parte del Ministerio de Salud y que se aprovechará en esta actividad además de otras que se planifican en materia de extensión.

Informo a la comunidad universitaria que el proyecto de nuevo estatuto, entregado hace ya casi dos años a instancias gubernamentales, no ha sido objeto aún de ninguna resolución definitiva. Existieron por parte de distintas instancias del Gobierno ciertas consultas que nuestro Senado Académico y nuestro Consejo Universitario respondieron hace ya casi un año. Las últimas, de Junio de este año, dicen relación con dos aspectos que nos preocupan, como son el eliminar de la explicitación de nuestra condición institucional el concepto de Universidad pública y autónoma, como también la de excluir de nuestras atribuciones la revalidación de títulos extranjeros. El Senado Académico y el Consejo Universitario han reaccionado frente a estos dos temas de manera coordinada. En general, junto con expresar el rechazo a esas indicaciones, manifestamos la inquietud por la lentitud con que se está abordando esta materia de gran importancia, ya que los nuevos estatutos marcan un estilo y organización del gobierno universitario que es vital en el contexto del plan estratégico. Asimismo, el Gobierno nos había hecho saber que la Universidad tendría Estatutos propios a pesar de existir otras iniciativas para una Ley Marco que cubriría al resto de las universidades estatales. También se nos había adelantado que se procuraría promulgar el Estatuto como un Decreto con Fuerza de Ley. Esperamos que exista un nuevo ímpetu que permita sacar adelante nuestra propuesta dentro del marco de atribuciones de S.E. el Presidente de la República y que ello se haga con la celeridad que nuestra realidad de trabajo necesita.

Estamos, por otra parte, participando en una instancia tripartita con el Congreso y el Gobierno, creada por el Ministro de Educación, para discutir y decidir acerca de las políticas que se aplicarán a la Universidad de Chile. La institución fue encargada por esta instancia para preparar un diagnóstico y una propuesta, lo cual se concretó por medio de una Comisión muy representativa de la comunidad universitaria convocada por la Rectoría. El Documento “La Universidad de Chile en el Siglo XXI” fue dado a conocer al Gobierno y al Parlamento a fines del año 2003, pero hasta ahora no ha habido reacciones, sino las preliminares ofrecidas por el propio Ministro de Educación en reunión con el Consejo Universitario. Demandamos que este documento sea objeto de un pronunciamiento de la instancia convocada para el cual se preparó, y que existan definiciones acerca de los puntos y propuestas allí establecidos, con el objeto de tener mayor claridad sobre la Universidad de Chile que el Estado desearía conformar para los años que vienen. En ausencia de una guía de política que vaya más allá de la regla simplista de “financiar lo que se pueda”, las definiciones sobre ámbitos y mecanismos de acción y participación de la Universidad de Chile resultan fundamentales en estos decisivos momentos sobre materia académica e inversión.

Como sabemos, el porcentaje de nuestro presupuesto que financia el Estado de Chile a través del AFD, el Convenio de Actividades de Interés Nacional y el AFI, ha ido decreciendo significativamente en el tiempo, mientras que se ha expandido en forma notable el financiamiento derivado de venta de bienes y servicios e ingresos propios [Cuadro 19]. Las disyuntivas de política que esta situación crea son del todo conocidas, y ameritan una discusión amplia respecto al rol de la Universidad de Chile como entidad Nacional y Pública. En efecto, la posición que he mantenido ha sido la de estar constituyendo la Universidad de Chile una entidad con funcionarios públicos y reglas públicas, pero con un financiamiento mayoritaria y crecientemente privado, como lo muestran las cifras. Eso no sólo causa una gran confusión en la gestión de los recursos mayoritarios de la institución, y las frecuentes contradicciones que ello crea en cuanto a nuestra capacidad de respuesta por los compromisos que adquirimos. Lo más grave, es que esta estructura de financiamiento confunde seriamente nuestro rol Nacional y Público con el de una institución autofinanciada, y que asume, por esa condición, un conjunto de responsabilidades en detrimento de su función principal. Es allí donde reside el problema fundamental; no se trata de afirmaciones superficiales sobre necesidades de financiamiento: queremos que el Estado defina con claridad la política en su fondo y en forma consistente con una estrategia de financiamiento. No queremos recibir por respuesta denuestos anónimos o frases oficiales destinadas más a los titulares en los medios que a provocar una abierta y amplia discusión sobre un tema que le importa al país. Rechazamos que se nos diga que se trata de “problemas de gestión”, que no tienen que ver con el fondo del asunto, además que la excelencia de nuestra gestión no sólo ha sido acreditada, sino está demostrada por todos los indicadores académicos y financieros. Pedimos con respeto que se discuta sobre el rol de la Universidad de Chile en los días actuales, para legar hacia el futuro una institución no sólo eficiente y de excelencia, sino también profundamente identificada con su rol Nacional y Público, efectiva y trascendente herencia de su noble tradición republicana.

 

Otro aspecto de importancia en las vinculaciones con instancias del Gobierno, dice relación con nuestra propuesta sobre mecanismos para favorecer el retiro de funcionarios en situación de jubilar. En efecto, por disposiciones legales y administrativas la Universidad de Chile está impedida, incluso sobre la base de sus propios recursos y de aquellos generados por la venta de servicios, de pagar indemnizaciones o distintos estímulos financieros al personal que se jubila. La realidad, por el contrario, especialmente debido al daño previsional que sufrió la mayor parte de nuestro personal como producto del cambio al sistema de AFPs, indica que tales incentivos resultan indispensables. Por otro lado, sabemos que no es posible forzar tal retiro, y que muchas veces los intentos por hacerlo generan conflictos y presiones que ejercen consecuencias negativas al interior de la institución. Por ello, se ha solicitado al Gobierno que se incluya como indicación al proyecto de ley que autoriza a las universidades estatales a renegociar sus deudas bancarias, un artículo que permita subsidiar las pensiones de quienes se retiran, utilizando para ello nuestros recursos presupuestarios. Hasta ahora ha existido una inexplicable negativa a proporcionarnos esta autorización legal, sin la cual no podemos proceder y se nos mantiene en un estado de insolvencia para financiar más adecuadamente a nuestros académicos. Hago un llamado al Gobierno para que juzgue en conciencia esta situación, y nos permita ponernos al día en una materia de ajuste de personal que se encuentra pendiente desde hace tiempo, y que debilita progresivamente la actividad institucional.

Hemos dispuesto un diálogo permanente con la Contraloría General de la República para que las relaciones entre ambas instituciones no den sino ejemplo de colaboración en el espíritu que debe dominar al servicio público. Pero, asimismo, mantenemos el requerimiento de contar con más ágiles instrumentos de gestión, puesto que controles ineficientes no ayudan a que los resultados sean óptimos productivamente, como nos obliga el sistema de financiamiento vigente. El actual sistema de controles ex ante demora nuestras acciones, y favorece, muchas veces, la equivocada adopción de pasos simplificadores fuera de la reglamentación. Con el sistema actual, vigente desde la época en que la Universidad de Chile obtenía más del 90% de sus recursos por parte del Estado, se favorece a nuestra competencia, que no tiene ninguna de las regulaciones, controles y demoras que enfrentamos para obtener una similar proporción de autofinanciamiento. Por otro lado, como se ha visto, los controles ex ante no colaboran a un mejor sistema preventivo de problemas, resultando mucho más razonable que los recursos se empleen en cuentas de gestión y mejora en los controles de procedimientos. Por ello, nos parece que un camino correcto es legislar sobre la necesidad de los controles ex ante en materias muy específicamente definidas, y fortalecer los controles ex post y aquellos vigentes durante la ejecución de los compromisos.

 

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