Cuenta Anual de la Gestión presentada por el Rector de la Universidad de Chile, Prof. Luis A. Riveros. 2005

III. REFORMA DEL PREGRADO

La Reforma del Pregrado avanza consistentemente y adquiere nuevos significados para la Universidad de Chile. Como sabemos, este proceso fomenta la formación interdisciplinaria y la internacionalización, aspectos en los que estamos encabezando la tarea de constituir nuevas estrategias formativas en el sistema de educación superior en Chile. La conformación de una red efectiva de intercambio estudiantil a nivel del país y del mundo, es estratégica para los objetivos de la Reforma, puesto que así se conformará el estándar que tendremos que lograr para garantizar calidad, relevancia y pertinencia del currículo de pregrado. Nuestra Universidad se ha comprometido con el proceso de reforma buscando profundizarlo y acelerarlo de modo de instaurar su segunda etapa -el sistema transversal de cursos de formación básica- en el año 2006, como ha sido anunciado. En Enero de este año se institucionalizó la Unidad encargada de la Reforma en el Departamento de Pregrado de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos para así darle formalidad administrativa al proceso. Esta unidad se adjudicó un tercer proyecto MECESUP así como el proyecto Alfa Tuning-América Latina concursado por la Comunidad Europea. Sólo la semana pasada hemos sido informados acerca de la adjudicación de un segundo proyecto Alfa-Tuning. El financiamiento MECESUP ha sido fundamental para avanzar en el programa de reforma en los dos ámbitos principales que se persiguen: la instauración de cursos transversales de Formación General y los de Formación Básica, orientados en el propósito de adquirir un perfil del egresado distinto al tradicional, donde se privilegie competencias y una formación general amplia, mientras se lleva a cabo un rediseño curricular que permita a las carreras alcanzar mayores estándares de efectividad. Esto mejorará aún más el éxito de nuestros egresados y la mantención de su efectivo liderazgo profesional.

En Formación General se dictan actualmente 48 cursos anuales que atienden a 6.000 estudiantes de toda la universidad (Tabla 3). En Formación Básica, se avanza hacia la consolidación de ciclos comunes, mediante asignaturas transversales que permitirán una efectiva movilidad estudiantil entre carreras, y más tarde entre instituciones educacionales del mejor nivel. Nuestra Universidad participa activamente de un acuerdo nacional para aplicar un Sistema de Créditos Transferibles que permita reflejar la carga académica efectiva a que son sometidos nuestros estudiantes buscando así resolver problemas que rigidizan la movilidad y alargan excesivamente las carreras. Hemos avanzado también en la introducción de una formación basada en competencias, constituyendo perfiles de egreso actualizados para aumentar la empleabilidad y favorecer la movilidad laboral posterior al egreso, propósito para el que se ha completado una encuesta sobre competencias genéricas. En otro campo relacionado de gran importancia está el Programa de Inglés que comenzará a operar en el año 2006, el cual incluye un prueba de diagnóstico para 4000 estudiantes buscando asegurar que egresen de nuestra casa de estudios con un nivel adecuado de manejo de ese idioma, hoy indispensable para el desempeño académico posterior y para el mundo del trabajo. Finalmente, debo informar que, en el contexto de la Reforma de Pregrado, y con financiamiento del Programa, se construirán este año dos auditorios en el Campus Gómez Millas, para 250 y 100 personas y se renovarán varios espacios de uso académico diverso.

 

Todos estos aspectos de la Reforma del Pregrado están apoyados por el portal de contenidos www.plataforma.uchile.cl, que ha ayudado a introducir las nuevas tecnologías de comunicación e información en la docencia. A este respecto, debo también dar a conocer el mandato que tiene la Vicerrectoría de Asuntos Académicos y la Dirección de Pregrado, en orden a implementar a partir de este año todos nuestros cursos con tecnología infocomunicacional, incluyendo la entrega de contenidos, los procesos de evaluación y un contacto fluido entre profesor y alumno. Esta tecnología no sólo nos permitirá dar un salto importante en materia de organización y modernización de la docencia, sino que garantizará que la entrega docente no se discontinuará bajo ninguna circunstancia, ratificando la seriedad del trabajo académico institucional y nuestro compromiso permanente con la calidad de la educación.

Es indispensable avanzar en forma sustantiva en el esfuerzo de reforma del pregrado que ha comprometido nuestro trabajo en los últimos seis años. Como hemos planteado con anterioridad, el reto es modernizar la docencia para incrementar la movilidad estudiantil, promover una más activa relación entre el pre y el posgrado y preparar profesionales de acuerdo a los perfiles requeridos en el mercado laboral. Nuestra reforma promueve un desarrollo formativo en activo contacto con la realidad de la educación permanente. Estos son aspectos cruciales del liderazgo que el país espera de la Universidad de Chile, y es por ello indispensable acelerar los esfuerzos para la instauración definitiva de la segunda etapa de la reforma en el año 2006 y la introducción del inglés obligatorio en todas las carreras de la Universidad. Garantizaremos que esto ocurra por medio de todas las medidas administrativas y académicas que sea necesario para vencer la inercia que introduce un fuerte arraigo cultural que prevalece en la institución con relación a las prácticas pasadas. Ya ha existido una actividad de capacitación dirigida a las Secretarías de Estudio, que se suma a la efectuada con docentes, y que se orientó a mejorar la implantación de políticas comunes y a aumentar la afectividad de nuestros servicios a los estudiantes. Pero, más allá, se precisa avanzar en pautas de creditaje que sean comunes en toda la institución. Tambien es muy importante destacar que en la actualidad toda la Universidad está sometida a procesos de autoevaluación, en un programa de trabajo que nos coloca en un sitial de liderazgo en cuanto a acreditación de los pregrados.

IV. AVANCES EN MATERIA DE POSGRADO

En la cuenta del año anterior establecí como tarea prioritaria el lograr mayores avances en materia de posgrado, siguiendo así los lineamientos estratégicos de la Universidad y del proyecto de Desarrollo Institucional en elaboración, en orden a fortalecer decididamente nuestro trabajo en esta área y en investigación. Esto se ha ido cumpliendo de modo satisfactorio; entre 1999 y 2004, nuestra Universidad ha obtenido un 52% de recursos MECESUP para proyecto de posgrado contra un 48% para el caso del pregrado, contraviniendo así la tendencia nacional y señalando la preeminencia de nuestra condición de universidad compleja (Tabla 4). El 35% de la matrícula en programas de doctorado se concentra actualmente en la Universidad de Chile, mientras que la segunda universidad logra sólo un 21% la matrícula en este segmento del sistema (Tabla 5).

 
 

Nuestra institución, por otra parte, cuenta con 29 programas acreditados de doctorado, una cifra que responde a un esfuerzo significativo en los seis últimos años con 18 programas nuevos en un total de 37. Los últimos programas acreditados corresponden a Salud Pública, Ingeniería Eléctrica, Ciencias Médicas, Derecho y Nutrición y Alimentos. El años 2003 la Universidad de Chile graduó 50 doctores, mientras que en el 2004 la graduación alcanzó a casi 100, así colaborando de modo decidido con el salto que da el país en esta materia con cerca de 300 graduados por año en el 2004, y pretendiendo triplicar esta cifra para el año 2010. En términos de becas de doctorado, la Universidad de Chile obtiene mas de 40% del total ofrecido en el país, indicando la relevancia de nuestros programas y la demanda significativa por los mismos (Tabla 6). Nuestra institución ha madurado significativamente en esta materia, alcanza nuevos estándares en la necesaria interconexión posgrado -investigación, y levanta nuevos requerimientos. Desde la perspectiva de la oferta, sigue vigente la tarea de acrecentar aún más nuestra matrícula de doctorado, especialmente en el campo interdisciplinario-.

 

Desde el punto de vista de la demanda, es vital que el país fortalezca los sistemas de becas para tener un adecuado desarrollo de los posgrados, lo que esperamos suceda con las nuevas fuentes de recursos para ciencia, tecnología e innovación que el país generará a partir del royalty minero, y que esperamos promueva fuertemente la sinergia entre el doctorado y la investigación. Es importante considerar que sólo un 32% de estudiantes que ingresaron a programas de doctorado el año 2004 dispusieron de una beca CONICYT (Tabla 6), realidad que indica la necesidad de mayor apoyo para el salto que se planifica hacia el futuro.

La tarea planteada en Agosto de 2004 en relación a los programas de Magíster era la de avanzar significativamente en acreditación de los mismos, para así ordenar de modo definitivo el trabajo que realizamos en este campo. Hemos sido exitosos en esta materia: si bien en el año 2002 y 2003 se acreditaron cinco y tres programas de Magíster respectivamente, el año 2004 se logró acreditar 16 programas, mientras que en la primera mitad del año 2005 se acreditó un total de 12 programas (Tabla 7). Este ha sido un rescatable esfuerzo por parte de la Dirección de Posgrado, la cual no ha contado con recursos adicionales a pesar de la magnitud de la tarea administrativa y académica que ha debido abordar para consolidar este logro. Con lo hecho, llegamos a 40 programas de Magíster acreditados a la fecha, mientras que existen otros 41 que se encuentran en proceso de acreditación; con ello esperamos llegar a fines de año a más de 55 programas acreditados (Tabla 8). Sin embargo, hay que considerar que existen otros 23 programas de Magíster que por diversas razones no han dado inicio a su proceso de acreditación, algunos de los cuales no han dado prioridad a esta responsabilidad y ni siquiera han iniciado su autoevaluación. Llevaremos al Consejo Universitario una propuesta en esta materia, para discontinuar los programas no acreditados que no han dado inicio al trabajo de acreditación, ordenando de modo definitivo nuestra oferta en este campo.

 
 

En la actualidad somos también la Universidad con mayor participación en la oferta de Magíster en el sistema, con aproximadamente 2500 alumnos, pero necesitamos profundizar en aspectos de aseguramiento de calidad para así dar también una señal sólida al sistema (Gráfico 4). En este ámbito, debe señalarse que CONICYT asigna solamente un 9% de sus becas a programas de Magíster; por ejemplo, en el año 2004 se otorgaron sólo 20 becas para un elevado número de alumnos. Esta es una situación que debe cambiar, por considerarse que el Magíster es un instrumento fundamental para la conexión pre y posgrado en el contexto de la reforma de pregrado que estamos impulsando.

 

La dimensión internacional de nuestros programas de graduados adquiere creciente importancia y debe reseñarse. De un total de 5134 estudiantes de doctorado, magíster, postítulo y profesional especialista, 392 estudiantes extranjeros han sido en el año 2004, es decir, aproximadamente un 8% (Tabla 9). Esta es una proporción que está creciendo, en buena medida por el apoyo que está brindando el gobierno chileno para becados latinoamericanos, como asimismo por iniciativas como auella patrocinada por la Fundación Ford y los múltiples convenios que ha suscrito nuestra institución para promover intercambio de estudiantes. También en el ámbito de la internacionalización, es importante reseñar que estamos impulsando programas de doble titulación con universidades de prestigio, como es el caso de Tulane y Heidelberg en las áreas de administración de empresas y derecho respectivamente. Son necesarios más programas de esta naturaleza, incluyendo los de nivel doctoral como se ha concretado en el caso de Economía, integrado en el ámbito latinoamericano con otras dos importantes instituciones en Argentina y México.

 

Los avances en materia de posgrado nos satisfacen, pero es necesario un aún mayor esfuerzo. Por una parte, con relación a la expansión de nuestros programas de doctorado, y por otra, el trabajo de acreditación de nuestros magíster que debe completarse, como asimismo con respecto a la instauración de estándares universitarios comunes de los programas de postitulo o especialización (Tabla 10). Los avances son, sin embargo, muy potentes y visibles: la matrícula del posgrado ha crecido en un 40% en los últimos cinco años; éste es un avance sustancial, pero es forzoso que dupliquemos nuestra matrícula hacia el año 2010, para así mantener la importancia proporcional de la Universidad de Chile en el sistema.

 
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