Según los datos entregados por el Foces 2022 (Formulario de Caracterización Estudiantil), actualmente en la Universidad de Chile hay 663 estudiantes que manifiestan tener algún tipo de discapacidad, pero existe la posibilidad que dicha cifra aumente considerablemente, ya que para el año académico 2023 las cincuenta y ocho carreras de pregrado dispondrán de dos cupos para personas con diversidad funcional, debido a la amplitud realizada en el Sistema de Ingreso para Estudiantes en Situación de Discapacidad (SIESD).
Este desafío fue el tema central de la jornada de conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, organizada por la Unidad de Apoyo a la Diversidad Funcional de la Oficina de Equidad e Inclusión, quien invitó a la comunidad universitaria a la actividad “Perspectivas sobre la Implementación del Sistema de Ingreso Especial para Estudiantes en Situación de Discapacidad (SIESD)”.
La conversación estuvo encabezada por la profesora Leonor Armanet, Directora del Departamento de Pregrado, quien destacó la “relevancia de este desafío” que se ha impuesto la Universidad: “Esta actividad está muy en sintonía con lo que señala nuestro modelo educativo y creo que eso también nos interpela como institución. Ustedes saben que el modelo educativo es también una carta de navegación, es hacia donde queremos llegar con nuestro proceso de enseñanza y de aprendizaje y que tiene como centralidad el derecho a la educación y eso es ineludible y que se sustenta en la necesidad de construir sociedades democráticas, que brinden a las personas oportunidades de desarrollar sus potencialidades personales y profesionales. Aquí está implícito también el tema de inclusión porque las capacidades personales son diversas y la diversidad de capacidades engrandece y hacen que la formación sea de mayor calidad, con mayor pertinencia y con mayor justicia social”.
José Miguel Labrín, director de Asuntos Comunitarios, complementó dicho análisis, recordando el camino que ha recorrido la Universidad y “la voluntad y perspectiva de cambio” en esta materia: “En este proceso las personas en situación de discapacidad dejan de ser ajenas, una minoría, una excepción en el ingreso, sino que son observadas como parte de la comunidad corresponsable por cada uno de sus miembros, orientada a reducir las barreras ya sea físicas o simbólicas y acciones u omisiones discriminatorias, favoreciendo su desarrollo integral. La Política de Inclusión y Discapacidad instala la necesidad de generar un cambio organizacional significativo que involucre la calidad de vida de sus miembros, de sus interacciones y también una aproximación distinta frente a la diversidad funcional en las formas del quehacer universitario”.
El resumen de dicho recorrido, destacado por las autoridades, dice que el año 2011 las académicas Sandra Mella y Ximena Toro de la Escuela de Terapia Ocupacional de la Facultad de Medicina iniciaron el Programa de Apoyo a Estudiantes con Discapacidad (PAED), iniciativa que poco a poco impulsó las posteriores acciones institucionales para el acompañamiento a estudiantes. En 2015 se conformó una Comisión de Discapacidad interfacultades, integrada por representantes de las Unidades Académicas y de Servicios Centrales y coordinado por la Oficina de Equidad e Inclusión. Un año más tarde, en 2016, emerge el informe “Inclusión de estudiantes con discapacidad en la Universidad de Chile: un compromiso con la equidad”, documento que fue presentado al Senado Universitario, y que constituye el fundamento de la Política Universitaria de Inclusión y Discapacidad en la Perspectiva de la Diversidad Funcional, aprobada por el Senado Universitario en 2018 y promulgada por rectoría en 2019. En virtud de lo estipulado en esta normativa institucional, en 2020 es decretado por el Consejo Universitario el Sistema de Ingreso Especial para Estudiantes en Situación de Discapacidad.
Bajo este contexto y para dar inicio a los paneles de discusión, Anita Rojas, subdirectora del Departamento de Pregrado y Luis Vera, coordinador de la Unidad de Apoyo a la Diversidad Funcional de la Oficina de Equidad e Inclusión, presentaron el estado del Sistema de Ingreso Especial para Estudiantes con Discapacidad y la realidad que mostró el Cuarto Proceso de Caracterización a estudiantes con Diversidad Funcional de la Universidad de Chile realizado este 2022, el que detectó que en en nuestra casa de estudios existen siete categorías de diversidad funcional en los 663 estudiantes de nuestra comunidad: psicosocial o psíquica (48%), espectro autista (21%), física o motora (12%), sensorial auditiva (7%), sensorial visual (6%), cognitiva (4%) y dificultades específicas del aprendizaje (2%); y que de dicho universo, 470 alumnos y alumnas manifiestan requerir apoyos y/o adecuaciones para participar en igualdad de condiciones de las actividades universitarias.
“A partir de este informe, entre tantas otras cosas, nos dimos cuenta que necesitamos redoblar esfuerzos en cuanto a la difusión de los mecanismos de apoyo que existen para las y los estudiantes con discapacidad de la Universidad, para que el estudiante conozca primero que tiene derecho a recibir adecuaciones y segundo que vea cuáles son las alternativas de adecuaciones curriculares que existen. Desde ahí es muy importante difundir el enfoque de derechos, porque las personas con discapacidad muchas veces estamos dentro del closet de la discapacidad hasta que nos damos cuenta por alguna experiencia vital significativa que tenemos derechos”, señaló Luis Vera.
La instancia concluyó con los paneles de discusión: “Dilemas de las acciones afirmativas para el acceso efectivo de personas con discapacidad a la educación superior” y "Panorama para la implementación del SIESD en la U. de Chile", en la que destacó la participación de la Coordinadora de Estudiantes con Diversidad Funcional de la Universidad de Chile (Cedifuch), organización estudiantil que poco a poco ha cobrado fuerza dentro de la comunidad.
Para Bastián Madrid, estudiante de Arquitectura, e integrante de Cedifuch, quien fue parte del segundo panel, la participación estudiantil en este tipo de instancias es fundamental: “Son estas diferentes realidades y diferentes personas que emergen dentro de la comunidad las que enriquecen bastante la visión que tenemos. Nosotros debemos cuidar la perspectiva que tienen las y los estudiantes con diversidad funcional, ya que cualquier mirada es una perspectiva única y nosotros como estudiantes junto a la Universidad tenemos una responsabilidad compartida para poder seguir cursando y ampliar el universo de estudiantes con diversidad funcional, por eso pensamos que lo principal que tiene que hacer la Universidad es escuchar a las y los estudiantes”.