La calidad nutricional en frutos de tomate y la investigación que se realiza en INTA al respecto
Desde el 2016, la Dra. Talía del Pozo, profesor asociado del INTA es responsable de un Fondecyt de Iniciación que investiga los efectos de la iluminación sobre el tomate, lo cual se complementará con un proyecto de colaboración internacional 2018-2020 que investigará el efecto de algunos compuestos bioactivos en su actividad antioxidante.

La Dra. Talía del Pozo llegó a trabajar en el año 2001 al INTA al laboratorio de Bioinformática y Expresión Génica donde fue becaria doctoral Conicyt, DAAD y Stekel. Realizó su posdoctorado Fondecyt en una colaboración con investigadores de la Universidad de Buenoss Aires y el profesor Mauricio González, donde estudió las consecuencias transcripcionales a nivel global del silenciamiento de un nuevo transportador de la Vitamina E y de una enzima invertasa relacionada con la acumulación de azúcares en frutos de tomate.
Actualmente es investigadora responsable de un Fondecyt de Inicio (2016-2019) que ejecuta asociada al laboratorio de Genética Molecular Vegetal en el que investiga el efecto de diferentes longitudes de onda del espectro de luz en iluminación LED sobre atributos de calidad nutricional en frutos de tomate. Además, se acaba de adjudicar como investigadora responsable el proyecto “Entendiendo la complejidad metabólica y nutricional de frutos en poscosecha: una perspectiva integradora desde la Biología de Sistemas” (REDI170422, 2018-2020) de redes de colaboración internacional (PCI Fondecyt), el cual se propuso estudiar en el fruto el efecto de algunos compuestos bioactivos con actividad antioxidante, sólo o en combinación con condiciones de almacenamiento, con el objeto de retardar el deterioro de la calidad que sufren las frutas cuando se almacenan por períodos prolongados de tiempo.
“Nuestra propuesta consiste en profundizar los procesos que impactan en la extensión del período de consumo de los frutos y calidad nutricional desde una perspectiva integrada que incorporará múltiples niveles de información biológica (genes, proteínas y metabolitos). Para desarrollar estos objetivos conformé una red de trabajo interregional con investigadores de la Universidad Católica de Valparaíso, la Universidad de O&rsquoHiggins y a nivel internacional con investigadores de la UBA en Argentina y del departamento de Biosistemas de la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica”, afirma, explicando que lo novedoso del proyecto es que se gestionó una red de colaboración con los investigadores en la que había no sólo ejes temáticos en común, sino que también una importante complementariedad de la red trabajo que fue muy bien evaluada por los revisores.
Específicamente los investigadores de Valparaíso y Argentina aportarán con acceso, programas y experiencia en el área de análisis del metaboloma (GC-MS), y el grupo colaborador belga (Dr Sebastien Carpentier) nos facilitará el acceso y
expertise para analizar muestras por LC/MS-MS (análisis del proteoma sin geles), campo en el cual posee una vasta experiencia como director de la unidad de Proteómica. La Dra. del Pozo complementará la red con el análisis del transcriptoma mediante RNAseq, experiencia adquirida durante su posdoctorado.
“Estoy muy optimista respecto a este proyecto ya que nos servirá como plataforma base para elaborar futuras propuestas de investigación conjunta con resultados de mayor impacto desde lo científico y tecnológico, pero además me permitirá ir moviendo mi espectro de análisis hacia áreas distintas a lo que aprendí en mi doctorado y luego el posdoctorado”.
La investigadora también señala que en la era del análisis
post-genoma ya no basta con intentar explicar la complejidad biológica sólo desde una perspectiva, por ejemplo, genes o proteínas lo cual siempre es tentador porque es una sobresimplificación del problema, más bien se requiere integrar todas estas capas de análisis: genes, proteínas y metabolitos y otras tales como el epigenoma y el fenotipo que es parte del gran desafío en los próximos años para la Biología de Sistemas.
"En nuestro caso queremos aplicar esta aproximación, a experimentos donde actualmente estamos evaluando el efecto de algunas moléculas sintetizadas por la propia planta que podrían retardar la senescencia en los frutos. Estamos estudiando estas moléculas en tomate y ahora en cereza, ya que ambos exhiben un rápido deterioro del fruto en condiciones naturales y en un período relativamente corto de almacenamiento en comparación con otros frutos, pero también son interesantes de contrastar porque ambas especies se comportan de manera distinta desde la fisiología de la maduración a las condiciones de almacenamiento (climatérico vs no climatérico)", acotó.