Columna de opinión

Desarrollo comunitario, participación y convivencia

Desarrollo comunitario, participación y convivencia
Biblioteca Beauchef 850 (Diálogos Intergeneracionales)
Biblioteca Beauchef 850 (Diálogos Intergeneracionales)
Aaron Michelow, sociólogo e investigador Dirección de Asuntos Comunitarios.
Aaron Michelow, sociólogo e investigador Dirección de Asuntos Comunitarios.
Alonso Laborda, antropólogo e investigador Dirección de Asuntos Comunitarios.
Alonso Laborda, antropólogo e investigador Dirección de Asuntos Comunitarios.

En la última década la reflexión sobre el desarrollo comunitario, la convivencia y la participación emerge cada vez con más fuerza dentro de las comunidades universitarias. Distintas universidades del mundo han puesto su foco en estas materias, posicionándose como campos de interés e incidencia para muchas instituciones; incluso, en España, se ha elaborado la “Política de Convivencia Universitaria”, incluida en el Boletín Oficial del Estado en 2022. 

La Universidad de Chile no se queda atrás, trabajando en un Reglamento de Campus y generando políticas y protocolos que promueven la democracia universitaria y el bienestar integral de sus miembros. En este contexto, es relevante señalar que el desarrollo comunitario es un eje de trabajo necesario en el quehacer universitario. Pero, ¿qué es el desarrollo comunitario? ¿Cómo se relaciona con la convivencia y la participación?

Nuestra institución alberga una amplia diversidad de personas que se relacionan todos los días en su quehacer, constituyendo una comunidad compuesta por estudiantes, funcionarios/as, académicos/as y quienes mantienen un vínculo activo con la Universidad. La trama de relaciones personales y sociales entre los miembros producen una cotidianidad, lo que construye una convivencia.

Desde la Dirección de Asuntos Comunitarios (DAC) consideramos que el desarrollo comunitario implica el mejoramiento de esta convivencia, o más bien, de las relaciones entre las personas que comparten una vida común. En este sentido, los lazos sociales que mantienen a la comunidad unida y las características de la convivencia son fundamentales. 

Una comunidad robusta implica el fortalecimiento de los vínculos comunitarios y las relaciones interpersonales, construyendo sentidos de pertenencia, solidaridad, acompañamiento y contención. Incluso, frente a la actual crisis de salud mental, el desarrollo comunitario y el fortalecimiento de la comunidad universitaria pueden constituirse como un factor protector y preventivo ante riesgos o vulnerabilidades.

Para potenciar el desarrollo comunitario y mejorar la convivencia es prioritaria la participación, que se refiere al involucramiento de las personas con su comunidad para alcanzar objetivos comunes. La participación aporta a la formación integral del estudiantado, promoviendo habilidades individuales que se ejercen colectivamente, aún fuera del contexto universitario. Así, fortalece la formación ciudadana y la democracia, involucrando a estudiantes y miembros de la comunidad en proyectos colectivos y  en toma de decisiones. En este sentido, la participación fortalece a las comunidades, comprometiéndose no sólo consigo mismas sino también con el país.

En la misma línea, una comunidad dialogante, consciente y comprometida consigo misma permite levantar inquietudes a tiempo, articulando a actores para poder encontrar soluciones pertinentes y diligentes a sus problemáticas. Una perspectiva comunitaria sobre la vida universitaria permite comprender que el paso por la universidad es una experiencia que se vive colectivamente. En este sentido, el desarrollo comunitario, a la vez, busca mejorar las condiciones de vida de la comunidad en sus diversas dimensiones incorporando la participación de todos y todas las integrantes; por tanto, el proceso es tan importante como el objetivo.

A nivel nacional, somos testigos de un aumento de tensiones, conflictos y violencias en las instituciones de educación superior. Fenómenos como el acoso sexual, la sobre-carga académica, las funas, los conflictos y la digitalización de la vida universitaria por la pandemia y su posterior retorno se posicionan como prioritarios objetos de reflexión. De aquí, se gesta el primer Seminario de Convivencia Universitaria, organizado por la Universidad de Chile, Universidad Alberto Hurtado, Universidad Diego Portales y Universidad Tecnológica Metropolitana, que tendrá lugar en el mes de octubre, sentando un precedente para la discusión académica, profesional y el trabajo colaborativo en estas temáticas.

Considerando su misión institucional, la Universidad de Chile tiene un papel fundamental en esta materia, pues su rol y deber formativo no solo atañe al plano académico y profesional. El desarrollo comunitario es un eje prioritario de avance para el desarrollo integral de su comunidad y de las personas que la componen.