El 30 de septiembre de 2017, Joane Florvil falleció a los 28 años. Un mes antes había sido detenida por la policía y vivido una serie de episodios de violencia y racismo institucional, junto con negligencias y manifestaciones discriminaciones y racistas, que fueron denunciadas por distintas organizaciones migrantes y promigrantes.
Hoy, a seis años de su muerte, las y los integrantes de la Cátedra de Racismos y Migraciones Contemporáneas de la Universidad de Chile rememoran y reflexionan sobre su pérdida y este horrososo episodio de nuestra historia, que nos deja urgencias y enseñanzas que vale la pena analizar.
Rita Lages, académica del Centro de Derechos Humanos de la U. de Chile, reflexiona cómo Joane Florvil fue víctima de una discriminación múltiple, que en su opinión, ocurrió “por ser mujer, migrante, negra y haitiana, minoría nacional y lingüística”. Para la abogada “esa discriminación causó la vulneración de varios de sus derechos y terminó de la peor forma posible. Es decir, con su muerte y sin poder reencontrarse con su hija”.
Para Ximena Póo, coordinadora académica de la Cátedra, esta es una fecha que causa profunda tristeza e indignación, que nos recuerda "que la vida de Joan Florvil fue atropellada a partir del racismo cotidiano e institucional. Que nos interpela para exigir justicia respecto de todas las violaciones a los derechos humanos y a los crímenes de odio basados en el racismo estructural del que Chile no ha logrado desprenderse, y que conocemos desde antes, respecto de los pueblos indígenas”.
Asimismo, Jorge Martínez, docente del Curso de Formación General dictado por la Cátedra, este 30 de septiembre es una fecha importante, que recuerda una muerte violenta y muy lamentable y “visibiliza -además- un problema agudo de las sociedades, que no logra ser revertido. Y, advierte, que el país “debiera tomar conciencia y desarrollar o aplicar iniciativas que encaren estos hechos, desde las policías hasta las legisladores”.
Como recalca Rita Lages, abogada y académica de la Facultad de Derecho, es urgente comunicar debidamente que las personas migrantes en Chile son titulares del derecho de acceso a la justicia y al debido proceso. Estos derechos, además de consagrados en la Convención Interamericana de Derechos Humanos, y desarrollada por la Corte Internacional de Derechos Humanos, han sido reconocidos en la nueva Ley de Migración y Extranjería (art. 21 de la Ley 21.325). Esta señala que las personas migrantes tienen derecho a gozar, en condiciones de igualdad, del acceso a un procedimiento e investigación racional y justo o a la asistencia y defensa jurídica cuando no puedan procurárselas por sí mismas.
En este escenario, Eduardo Cardoza, vocero del Movimiento de Acción Migrante, sostiene que esta fecha conmemorativa se vive “en medio de un discurso muy fuerte de odio, que se basa muy poco o nada en la evidencia, sin reparar en las consecuencias que provoca”. Cardoza también sostiene que el racismo en Chile “no puede seguir difundiéndose como si tuviera aval en la evidencia y con un discurso sin fundamentos sólidos”.
En esa línea, el académico de la Facultad de Ciencias Sociales, Fernando Campos, considera prioritario abordar temas como el racismo en la actualidad, pues existe un conjunto de discursos que promueven la expulsión de extranjeros y la limitación de sus derechos. “Lo preocupante es que estos discursos no son sólo voces aisladas, sino que, por el contrario, ellas buscan hacer de estas acciones políticas de Estado”.
Para el dramaturgo y académico de la Facultad de Artes, Mauricio Barría, el racismo que vive Chile nunca se ha ausentado. “En otro tiempo se ejerció violencia sobre los campesinos, sobre los mapuche, sobre los pobladores. ¡Cuánta de esta violencia suponía un sesgo de clase y raza! Hoy los enemigos internos parecen ser los ciudadanos migrantes y del mismo modo que nos opusimos a la violencia de Estado durante la dictadura, hoy nos debemos oponer a la violencia que discrimina y excluye al migrante”.
En este escenario, Ximena Póo, comenta la urgente necesidad de tomar acciones por parte del Estado. Debiese adaptarse la Política Migratoria actual “hacia una que profundice la defensa de la vida de quienes migran, para que puedan desarrollar su proyecto en Chile, de la forma más plena posible”. Además, plantea la necesidad de realizar una campaña comunicacional contra el racismo y la xenofobia. Agrega, también, que si bien, desde la Universidad de Chile, y específicamente desde la Cátedra, se continúa “apoyando con estudios, investigación-acción, cursos para estudiantes de todas las carreras, clínica jurídica y otros programas, estamos en un momento crítico que amerita sumar aún más esfuerzos de todos los actores, generando alianzas a nivel nacional y regional”.
En palabras de Yasna Contreras, académica de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, hoy muchas personas negras, especialmente mujeres afrodominacanas, afrohaitianas, afrocolombianas sufren los tratos racistas en las calles, en transporte público, al momento de acceder a una vivienda o cuando ellas/ellos solicitan refugio y/asilo. Ante esto, advierte la necesidad y prioridad que atienda el Ministerio de Educación y el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género para exigir “que se eduque sobre el racismo desde edades tempranas. Se sigue negando en la educación chilena la presencia negra y la necesidad de resignificar la memoria territorial negra”.
Racismo y microracismo cotidiano
La coordinadora del Área de Diversidad Nacional, Cultural y Migrante de la Oficina de Equidad e Inclusión, Patricia Alvarado, redactó la columna de opinión “¿Dónde habita el racismo?” en la que advierte la necesidad de identificar prácticas conocidas como “microracismos: Expresiones presentes en nuestro lenguaje, que camufladas en acciones, a primera vista inocuas, se asientan, por ejemplo, en la percepción de lo bello (...)". Existen, señala Alvarado, "mandatos hegemónicos permeados por el racismo y los estereotipos que de ahí nacen y a los cuales les otorgamos valor, (nos observamos y observamos el mundo desde un espejo distorsionado por el prejuicio)”.
En esta columna disponible en la web, Alvarado sostiene la urgencia de “problematizar y visibilizar estas prácticas en la cotidianeidad de nuestras vidas, cuestionar-nos y prestar atención a quienes son las víctimas, si nosotros/as mismos/as, si es el otro por su color de piel más oscuro, por su nacionalidad, por su origen étnico, por su identidad cultural”.