Curso de Especialización de Postítulo:

Arteterapia como herramienta simbólica y corporal

Arteterapia como herramienta simbólica y corporal

Este curso va dirigido para personas que trabajan en áreas como la salud, educacional y también áreas comunitarias, y que necesiten adquirir nuevas herramientas para facilitar terapias que incluyan elementos del arte como el dibujo, collage, pintura, modelado, volumen, textil, entre otras prácticas.

Conoce todo el programa aquí.

Entrevista a Bárbara Gaete, Artista Visual (UNIACC), formada en el postítulo de especialización en Arteterapia de la Universidad de Chile, Master en Psicoterapia Integral (Universidad de Salamanca), diplomada en Consejería en drogodependencia (Universidad Claretiana de Colombia), Diplomada en métodos de investigación cualitativa para la investigación social (UDP), Coordinadora y docente del postítulo de Arteterapia de la Universidad de Chile.

¿De qué se trata la Especialización de postítulo en "Arteterapia"?

El Programa está diseñado para entregar formación a personas que vienen de diversos ámbitos vinculados al arte, a la psicología, la educación, la salud y las áreas comunitarias, para que quienes se formen, logren obtener metodologías en relación a las terapias de arte. Eso quiere decir que tenemos clases teórico-prácticas, en donde lo experiencial, la autoobservación y el sustento teórico, son de gran relevancia para que las personas puedan ejercer como arteterapeutas. Para quienes postulan es necesario tener un conocimiento previo, en primera persona sobre el trabajo de servicio humano, ya sea desde áreas de educación, salud, voluntariados, en conjunto con haber experimentado procesos creativos a modo personal y que hayan despertado la inquietud de adquirir estas metodologías artísticas para facilitar espacios arteterapéuticos.

Normalmente las y los alumnos que ingresan a la formación comienzan con una exploración de materiales de arte y técnicas artísticas con el fin de experimentar procesos creativos sin fines estéticos, se les introduce al arteterapia, a su historia, a sus métodos y técnicas en distintos ámbitos. Se van presentando y construyendo conjuntamente las reflexiones sobre los procesos asociados a la terapia de arte. Se les invita a analizar el rol del arteterapeuta, a desarrollar habilidades y competencias, tanto técnicas, conceptuales y éticas. Para esto se les acompaña durante un semestre con supervisiones en su práctica, con el fin de que una vez terminada la formación puedan facilitar espacios individuales y grupales, en donde diversas personas, con o sin conocimiento artístico, puedan participar de un espacio seguro, contenedor y creativo, sintiéndose acompañados en el desarrollo de sus proyectos vitales, en donde desean observar aquello que les lleva a buscar un espacio terapéutico o arteterapéutico.

¿Qué áreas podrán conocer?

Podrán conocer además de los antecedentes introductorios, varios de los enfoques con los que se llevan a cabo las intervenciones arteterapéuticas en salud y educación, conocerán brevemente otras terapias de las artes como lo son la musicoterapia y la danza movimiento terapia, se detendrán a comprender como se diseñan proyectos arteterapéuticos desde la inclusión, diversidad y género, que procesos psicológicos y evaluativos en torno a la imagen permiten generar una mejor intervención, entre muchas otras reflexiones y metodologías.

¿A quiénes va dirigido?

Va dirigido a artistas, el diseñadores/as, arquitectas/os, actores y actrices que tienen la experiencia del trabajo con su propia obra, que ya han flexionado cuál es el alcance del arte en el autoconocimiento, lo que genera en sí a nivel espiritual, a nivel cognitivo, físico y emocional. Personas que acostumbran a expresar y entienden las técnicas y los materiales artísticos. Estudiantes que provienen de la psicología y la psiquiatría, la educación, donde han experimentado el contacto con el otro, mediado por la palabra o que realizan atenciones en salud desde intervenciones puntuales.

En la formación han participado enfermeras, médicos, trabajadores/as sociales o kinesiólogas. Para todos y todas profundizamos en herramientas para el trabajo con otro desde las artes, se invita a comprender procesos psicológicos que se asocian al proceso creativo, como facilitarlos y evaluar su efectividad desde lo expresivo y terapéutico. comprender el gran número de beneficios asociados a la actividad plástica y artística.

El postítulo de arteterapia va dirigido a personas que están dispuestas explorar y experimentar las virtudes de estas metodologías primero en sí mismos, ver lo que hace el proceso creativo y luego como abordarlo en el plano laboral.

Esta formación no es un magíster, por lo que no se enfatiza en la investigación, pero sí consideramos importante entregar algunas herramientas para que los arteterapeutas puedan dejar registro de su labor, de todas formas, el énfasis al ser una especialización profesional esta puesto en cómo atender a otro/a, a los grupos y cómo proporcionar un espacio cuidado para que se expresen y pueda potenciar su núcleo sano o transitar el dolor o malestar en un espacio respetuoso y contenedor.

¿Cómo contribuye el arte a la sanación de las personas que lo requieren?

Es algo que nos planteamos por años y aún no dejamos de sorprendernos. Por un lado, está la conexión con un otro, en donde se generar un vínculo como ocurre con otros tipos de psicoterapia, pero además desde el arte podemos prescindir de la palabra si lo amerita, podemos trabajar con personas que no tienen lenguaje y en su lugar utilizamos el arte como un lenguaje, el cual la persona explora, expresa y después elabora en su obra. Es en la elaboración que muchas veces las personas logran darse cuenta de distintas cosas y empiezan a integrar ese darse cuenta, incluso con la posibilidad de modificar la obra en base a sus reflexiones. Esta serie de procesos le permite incorporar la experiencia que vivió con el arte. La persona, en el espacio arteterapéutico adquiere el lenguaje del arte, se puede expresar, aprende en el proceso a autoobservarse y autoevaluarse. Las obras terminan siendo un registro del proceso y las personas empiezan a atreverse a hacer las cosas de una manera distinta porque a la vez estamos trabajando con su creatividad. Es un senti-pensar-hacer que pone a quien hace uso de la terapia en una toma de consciencia.

Las artes en general requieren de un tiempo distinto, de una contemplación, de una reconexión física y de un ritmo interno calmo para poder expresar y ejecutar. Cuando vinculamos la práctica artística a un espacio terapéutico, en donde esa expresión no tiene una finalidad estética, esa renuncia de las expectativas sobre el resultado, hace que aparezca la exploración espontánea y el tiempo presente, tan fundamental para la reconexión.

Sin una búsqueda de estilo, forma, sin la búsqueda de lo bello, lo correcto o Lo virtuoso, lo que aparece es el arte como lenguaje, que nos permite la autoobservación, la conexión con el ser, con el deseo, incluso con el malestar que requerimos hacer consciente para desarrollar herramientas que nos permitan lidiar con experiencias desagradables, que muchas veces enmascaramos con ocupación, ajetreo, ritmos desgastantes que finalmente afectan nuestra salud mental.

Los ritmos acelerados nos alejan de la autoobservación de nuestras emociones. Poder estar más conectados con nuestro sentir y posterior pensar, con el sentir de los otros, es lo que nos permite transitar de una forma armónica, que nos conecta con el bienestar o, si no lo poseemos en ese momento, nos permite reconocer cómo nos afecta su ausencia y que podemos hacer para modificar esa situación y volver a estar bien.

Para hacer arte se pone en juego la corporalidad, la motricidad, la espacialidad, la composición, la elaboración. El hacer nos abre un mundo creativo concreto, de
exploración de los sentidos, de materialidades, de sonidos, de movimiento.

Hay diversas formas de hacer arteterapia y una de ellas es la orientación hacia el desarrollo cognitivo, está orientación se funda en la comprensión de los procesos
mentales como la percepción, los recuerdos, razonamientos, toma de decisiones, resolución de problemas y como estos repercuten en la conducta del individuo. Mimi Marinovic, pionera del arteterapia, en Chile y quien dio inicio al postítulo de Arteterapia de la Universidad de Chile en el 2002, realizó una sistematización general sobre los beneficios del arteterapia en donde comenta que, al hacer arte en un espacio terapéutico, apuntando al desarrollo cognitivo, podemos aportar al desarrollo del lenguaje simbólico, enriquecer la capacidad perceptiva, estimular el potencial creativo y la imaginación, al igual que desarrollar habilidades motoras. En cuanto a lo emocional planteó que se promueven y clarifican las emociones, se da forma e integran sentimientos contradictorios, se satisface la autoexpresión, la autoconfianza y autoestima. Esta orientación en particular es muy útil para actuar sobre los efectos causados por lesiones cerebrales o para aportar en el desarrollo de habilidades cognitivas en diferentes etapas del desarrollo.

En general, las técnicas plástico-visuales son agentes estimuladores y motivadores para mente y cuerpo y además propician el análisis del contenido simbólico inconsciente. Dependiendo del enfoque metodológico con el que se aborden pueden entregar una respuesta a diversas dificultades físicas y mentales.