Liderado por un equipo académico de la Casa de Bello, la Red Sin Notas se constituyó en el año 2018, a partir de las inquietudes de docentes de Enseñanza Básica del Liceo Experimental Manuel de Salas, quienes buscaron eliminar las notas y transformar la cultura evaluativa del establecimiento. Posterior a ello, el proyecto logró expandirse hasta otros centros educativos a lo largo de todo el país.
Gracias a la adjudicación del Fondo Valentín Letelier en 2022, el equipo ejecutor del proyecto integrado por miembros de distintos estamentos de la Facultad de Filosofía y Humanidades, la Facultad de Ciencias Sociales y el Programa Transversal de Educación, logró robustecer la plataforma web de auto-aprendizaje. Asimismo, se permitió impulsar las acciones de difusión que permitieron aumentar la visibilidad del trabajo realizado, vinculando además la experiencia acumulada con las carreras de Pedagogía de la institución, mediante instancias de intercambio.
En base a esta experiencia, la académica recalcó la importancia de dar cabida a estos proyectos, los que generan vínculos bidireccionales de la Universidad de Chile con las comunidades. En esa línea, Flórez espera que a través de esta alianza la Red Sin Notas, continúe creciendo y fortaleciendo. “Es muy enriquecedor para nosotros como equipo de la universidad porque aprendemos de su práctica, y a la vez, es valioso para ellos lo que nosotros podemos aportar de sustento teórico e investigativo, es una construcción colectiva de conocimiento con efectos muy positivos”, destacó la docente.
¿Cómo surgió vincular esta iniciativa con el Fondo Valentín Letelier?
Esa iniciativa comenzó junto a profesoras del Liceo Manuel de Salas. Ellas empezaron a eliminar las notas y a cambiar la cultura evaluativa. En ese sentido, se nos pidió ayuda al equipo de la Universidad de Chile para poder darle más sistematicidad y sustento a eso que estaban haciendo. Este caso se hizo muy conocido y se empezaron a acercar otras escuelas de distintas localidades de Chile, ante esto, tuvimos que buscar formas de encontrarnos y de empezar a trabajar con los establecimientos.
En la actualidad, llevamos 48 centros educativos desde Iquique a Puerto Varas, con una lógica de trabajo participativa, donde la Universidad no es la que capacita, sino que participa en un diálogo de saberes que beneficia a todos quienes participamos, provocando que todos aprendamos.
¿Por qué escoger esta oportunidad de financiamiento?
Al final de cada año, recogemos las necesidades de la Red Sin Notas y fueron justamente sus miembros los que consideraron una muy buena iniciativa conectar con el Fondo Valentín Letelier, argumentando que era necesario y beneficioso contar con apoyos para visibilizar el trabajo realizado, que podía ser muy relevante para muchos establecimientos y comunidades que querían hacer ese tránsito, pero tenían miedo y no sabían cómo hacerlo, entonces se vio como una buena oportunidad de difusión a otras comunidades.
En este sentido, era primordial también dar una mayor visibilidad y sostenibilidad en el tiempo a la plataforma web que nosotros usamos para que los establecimientos puedan usar nuestro material como un espacio de autoaprendizaje mientras van trabajando en cada territorio.
¿Cuál es el alcance que ha tenido este proyecto en los territorios?
Desde el año pasado hemos experimentado un fenómeno bien significativo. Antiguamente, solo se nos habían acercado comunidades escolares, sin embargo, desde hace un tiempo atrás se nos empezaron a acercar territorios completos. Entonces, comenzamos a trabajar en una Red Sin Notas territorial, donde se nos ha sumado el Servicio Local de Educación Pública Valparaíso, la Municipalidad de Quilpué y la Municipalidad de Santiago, que a partir de las escuelas de esas comunidades (que ya llevan más años) están buscando acompañar al resto de las escuelas de sus sectores también en estos procesos de cambio.
¿Cómo consideras el trabajo de la Universidad de Chile con la comunidad?
Me parece muy relevante que en una institución pública exista algo como el Fondo Valentín Letelier, porque le da visibilidad a una parte importante del trabajo académico que en otro tipo de circuitos no están visibles. En otras palabras, no tiene que ver con la investigación académica, los círculos de publicación indexada o los fondos externos, sino que el Fondo Valentín Letelier busca potenciar un aspecto fundamental de la misión de la Universidad de Chile, que es trabajar con la comunidad, con el entorno y hacer circular el conocimiento. Entonces, creo que es muy importante que exista un fondo que apoye esa dimensión del trabajo académico porque también es nuestra responsabilidad con la sociedad.
¿Cómo se refleja en su proyecto?
En este sentido, esto se ve reflejado en que la Red Sin Notas surgió de las propias escuelas que se nos acercaron pidiendo apoyo a la universidad pública, en procesos que nacen de sus propias líneas de experimentación y transformación. Esto es muy enriquecedor para nosotros como equipo de la Universidad de Chile porque aprendemos de su práctica y a la vez es valioso para ellos lo que nosotros podemos aportar de sustento teórico e investigativo, es una construcción colectiva de conocimiento con efectos muy positivos.
Desde nuestro proyecto lo hemos visto reflejado en cómo los y las estudiantes empiezan a enfrentar y disfrutar su experiencia escolar y a mejorar su relación con el aprendizaje.