“El proceso de aprender a vivir juntos se encuentra en el corazón del aprendizaje y puede verse por lo tanto, como el fundamento crucial de la educación”, decía Delors, J. (1996) en La educación encierra un tesoro. Informe de la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI. (Madrid, España: Santillana/Unesco).
Precisamente, para problematizar y mejorar la convivencia, es que se publicó el texto “Convivencia Universitaria: una aproximación a la convivencia en la Facultad de Cs. Sociales, desde la perspectiva estudiantil”, que fue presentado el 30 en el Consejo de Escuela de Pregrado de la Facultad de Cs. Sociales. Proyecto coordinado por la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE) y cuyo diseño de la publicación estuvo a cargo de Pablo Rivas.
Su finalidad es conocer la situación actual en materia de convivencia universitaria en la Facultad de Ciencias Sociales, con foco en el estamento estudiantil. Asimismo, el trabajo investigativo se propone comprender las experiencias y percepciones de los y las estudiantes de la institución en torno a la convivencia universitaria.
También identificar las opiniones y percepciones de investigadores/as, jefaturas de Carreras y Unidades de Apoyo dentro de la facultad en torno a la convivencia universitaria. Generar insumos que orienten el diseño y la implementación de instancias que favorezcan, fortalezcan y resguarden la convivencia universitaria en la institución.
Dimensiones de la convivencia universitaria
La metodología del estudio fue de tipo mixta (investigación cualitativa y cuantitativa al mismo tiempo) y el tipo de estudio fue descriptivo y exploratorio. En cuanto a la producción de información, se hicieron entrevistas semiestructuradas, grupos focales y una encuesta. Este último instrumento permitió recolectar las perspectivas de 333 estudiantes de Pregrado de la facultad.
Las dimensiones de la convivencia universitaria que orientaron el análisis de la información fueron la socio-subjetiva, la comunitaria-territorial, la académica y finalmente la dimensión institucional. Al respecto, desde el área de Convivencia de la DAE, Carolina Adaros, señala que la convivencia debe entenderse y abordarse más allá de los conflictos que la tensionan (casos). En base a estos emergentes, se recomienda diseñar una propuesta de abordaje preventivo y promocional integral que considere las especificidades de las dimensiones mencionadas.
Los resultados del estudio subrayan un fuerte interés del estudiantado por participar y desarrollar actividades en conjunto con sus compañeros y compañeras. Privilegian las actividades artístico-culturales, las actividades deportivas y la participación en organizaciones con quienes comparten intereses comunes.
En ese sentido, la coordinadora de la DAE, Gabriela Jáuregui, comenta la importancia de fomentar institucionalmente estas interacciones y la colaboración entre estudiantes, dado que aquello fortalece el sentido de pertenencia a una comunidad y es en sí mismo un elemento protector de la convivencia universitaria.
Un comentario expuesto por estudiantes en la encuesta fue el siguiente:
“Los profesores deben dar un espacio para entregar información y preocuparse de la situación de convivencia en su curso”, por lo que se hace necesario fomentar y resguardar la convivencia en el aula y todas las instancias formativas debido a que ello permite crear un ambiente propicio para el aprendizaje y el desarrollo integral de los/as estudiantes. Los/as docentes son la primera línea de acción y posible abordaje.
Otro comentario a destacar es el siguiente: “Creo que es importante generar más espacios de encuentro triestamental; están demasiado marcadas las diferencias entre estudiantes, académiques y funcionaries”. Por tanto, resulta fundamental propiciar marcos para el encuentro triestamental dado que ello genera un mayor sentido de pertenencia a la comunidad.
El documento se encuentra disponible a la derecha.
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