Fortaleciendo el compromiso institucional

U. de Chile presenta nuevo Modelo de Inclusión en Educación Superior para avanzar hacia una comunidad más equitativa

U. de Chile presenta nuevo Modelo de Inclusión en Educación Superior
Asistentes MIES
La Universidad de Chile ha desarrollado durante más de una década iniciativas que promueven la equidad e inclusión.
Expositores
La actividad, desarrollada en Casa Central, estuvo encabezada por la Rectora Rosa Devés junto a Carlos Rilling, director ejecutivo de Rectoría, y a Maribel Mora, directora de la Oficina de Equidad e Inclusión.
Asistentes
El Modelo de Inclusión en Educación Superior cambia el enfoque de corregir dificultades individuales hacia la identificación y eliminación de barreras institucionales, creando espacios accesibles para que todos puedan desarrollar su potencial.

Por medio del taller “Fortaleciendo el compromiso institucional con la inclusión”, la Oficina de Equidad e Inclusión (OEI) presentó a más de sesenta profesionales de la Dirección de Bienestar y Desarrollo Estudiantil y del Departamento de Pregrado el Modelo de Inclusión en Educación Superior (MIES), programa que impulsa y profundiza el trabajo que viene desarrollando la Universidad en temas referidos a estudiantes de grupos prioritarios.

La actividad, desarrollada en Casa Central, estuvo encabezada por la Rectora Rosa Devés, quien junto a Carlos Rilling, director ejecutivo de Rectoría, y a Maribel Mora, directora de la Oficina de Equidad e Inclusión, realizaron la “Presentación de las perspectivas teóricas e implementación de estrategias de Equidad e Inclusión en la Universidad de Chile”, realizadas entre el año 2010 y 2024. 

“La excelencia por sí misma, en el sentido de la generación de conocimiento de alto nivel, no es suficiente. Tiene que ser honesta institucionalmente. Por lo tanto, cuando se habla de diversidad y de pluralismo, eso tiene que manifestarse en la realidad cotidiana”, señaló la Rectora Devés en su exposición. “Esto se hace en comunidad, no puede ser una línea que baja desde la autoridad, y no es simplemente una estrategia, sino que tiene que ver con un cambio profundo de la comunidad y se debe hacer, entonces, con la participación de todos y todas: estudiantes, profesionales, administrativos y administrativas”, añadió.  

Para abrir la jornada, el vicerrector de Asuntos Académicos, Claudio Pastenes, compartió algunas reflexiones, señalando que “cuando uno piensa en el Modelo de Inclusión desde una perspectiva de derecho, al mismo tiempo tiene que pensar en una perspectiva de oportunidad de desarrollo en la institución”. 

Por su parte, la vicerrectora de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios, Josiane Bonnefoy, dijo que “el MIES refleja el compromiso de nuestra Universidad con la promoción de estrategias que aseguren que cualquier estudiante, sin importar su origen, condición o identidad, tenga las mismas oportunidades de aprender, de crecer y de contribuir a la construcción de un mejor Chile”.

Antecedentes para la elaboración del MIES 

La Universidad de Chile lleva más de una década de acciones que impulsen la equidad e inclusión. En su presentación, la Rectora expuso a las y los asistentes la evidencia previa a la conformación del Modelo. En 2010, la educación superior era una réplica de la desigualdad, mostrando que las y los estudiantes de menores estratos socioeconómicos estaban accediendo mayormente a universidades de peor calidad. En ese momento, la U. de Chile había logrado “contener” esta tendencia: el 21% de las y los estudiantes nuevos provenían de establecimientos educacionales municipales y 35% de colegios privados. A nivel nacional, el 45% de quienes egresaron de educación media provenían de colegios públicos y el 7% de colegios privados. "Pero, como en todo, los promedios nos cuentan una cosa y, cuando vamos a mirar las carreras en particular, vemos que hay diferencias más grandes, como las había también al mirar el sistema en general. Teníamos, por ejemplo, 11 programas que poseían menos del 10% de estudiantes provenientes de los colegios de los quintiles 1 y 2", expuso.

“Tener universidades de excelencia que son diversas tiene una importancia social muy grande. Eso genera en nosotros y nosotras una gran responsabilidad”, explicó la Rectora. Es por ello que, a partir de ese año, y comprometida con el desarrollo integral de las y los  estudiantes, esta Casa de Estudios comenzó un proceso de levantamiento y consolidación de estrategias para educar en la diversidad, entre las que se encuentra el Sistema de Ingreso de Equidad Educativa (2012) y la implementación de políticas con enfoque en esta materia:

  • Política de Equidad e Inclusión Estudiantil (2014)
  • Política para Prevenir el Acoso Sexual (2017)
  • Política de Corresponsabilidad Social (sobre estudiantes padres y madres) (2018)
  • Política Universitaria de Discapacidad en la Perspectiva de la Diversidad Funcional (2019)
  • Política Universitaria para Avanzar en la Incorporación de los Pueblos Indígenas, sus Culturas y sus Lenguas (2020)
  • Política de Igualdad de Género  (2022)
  • Política de Diversidades sexuales de género y disidencias (2023).

MIES, un sello transformador 

El Modelo de Inclusión en Educación Superior implica pasar de una mirada que pone el foco en las carencias o dificultades de las personas y que busca “sanar”, “corregir” o “habilitar para”, hacia una perspectiva que devela las barreras de distinto tipo que contiene la institución misma o el contexto, para disminuirlas o eliminarlas, transformándola en espacios abiertos para que todas y todos puedan desarrollar sus potencialidades. Para ello, plantea tres dimensiones fundamentales: incidencia, acceso efectivo y participación:

  • Acceso efectivo, es decir con acompañamiento en el proceso de transición e inserción a la vida universitaria.
  • Participación con identidad, pues la etapa universitaria es clave –a la vez que conflictiva, generadora y potenciadora– de la definición de la o las identidades de las personas.
  • Incidencia en los distintos ámbitos derivados del paso por la universidad, que pueden ser: político, cultural, artístico, deportivo, social, organizacional, y del desarrollo del conocimiento, entre otros. 

Las estrategias para su implementación son educación de calidad; restitución de derechos;  accesibilidad y diseño universal; empoderamiento y agenciamiento; y desarrollo de potencialidades. “Con estas deberíamos trabajar de aquí en adelante no sólo quienes estamos aquí presentes, sino también toda la Universidad en su conjunto para atender a la diversidad estudiantil y a la diversidad que nosotros conformamos también, desde la cual aportamos a este trabajo de la inclusión”, comentó en su presentación Maribel Mora, directora de la Oficina de Equidad e Inclusión. Es un camino que, además, ya ha generado un cambio cultural.

“La inclusión implica pertenecer a un espacio, hacerse parte, participar realmente. A esa transformación es a la que se nos invita y es un cambio radical, porque se trata ya no de poner la mirada en las carencias de los estudiantes, ya no en lo que tenemos que ‘remediar’ del estudiante o en lo que tenemos que cambiar o agregar, como se miraba antes desde distintos modelos, sino que tenemos que ver esa barreras que existen para disminuirlas o eliminarlas totalmente, para que las personas puedan ser parte de este espacio universitario al que lo estamos invitando y donde todos puedan aquí desarrollar sus potencialidades”, añadió la directora.

Por su parte, Carlos Rilling, director ejecutivo de Rectoría, planteó que “en mi experiencia desde el Departamento de Pregrado desde 2012, una de las cosas interesantes que sería bueno mirar más de cerca es cómo los cambios que hemos vivido como Universidad nos han llevado a reconceptualizar cómo entendemos el mérito. Cuando teníamos estas conversaciones hace diez o doce años, el concepto del mérito para ingresar a la universidad era bien unívoco: si el postulante se encontraba por sobre o por debajo del puntaje de corte, sin consideraciones adicionales sobre el contexto de las y los estudiantes. Hoy día, y producto de las transformaciones que hemos impulsado desde 2010, tenemos una conversación mucho más rica y mucho más profunda respecto del mérito para el acceso, la permanencia y el egreso de la educación superior y de nuestra universidad, y es importante profundizar en esa transformación”.

La jornada contó también con una presentación de los datos con respecto al trabajo en equidad, que estuvo a cargo de la coordinadora de Gestión de la Oficina de Equidad e Inclusión de la U. de Chile, María José Sánchez. "Efectivamente necesitamos conocer mejor las necesidades, potenciando la identidad y fortaleciendo espacios de participación e incidencia en el aprendizaje reconociendo las perspectivas diversas para un mejor diálogo. Hay muchas acciones y buenas prácticas, pero hay que experimentar nuevas formas de trabajo colaborativo", señaló.

En esta misma línea, los días 11 y 12 de diciembre se desarrollará el “Encuentro de Equidad e Inclusión: aprendizajes, desafíos y proyecciones en la Educación Superior”, instancia en la cual se presentará el MIES, junto con ponencias en torno a la materia. Quienes deseen participar presentando investigaciones y experiencias en temas de equidad e inclusión por medio de ponencia o póster, podrán enviar sus resúmenes hasta el 16 de octubre (23:59 hrs.).