El 5 de diciembre, el Departamento de Literatura de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile organizó el lanzamiento de los libros La función de la música en cuatro momentos de la narrativa chilena de Cristián Montes Capó y Los preludios de Cristián Cisternas Ampuero. La Tertulia Literaria Musical se realizó en la Biblioteca Central Eugenio Pereira Salas.
La instancia contó con un contrapunto de los autores sobre sus libros. En primer lugar, se presentó La función de la música en cuatro momentos de la narrativa chilena, donde Cristian Cisternas entregó sus impresiones. Este ensayo analiza cómo la música atraviesa distintas épocas y autores de la literatura chilena, desde el siglo XIX hasta las últimas décadas del siglo XX, revelando su relevancia como herramienta de construcción identitaria y vehículo de expresión social y cultural.
Empezó con el análisis de la literatura de Alberto Blest Gana (siglo XIX), quien consideraba que la música era parte de la formación del proceso identitario de las distintas clases sociales en Chile: “Ahí fue cuando este narrador fue instalando su lectura de lo que era la ejecución de las costumbres musicales de la sociedad chilena”.
Continuó con el capítulo dedicado a Nicomedes Guzmán, donde Montes Capó aborda cómo la música cumplía una función política y comunitaria en los sectores más desfavorecidos, promoviendo la lucha social y la creación de un sentido de pertenencia colectivo. “La fuerza radica en que es una expresión del pueblo y no en la calidad musical que puede alcanzar en la instrumentación y en el canto”, profundizó Cristian Montes.
El tercer momento de la narrativa chilena está acompañado de Antonio Skármeta, cuyo estilo literario evolucionó desde un enfoque en el disfrute de la vida hacia una escritura comprometida con los ideales de la Unidad Popular. La música mencionada en sus textos, desde Bob Dylan hasta Carlos Gardel, refleja el impacto de la industria cultural y los medios como agentes de construcción identitaria.
Carlos Montes explicó que el cuarto momento se centra en el libro Antes de perder la memoria de Ana María Jiménez y Teresa Izquierdo. La novela epistolar relata la historia de dos mujeres de estratos sociales diferentes que formaron parte del MIR. Durante su detención en Villa Grimaldi, formaron un coro llamado Voces de la rebeldía, que persiste en la actualidad en espacios como el Museo de la Memoria: “Es otro ejemplo de que sin tener formación musical ni artística teórica, hay una expresividad socio-cultural, un valor humano antropológico muy potente”.
Por su parte, Javier Bello analizó el poemario Los preludios, que lo catalogó como un intenso discurso lírico y un magistral discurso estético, resaltando su estructura experimental y ambigua, que utiliza recursos como paréntesis, corchetes y variaciones formales. Según Bello, estas estrategias retóricas generan una sensación constante de inestabilidad y profundidad, permitiendo una conexión íntima entre el lenguaje poético y el lector.
El poemario incorpora a Chopin como figura central, presentándolo en su "temporada en el infierno" y explorando temas como la melancolía, la enfermedad y la creatividad. Cisternas complementó su lectura con música de Chopin –interpretada por la pianista japonesa Hisako Kawamura– reforzando la conexión entre la poesía y la musicalidad que caracteriza su obra.