Pablo Bravo Carrasco, parte de la Familia Carrasco-Dávila, bisnieto de Herminia Arrate y uno de los impulsores del premio, cuenta que el proyecto surge del deseo de honrar un legado familiar invaluable que forma parte integral de la memoria cultural y social de Chile. "Creemos que fomentar este premio entre las nuevas generaciones de estudiantes de arte no solo potencia el sentido de vocación, sino que también proyecta el legado de Herminia Arrate hacia el futuro", destacó.
El proceso de selección, según Pablo, fue meticuloso y transparente. Implementado a través de un sistema virtual accesible, permitió a las estudiantes participar con facilidad y demostrar sus habilidades técnicas y conceptuales. El jurado, compuesto por un representante de la Familia Carrasco-Dávila, profesoras y profesores del Departamento de Artes Visuales de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile (DAV), quienes a su vez son artistas reconocidos, destacó por su imparcialidad y por valorar fundamentos técnicos, conceptuales y estéticos de las obras presentadas.
Respecto al impacto esperado del premio, Pablo subrayó su contribución al circuito artístico nacional e internacional. "Además de fortalecer el compromiso vocacional de las jóvenes artistas, esperamos despertar interés en el arte chileno y abrir nuevas oportunidades para los talentos emergentes", afirmó.
La ganadora de esta primera edición, Tamara Lamilla Martínez, expresó su emoción y gratitud al recibir este importante reconocimiento. “Me siento muy feliz de ser la primera ganadora de este premio. Es destacable la iniciativa de la familia Carrasco-Dávila, que busca resignificar la carrera artística de Herminia Arrate mientras abre espacios y otorga reconocimiento a pintoras emergentes. En el ámbito universitario no existen muchas oportunidades como esta, y me siento realmente afortunada y agradecida de haber sido seleccionada", afirmó.
Para la artista egresada del DAV, este reconocimiento tiene un significado especial, al tratarse de un premio que promueve el talento emergente de mujeres en las artes visuales. “Aunque ha habido avances en temas de género, todavía existe una deuda histórica hacia mujeres y disidencias. Este premio me permite reposicionar la mirada femenina en el contexto pictórico contemporáneo”, destacó.
En cuanto a su obra presentada para el concurso, Tamara explicó que su propuesta pictórica se centra en el cuerpo humano en movimiento, explorando el cruce entre figuración y abstracción. “Me interesa producir imágenes expresivas a través de manchas gestuales, utilizando distintos estados de dilución y densidad del óleo. La figuración acerca al espectador al imaginario, mientras que la abstracción genera diálogos en torno a la imaginación”, detalló.
Sobre los desafíos enfrentados en su proceso creativo, la artista confesó que el mayor reto fue previo a la realización de las obras: encontrar un lenguaje pictórico con el cual sentirse cómoda. “Durante mucho tiempo estuve atrapada en la idea de que el naturalismo era lo correcto, pero con el tiempo logré soltar esas limitaciones y pintar de manera más genuina. Una vez que encontré mi estilo, todo se volvió más fluido y orgánico”, relató.
De cara al futuro, la ganadora del Premio de Pintura Herminia Arrate de Dávila planea seguir desarrollando su trabajo en torno al cuerpo y el movimiento, con un enfoque particular en la abstracción desde la representación del rostro. “El reconocimiento de este premio es una gran motivación y también una ayuda financiera que me permitirá agilizar procesos y concentrarme más en mi obra”, expresó.
Finalmente, la artista emergente comparte un consejo para otras mujeres artistas jóvenes: “No se rindan. La constancia marca la diferencia y conectar con algo que realmente les haga sentido es fundamental para disfrutar del proceso artístico y llegar a buen puerto”.
Con este galardón, la Familia Carrasco-Dávila y el Departamento de Artes Visuales (DAV) esperan seguir apoyando a las nuevas generaciones de mujeres artistas, fomentando el reconocimiento y la visibilidad de talentos emergentes como Tamara Lamilla, mientras mantienen vivo el legado de Herminia Arrate como fuente de inspiración para el futuro.