La Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile realizó una significativa jornada académica y de reconocimiento en honor al Dr. Giorgio Solimano Cantuarias, exdirector y actual académico del Programa de Salud Global, como parte de las actividades asociadas a su nombramiento como Profesor Emérito de la Universidad de Chile. El encuentro se desarrolló como un espacio íntimo de reflexión y memoria institucional, reuniendo a autoridades, académicas y académicos, estudiantes, funcionarios y amigos del académico, poniendo en valor su aporte histórico a la salud pública nacional e internacional.
La actividad organizada por el Programa de Salud Global contempló la conferencia “Transformaciones educativas en salud pública en el marco de la salud global”, dictada por la Dra. Laura Magaña Valladares, Presidenta y CEO de la Association of Schools and Programs of Public Health (ASPPH) de Estados Unidos y Presidenta fundadora de la Global Network for Academic Public Health (GNAPH), junto con un reconocimiento institucional al Dr. Solimano por parte de la comunidad de la Escuela.
En la apertura, la Directora de la Escuela de Salud Pública, Dra. Lorena Rodríguez Osiac, destacó el sentido profundo del encuentro, señalando que “reconocer al doctor Solimano es reconocer la historia de esta escuela, pero también la historia de la salud pública en Chile”. Añadió que su legado trasciende generaciones y disciplinas, afirmando que “muchas de las políticas, programas y enfoques que hoy estructuran la salud pública chilena se forjaron en procesos impulsados por quienes nos antecedieron, y el doctor Solimano es parte central de esa construcción”.
Durante su conferencia, la Dra. Laura Magaña abordó los desafíos actuales de la educación superior en salud pública, enfatizando la necesidad de innovación curricular, formación basada en competencias, sostenibilidad, equidad y colaboración intersectorial. En ese contexto, subrayó que “la educación en salud pública debe ser un motor de transformación social y no solo un espacio de transmisión de contenidos”, llamando a las escuelas a asumir un rol activo frente a los desafíos globales.
Un reconocimiento íntimo que puso en valor su legado humano, político y académico
Al cierre de la conferencia, la Dra. Magaña dedicó palabras especialmente emotivas al homenajeado: “Te apapacho, Giorgio, desde el alma. Hoy rendimos homenaje a una de las figuras más queridas y trascendentes de la salud pública en Chile, en América Latina y en el mundo”. Destacó que su nombre “está unido a la historia de esta escuela, a su espíritu crítico y a la convicción profunda de que la salud es un derecho humano esencial”, relevando además su liderazgo regional, su compromiso con la cooperación internacional y su coherencia ética.
Por su parte, el Dr. Alex Alarcón, Jefe del Programa de Salud Global, explicó que la jornada fue concebida como una antesala académica coherente con la trayectoria del Dr. Solimano: “Nunca dudamos de que este reconocimiento debía tener un espacio académico. Giorgio creó el Programa de Salud Global y abrió un camino que hoy seguimos recorriendo”. A nivel personal, agregó: “Más que colegas, hemos sido amigos; su mirada estratégica y su confianza en las personas marcaron trayectorias académicas y humanas”.
Visiblemente emocionado, el Dr. Giorgio Solimano agradeció el reconocimiento y el afecto de la comunidad, recordando su vínculo histórico con la Escuela desde la década de 1960: “Me inunda una profunda emoción al verlos y reconocer lo que hemos hecho en conjunto durante tantas décadas. Los maestros, los compañeros y los amigos están permanentemente en mi memoria”. Añadió que volver a la Escuela de Salud Pública “es siempre un acto de profundo agradecimiento” y reafirmó su compromiso con “seguir empujando por una mejor salud para los chilenos”.
La Directora Lorena Rodríguez cerró el encuentro destacando que este homenaje “no es solo para una persona, sino para una forma de entender la salud pública como un proyecto colectivo, crítico y profundamente humano”, subrayando que su legado continúa orientando el quehacer institucional.
Al final de la actividad, las autoridades le hicieron entrega de un galvano recordatorio con el siguiente mensaje “La comunidad le hizo entrega de un galvano que Por su amor y contribución a la salud pública. Giorgio Solimano Cantuarias, profesor emérito, Universidad de Chile, Comunidad, Escuela de Salud Pública, Dr. Salvador Allende Gossen, Facultad de Medicina, Universidad de Chile, diciembre de 2025”.
Una solemne ceremonia encabezada por la Rectora y el Decano de la Facultad de Medicina
La jornada académica realizada en la Escuela de Salud Pública se desarrolló como antesala a la ceremonia solemne de nombramiento como Profesor Emérito a los doctores Fernando Cassorla y Giorgio Solimano, efectuada posteriormente en el Salón de Honor Lorenzo Sazié de la Facultad de Medicina, la cual fue presidida por la Rectora de la Universidad de Chile, Dra. Rosa Devés, junto al Decano de la Facultad de Medicina, Dr. Miguel O’Ryan.
En la instancia, el Decano O’Ryan destacó que la distinción de profesor emérito se reserva para “aquellos académicos de la más alta jerarquía que hayan realizado contribuciones significativas al saber superior y a la universidad”, señalando que el Dr. Solimano “encarna la figura del maestro universitario, comprometido con la formación, la gestión académica y el desarrollo del país”.
Por su parte, la Rectora Rosa Devés subrayó que el reconocimiento expresa los valores más profundos de la Universidad de Chile: “En la vida académica y personal del doctor Giorgio Solimano se expresan con claridad los principios de excelencia y compromiso que orientan a nuestra institución”. Añadió que su trayectoria “ha contribuido a construir institucionalidad, formar generaciones y proyectar a la Universidad de Chile como un referente en salud pública a nivel nacional e internacional”, siempre al servicio de la dignidad humana y el derecho a la salud.
En su discurso, el Dr. Giorgio Solimano situó el reconocimiento como Profesor Emérito dentro de una trayectoria vital marcada por la convergencia entre formación académica, compromiso social y acción pública. Al recordar su ingreso a la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile en 1953, señaló que su formación se dio en un contexto histórico donde la universidad tenía una responsabilidad directa con el país, afirmando que “entendimos tempranamente que la medicina y la salud pública no podían desarrollarse de espaldas a la realidad social”. En ese marco, destacó su participación en los procesos de reforma universitaria de fines de los años cincuenta y su posterior especialización en salud pública, subrayando que su trabajo en investigación nutricional y desnutrición infantil respondió a una convicción profunda: “el conocimiento científico solo adquiere sentido cuando se pone al servicio de quienes más lo necesitan”, particularmente en un país atravesado por profundas desigualdades en salud.
En una dimensión ética y política de su intervención, Solimano abordó el impacto del golpe de Estado y el exilio forzado en su vida personal y profesional, señalando que esa experiencia marcó de manera indeleble su comprensión de la salud pública. En ese contexto, explicó que su labor posterior en organismos internacionales como UNICEF y la Organización Mundial de la Salud fue una continuidad de su compromiso con los derechos humanos, afirmando que “el derecho a la salud es inseparable del derecho a la verdad, a la justicia y a la dignidad humana”. Al aludir a su libro Los Riesgos de la Verdad, sostuvo que esta no es solo una categoría académica, sino “una construcción vital, atravesada por la memoria, el dolor y la responsabilidad de no callar frente a la injusticia”. Finalmente, al referirse a su vínculo con la Escuela de Salud Pública —que dirigió durante doce años— destacó la creación del Doctorado en Salud Pública y la Escuela Internacional de Verano, reafirmando que “una salud pública crítica, ética y comprometida con la justicia social no es una opción, sino una obligación permanente”.
Con estas actividades —una académica e íntima en la Escuela de Salud Pública y otra solemne a nivel central— la Universidad de Chile relevó el legado intelectual, ético y humano del Dr. Giorgio Solimano Cantuarias, cuyo aporte sigue marcando el presente y el futuro de la salud pública chilena y latinoamericana.
